La Secretaría de Educación Pública (SEP) es el brazo ejecutor del Estado en materia de educación pública básica, por ello, es quien mantiene una relación obrero-patronal con el magisterio, precarizando y siendo indolente ante la violencia cotidiana contra sus trabajadoras y la comunidad educativa.
La situación del magisterio ha empeorado con la pandemia, pues no se nos consulta en prácticamente nada, ni se nos ha dicho si la reducción del presupuesto a la educación nos afectará o cómo se destina, además de que fue impuesto el modelo de la SEP sobre las clases a distancia, entre una larga lista.
Como el resto de la clase trabajadora, las maestras se ven obligadas a soportar en sus espaldas la crisis económica y sanitaria, para aparentar una normalidad que, en vez de eso, es una realidad cada vez más cruenta, sobre todo para las mujeres que componen la mayor parte del gremio.
En la pandemia la violencia contra las mujeres no ha cesado, vivimos día a día la violencia económica que implica la precarización laboral, hostigamiento, se vulneran derechos humanos. Además, las mujeres son oprimidas en casa, ya que garantizan los trabajos de limpieza y cuidados. Esto mientras las desapariciones y feminicidios (11 por día, según cifras oficiales) han ido en aumento, siendo un tema preocupante para las maestras, alumnas y madres.
El feminicidio de la maestra Jessica González en Michoacán mostró la realidad en la que nos encontramos las mujeres en el país, mientras la 4T, como los gobiernos anteriores, ha mantenido la militarización del país, en la que tantos crímenes se han cometido de manera impune, ahora con el disfraz de la Guardia Nacional.
Actualmente nos encontramos frente a un “aumento brutal de la violencia hacia las mujeres y niños en un 81%, también se reportó un incremento del 2% en casos de mujeres que fueron víctimas de intento de feminicidio; así como un aumento del 9% de quienes refirieron ser víctimas de todas las formas de violencia. Además, se atendieron casos de violencia de 14 mil 599 mujeres con sus hijas e hijos, entre marzo y junio. Estos son los datos arrojados por la Red Nacional de Refugios, AC.”
Algunas de nosotras padecemos la peor de las muestras de violencia en el ámbito laboral, además, estudiantes de otros niveles también padecen las desapariciones, por ejemplo, las jóvenes en edad de bachillerato, quienes son las que, con mayor frecuencia, se reportan como desaparecidas; a principios de este año sumaban 4 mil 433 y tenían entre 15 y 19 años de edad. Las desapariciones de mujeres se han agravado desde 2008 y alcanzaron el pico más alto en 2017.
¿Qué hace la SEP ante la violencia?
Sin embargo, la SEP como patronal invisibiliza y omite las cifras de feminicidios y violencia que hayan tocado a docentes, estudiantes, trabajadoras del sector o madres. Por si fuera poco, se inserta cada vez más la precarización y explotación laboral, con el aumento de horas de trabajo y menor salario, ya que es prácticamente imposible obtener más horas a través de la promoción horizontal, al mismo tiempo que el aumento de la jornada laboral con el teletrabajo nos mantiene entre la computadora y las labores del hogar.
En esta pandemia, la SEP no se ha preocupado por dar un seguimiento a la salud de la comunidad escolar, ni mucho menos por dotar de insumos para evitar el contagio de COVID, y esa responsabilidad se las deja a las familias para cuando se reanuden las clases presenciales. Además, cuando algún docente enferma, solo se dan 14 días de incapacidad y no se garantizan pruebas gratuitas, lo cual es criminal porque deja vulnerables a las y los maestros frente a la enfermedad.
Contra la precarización y la violencia más cruel, ¡nos organizamos y movilizamos en las calles!
Es urgente que como maestras nos organicemos junto con nuestros compañeros, las madres y padres de familia y estudiantes, para frenar la violencia en todas sus formas, las desapariciones y los feminicidios. Por esa razón llamamos a impulsar Comisiones de Mujeres en todas las escuelas y centros de trabajo, en las cuales las maestras, trabajadoras de la educación, junto con las madres y las alumnas problematicemos cómo es que vivimos la violencia en la comunidad y pensemos cómo podemos enfrentarla.
Además de la organización, es necesario vincularnos con otros sectores de trabajadores, para luchar contra la violencia en todas las escuelas, la ciudad y el país, desde una perspectiva independiente, es decir, levantando nuestras exigencias, pero sin depositar ninguna confianza en el gobierno, además de pugnar por la más amplia democracia para que las comunidades educativas se involucren en la toma de decisiones. Sin que las autoridades escolares puedan interferir o limitar la participación de profesoras, madres de familia y alumnas. Al tiempo que se hace la exigencia al SNTE, para arrancarle espacios de organización del gremio, en conjunto con las familias a las que atendemos para organizarnos contra la violencia.
Un ejemplo de lo que puede hacer la organización independiente es lo que ocurrió con la desaparición de la maestra Laura Denisse Esquivel el pasado 18 de octubre, quien fue víctima de un asalto y luego de que fue al ISSSTE a buscar tratamiento por las heridas que le dejó la agresión en su contra y la dieron de alta, fue desaparecida. Desde ese momento sus familiares, compañeras maestras y maestros de la secundaria diurna 152, madres y padres de familia, exigieron su aparición con vida, a lo que nos sumamos las y los docentes de Pan y Rosas y Nuestra Clase. Se llamó a una concentración en el metro Peñón de la línea A del metro, el 26 de octubre. Primeramente la movilización fue convocada para exigir que apareciera con vida, lo cual ocurrió previo a la misma, gracias a la enorme campaña de difusión y solidaridad que logramos construir en redes.
Ahora, si bien la compañera fue localizada en Veracruz, el mitin se mantuvo para demandar el esclarecimiento de los hechos, pues no basta con que la Fiscalía de la CDMX haya declarado que fue encontrada la maestra Laura Denisse, es necesario que nos den una explicación, ya que no es menor que haya desaparecido en la capital del país y haya aparecido en el estado de Veracruz.
Lo que mostró esta situación es que fue la movilización y la solidaridad lo que presionó a las autoridades, ya que como lo han demostrado en otras ocasiones, no hubieran hecho nada sin la protesta en las calles y las redes.
Con la iniciativa de familiares, maestras y maestros, arrebatamos a Laura con movilización y solidaridad:
Organízate con las profesoras de la agrupación de Mujeres Pan y Rosas- Nuestra Clase. Escríbenos a facebook o mándanos un mensaje de whatsapp 5544595104 |