El Gobierno lamenta la quema de iglesias y la “violencia”, mientras la policía asesina a un joven en población La Victoria
Este domingo tuvo lugar una jornada nacional de movilizaciones que tras cumplirse un año del histórico 18-O, se realizaron multitudinarias marchas y concentraciones a lo largo del país, teniendo como epicentro la recuperación de Plaza Dignidad en el centro de Santiago, que con lienzos, banderas, y cánticos se conmemoró el inicio de la revuelta popular que despertó Chile, al grito de “no son 30 pesos, son 30 años” cuestionando todo el legado de Pinochet y un país hecho a la medida de los empresarios.
Destacando la quema de dos iglesias en la capital regional, es que el Gobierno con el coro cómplice de los partidos de la “oposición” (desde los partidos de la ex Concertación al Frente Amplio) lanzaron un discurso criminalizador contra “la violencia”, creando un relato para diferenciar entre lo que “serían manifestantes pacíficos de los violentos”, para perseguir a la Primera Línea y a las organizaciones políticas y sociales, señalando que los “violentistas” no serían tolerados, y serían perseguidos por Carabineros, la PDI y los tribunales.
Pero en el caso de las iglesias pillaron a un marino a las afueras. ¿No se tratará acaso de otro montaje de parte del propio Estado? ¿Acaso no serán infiltrados para provocar incendios, saqueos y hechos así? Porque estas acciones no sirven a la movilización, sino cada vez más al Gobierno para criminalizar las manifestaciones y protesta social. Por eso no se pueden apoyar.
Hipócritamente en la madrugada de este lunes, a menos de una semana del plebiscito, el gobierno de Piñera y la fuerza pública se cobraron la vida de otro joven: Aníbal Villarroel en población La Victoria, comuna de Pedro Aguirre Cerda, Santiago.
Vicuña Mackenna #69 “Parroquia de la Asunción” fue un centro de tortura clandestino durante la Dictadura
Pero lo que no señala ninguna noticia, ni mucho menos las acusaciones del Gobierno, es que una de las iglesias quemada al costado de Plaza Dignidad, en Vicuña Mackenna #69, la “Parroquia de la Asunción”, fue un centro de tortura clandestino de la Dictadura, organizado por la CNI.
Según mencionan diversos registros, como el documental “Lugares desaparecidos. Rastros de los centros de tortura y exterminio en Santiago", a cargo del investigador Dr. José Santos Herceg, en Vicuña Mackenna #69, donde muestran que tras la fachada de una “casa parroquial” anexa a la iglesia, funcionaba un centro clandestino de tortura.
Además, este recinto sería utilizado posteriormente dentro de la misma Dictadura como un centro de unidad computacional de la CNI a cargo del General Odlanier Mena, quien había reemplazado a Manuel Contreras como jefe de la CNI. Este centro fue parte de uno de los 1.168 centros de detención y tortura clandestinos que funcionaron en Chile, dedicados a la persecución de opositores, y la violación sistemática de DDHH y exterminio de luchadores sociales y la militancia de izquierda de los años 70.
En el documental mencionado, se destaca el rol cómplice que pudieron jugar tanto, las autoridades eclesiásticas del lugar, como la comunidad de feligreses que participaban de las misas, y que durante dos décadas “no se enteraron de nada”. |