La votación aplastante del Apruebo es una nueva muestra clara de lo que las calles ya habían instalado: el pueblo se manifestó de manera categórica para terminar con estos 30 años de herencia de la dictadura militar. Es un voto contra Piñera y su gobierno, y es un voto también por las demandas que la lucha ha puesto sobre la mesa, como el fin de las AFP o de la educación de mercado.
En este momento la confianza del pueblo en sí mismo es enorme, luego de la derrota electoral propinada a la derecha del rechazo, y justo en un mes en que poco a poco las movilizaciones han vuelto a la escena, como respuesta de sectores ante los ataques represivos de Piñera.
Pero no podemos ser ilusos, no hay nada ganado todavía. La ex Concertación, pero también el Frente Amplio e incluso el Partido Comunista, matices más, matices menos, quieren hacernos creer que con esta votación se enterró definitivamente la herencia de Pinochet y su Constitución, pero los defensores y administradores de ese legado todavía tienen muchas herramientas y trampas a su favor, que debemos enfrentar y derrotar.
No debemos olvidar que para elegir convencionales se hará a través del sistema electoral D’Hondt, que favorece a los partidos tradicionales de los 30 años, y que la existencia de los 2/3 de quórum para tomar decisiones favorece a una minoría que tendrá poder de veto en los hechos. Y no hablamos sólo de la derecha pinochetista, hablamos de la ex Concertación que profundizó el modelo neoliberal y que administró felizmente la obra del dictador.
De esta manera, usando estas trampas a su favor, tratan de desviar la energía de las calles hacia una institucionalidad que les es favorable, donde podrán cambiar algunas cosas para que en realidad persista el corazón de la herencia del pinochetismo y del modelo.
Y mientras buscan esto por la vía de las trampas del proceso, por otro lado el gobierno reprime violentamente cada movilización, asesinando a sangre fría como ocurrió con el caso de Aníbal Villarroel en la población La Victoria el domingo 18 de octubre.
A su vez, mantienen en prisión a cerca de 600 presos políticos de la revuelta para castigar a quienes salieron a luchar y desarrollar un tramposo discurso de "condena a la violencia" en el que cae la oposición para aislar a quienes vienen luchando.
Y por su parte, esa misma oposición para enfrentar los 2/3 nos dicen que el camino es el camino de la unidad de las fuerzas políticas por fuera de la derecha, tratando de convencernos que esa “amplia unidad” sería favorable para el pueblo, cuando en realidad es sólo entregarles votos a quienes han co-gobernado con la derecha en el caso de la ex Concertación, a quienes firmaron el Acuerdo por la paz a espaldas del pueblo y aprobaron la ley anti movilizaciones en el caso del Frente Amplio, o a quienes ratificaron el acuerdo y aprobaron la ley de suspensión del empleo en el caso del Partido Comunista.
La única garantía es el camino de la movilización del pueblo trabajador: ¡Plan de lucha para retomar la perspectiva de la huelga general!
No debemos soltar las calles, como decenas de miles lo dicen, porque no hemos ganado nada. Pero hay que ir más allá. Debemos preparar el escenario para conquistar una fuerza incluso mayor a la de octubre, no basta con marchar todas las semanas. Debemos exigirle a la burocracia sindical, a las grandes centrales como la CUT, que rompan su tregua y organicen un verdadero plan de lucha para enfrentar la represión de Piñera, terminar con la impunidad, lograr la libertad de los presos políticos de la revuelta y del pueblo Mapuche y para conquistar un programa de emergencia ante la crisis económica y sanitaria.
Un plan de lucha que fortalezca las instancias de auto organización como comités o asambleas territoriales, que reactive a las federaciones y sindicatos, que busque que entren en escena con toda su potencialidad los sectores estratégicos de la clase trabajadora como portuarios, mineros y forestales.
Retomar ese camino nos permitirá abrir nuevamente la senda de octubre, en perspectiva de la huelga general, la única forma de vencer realmente a los guardianes de la herencia del pinochetismo.
Para botar las AFP, para terminar con la salud de mercado, para frenar los despidos y conquistar el reparto de las horas de trabajo para terminar con la cesantía, necesitaremos un choque mucho mayor que el de la rebelión del 2019. No bastará con un cacerolazo como el del 10% de las AFP. Para ir por todo, necesitamos más, y las fuerzas están.
Tomar ese camino para conquistar la alianza en lucha de la clase trabajadora con los sectores populares es la única garantía que tiene el pueblo para vencer, y para que los mismos de siempre, con sus trampas y artimañas, no se salgan con las suyas.
Por eso desde el PTR y La Izquierda Diario Chile luchamos por ese camino, y para aportar en esa lucha e intervenir en el proceso constitucional hacemos un llamado a todas las organizaciones políticas que se consideren revolucionarias, a las Asambleas Territoriales, a la juventud que ha salido a luchar, a que organicemos en común un gran Frente Anticapitalista de las y los trabajadores que pelee por esa perspectiva. |