Aunque el hecho de que no se elegirá gobernador o alcalde abona al abstencionismo, es una realidad que las elecciones se instalan en un clima de desgaste de los partidos del régimen político, que todos por igual, para amplios sectores del pueblo, representan más de los mismo. Y es que la constante en las campañas electorales fue la compra de votos, las dádivas y desvío de recursos, maniobras que son cada vez más repudiadas entre la gente.
Por otra parte, ninguno de los partidos contendientes, está interesado si quiera en ofrecer una respuesta ante el despido de dos mil trabajadores de Altos Hornos de México (AHMSA), la empresa siderúrgica más importante del país y que está ubicada en el estado.
No es casual, entonces, que el pueblo pobre y trabajador tenga una actitud de indiferencia ante los comicios, que representan una nueva trampa de esta democracia asesina. |
