Somos generaciones que nos privaron del derecho a la vivienda. El Estado no les garantiza su derecho a una vivienda digna a las familias que se vieron forzadas a tomar una tierra para vivir por haber perdido, durante la pandemia, los pocos ingresos que tenían. Por eso entendemos que hoy hay una resistencia y que es Guernica.
La crisis económica viene golpeando duro a la clase trabajadora. Lo sabemos muy bien quienes tratamos de sostener una fábrica recuperada para poder llevar un plato de comida a nuestros hijos. Las y los trabajadores que ponemos a producir las empresas que los patrones abandonan tampoco tenemos ese derecho elemental garantizado. Ante semejante abandono, en nuestra fábrica primó la solidaridad de clase.
Mis compañeros y yo no recibimos los beneficios que reciben los grandes empresarios, como el ATP. Pero eso no nos hizo perder la sensibilidad de reaccionar ante lo imprescindible. Al principio de la cuarentena nuestra primera decisión fue donar material escolar a los chicos de escuelas públicas. Y hoy nos pasa lo mismo con Guernica.
La lucha por la vivienda, por trabajo sin precarización y educación de calidad tiene los mismos enemigos: empresarios, banqueros, terratenientes y su Estado. Por eso hacen todo tipo de maniobras para dividir a la clase obrera. La unidad de todas las luchas nos fortalece. Si triunfa Guernica, triunfamos todas y todos los trabajadores. |