Fotografía:Enfoque Rojo
El gobierno se esmera en firmar paritarias con un techo del 27%, con ayuda de los sindicatos oficialistas (UOM, UOCRA, Comercio, UPCN y SUTERH) que ya firmaron por ese porcentaje. Mientras mantiene el impuesto al salario (mal llamado a las ganancias) y un mar de trabajadores precarizados cuyo salario no supera el promedio de $5.500.
En ese marco Hugo Moyano, Barrionuevo y Micheli vuelven a convocar al paro nacional levantando solamente las demandas, justas por cierto, de que se modifique el mínimo no imponible del impuesto al salario y paritarias sin techo. A esta convocatoria se sumaron el sindicato de la UTA y La Fraternidad, que dirige Omar Maturano, por lo cual no habrá transportes.
Las discusiones salariales se dan en un año electoral, donde la burocracia sindical opositora juega a favor de alguna facción política patronal. A su vez los principales gremios oficialistas ya adelantaron su apoyo a Scioli (SMATA, UOM). En este marco varios gremios salieron a realizar paros para lograr negociar en mejores condiciones y arrancarle al gobierno mayores porcentajes de aumento.
El caso emblemático es el de los aceiteros que, luego de una huelga de 25 días, donde paralizaron 40 plantas y 50 buques cargueros, lograron firmar un aumento del 36%. Pero otros sindicatos también realizaron paros, como los bancarios que acordaron firmar por un aumento del 33%. Ayer fue noticia la escasez de algunos medicamentos en las farmacias debido a que la Federación de Trabajadores de la Sanidad, en estado de asamblea permanente en las droguerías, reclama un aumento del 32%.
A pesar del hecho incontrastable de que los trabajadores bajo convenio no van a obtener aumentos que les permita alcanzar la inflación (que el año pasado terminó cercana al 40%) y acercarse al costo de la canasta familiar (que ronda los $14.200), Moyano, Barrionuevo y Micheli declararon que este paro será sin movilizaciones. Impiden así que inmensos sectores cuyos sindicatos no paran o que directamente están en negro, sin representación gremial, expresen su bronca por la situación de precarización que sufren. Las burocracias sindicales, enemigas de que esta enorme fuerza se exprese en las calles, quieren un paro dominguero.
El sindicalismo combativo y la izquierda preparan una jornada de lucha
Desde los sectores combativos y la izquierda insisten en la necesidad de que sean los propios trabajadores quienes en asambleas discutan y definan cómo tomar este paro en sus manos y en un plan de lucha que englobe el conjunto de las demandas de la clase trabajadora.
Los trabajadores no pueden estar sujetos a las especulaciones de las cúpulas sindicales, cuya realidad dista años luz de su vida cotidiana con salarios bajísimos, sectores que hoy están enfrentando despidos como los obreros gráficos de WordColor, o los trabajadores de MadyGraf (ex Donnelley) que encaran una gran campaña por la expropiación de la fábrica para garantizar sus puestos de trabajo. Recordemos que estos obreros, luego de que la patronal se fuera dejándolos en la más absoluta incertidumbre, resolvieron tomar la fábrica y ponerla a producir. Un gran ejemplo de cómo se defienden los puestos de trabajo.
Precisamente desde la ex Donnelley, WorldColor y los “indomables” de Lear se realizó un llamado a comisiones internas, trabajadores y la izquierda para discutir cómo preparar en la zona norte del Gran Buenos Aires el paro del 9.
Desde estos sectores insisten en la necesidad de utilizar este 9 J para volver a mostrar la fuerza de la clase trabajadora de conjunto, diferenciándose así de dirigentes sindicales que al no levantar las demandas que engloben a todos los trabajadores como ser la prohibición de despidos, del trabajo en negro, un salario que iguale el valor de la canasta familiar, el 82% móvil para los jubilados, dejan correr la pérfida política del gobierno de Cristina de Kirchner de dividir a trabajadores en blanco (y dentro de estos los que más ganan) del 60% de la fuerza laboral que hoy está precarizada, en negro, con salarios bajísimos o con trabajos semi esclavos como son por ejemplo los trabajadores inmigrantes. |