El expresidente de la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), Carlos Rivas, recibió en su casa una corona mortuoria con la frase “Que descanse en paz” y dieciséis sirios pequeños con su respectiva banda negra junto con otros tantos libros litúrgicos que se usan para hacer el novenario cuando las personas fallecen, cada uno con el nombre de cada ejecutivo de la FECODE y otro para el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), que la misma federación controla, convirtiéndose en el sindicato más fuerte de Colombia.
Las y los trabajadores colombianos de diferentes sectores y zonas, entre ellos los de educación, salieron desde unos meses atrás a exigir solución a sus justas demandas hacia Bogotá, capital del país latinoamericano. Reclaman una salida viable frente a la crisis sanitaria, económica y social para que la gente de la clase trabajadora no padezca las consecuencias de la precarización, el desempleo y la pobreza en sus hogares.
Esto ha generado acciones reaccionarias tanto del gobierno de Iván Duque –que mandó a las fuerzas represivas a “controlar” las manifestaciones y que cobraron la vida de, al menos, 13 personas y 400 más heridas– como de grupos paramilitares y crimen organizado –como las Autodefensas Gaitanistas en Colombia– contra quienes disientan de las medidas implementadas por el gobierno colombiano.
El gobierno colombiano deja en claro que, aquellos compañeros y compañeras que tengan una salida por izquierda o sean disidentes de su administración burocrática, recibirán como respuesta una guerra mediática y el uso de las fuerzas represivas del Estado, además de desapariciones forzadas y asesinatos de manera sistemática y estructural.
Así fue el caso, del compañero Javier Ordoñez, detenido arbitrariamente en las recientes movilizaciones durante septiembre, y quien resultó muerto después de la brutalidad policiaca ejercida por las fuerzas represivas del Estado.
De manera solidaria, nos unimos al rechazo por la persecución, amenazas y señalamientos contra los docentes colombianos...
Publicado por Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase en Miércoles, 28 de octubre de 2020
La forma en que están siendo tratados los manifestantes de distintos sectores de trabajadores ha despertado la ira de nuestra clase, quienes no se amedrentan y han salido a manifestarse aún con pandemia, pese al inminente peligro de contagio sin que al gobierno parezca importarle.
Desde la Agrupación Nuestra Clase, nos unimos, de manera solidaria e internacionalista contra las amenazas vertidas hacia las y los trabajadores de distintos sectores en Colombia. Hacemos un atento llamado a los sindicatos que se reivindiquen democráticos para unirse a la denuncia de las y los docentes colombianos y exigimos el esclarecimiento de los hechos que permitan salvaguardar la integridad de quienes defienden los derechos plenos. |