Continúa hoy el juicio contra el policía Luis Chocobar, acusado de haber matado por la espalda en 2017 a Pablo Kukoc de 17 años mientras corría después de un robo, en el barrio de La Boca. De acuerdo al cronograma del juicio se espera que hoy declare el policía, quien llegó libre al juicio.
A pesar de las pruebas, la fiscalía le imputa el delito de "homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber" por el crimen de Kukoc, el cual prevé una pena máxima de 5 años de prisión. Mientras que la querella de la familia del joven lo acusa por "homicidio agravado", que contempla la pena de prisión perpetua.
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La defensa de Chocobar había solicitado suspender el debate “hasta que se resuelva un recurso de inconstitucionalidad que presentó contra la negativa de que sea juzgarlo por un jurado popular”, pero el Tribunal Oral de Menores Nº 2 rechazó el planteo por lo que el juicio continúa.
El caso Chocobar se convirtió en un símbolo de impunidad, que fue respaldado por el entonces Gobierno de Mauricio Macri, quien lo recibió personalmente en la Quinta Presidencial de Olivos, el día en que se cumplían seis meses de la desaparición de Santiago Maldonado, todo un mensaje para avalar el gatillo fácil y la impunidad, dando el nombre de Doctrina Chocobar, a los fusilamientos que lleva adelante de la policía con la excusa de "combatir el delito".
Pero el macrismo no es el único sector que defienden a los asesinos del gatillo fácil. Desde el poder político estas prácticas son amparadas por funcionarios tanto de la oposición de derecha como del Gobierno, como Sergio Berni, el Ministro de Seguridad bonaerense, la provincia con más casos de gatillo fácil desde que comenzó la pandemia, como la desaparición y posterior asesinato de Facundo Astudillo Castro en manos de la policía bonaerense, fuerza que utilizan para amedrentar y amenazar con represión a las familias que luchan por un derecho tan elemental como la vivienda.
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