Después de más de cien días de lucha y resistencia, las familias que se encuentran en el predio de Guernica, amanecieron frente a un operativo de más de 4000 efectivos de diferentes fuerzas, cuyo objetivo era desalojarlos a la fuerza. Esta es la respuesta del Estado frente a una crisis habitacional histórica, y una demanda legitima: tierra para vivir.
Si bien la Ley Nacional 26.061 de Protección Integral de Derechos del Niño, establece que el Estado es responsable en la creación de políticas y programas que permitan las tareas de cuidado integral por parte de las familias, el gobierno hace caso omiso a la legislación, corriéndose de sus obligaciones en la restitución de derechos.
Tal como comentan las y los vecinos y las niñas y niños, se venían realizando tareas de amedrentamiento y hostigamiento, impidiendo la entrada al predio de elementos de primera necesidad, cortando la luz a la madrugada, con el sobrevuelo de helicópteros que alumbraban las construcciones precarias, despertando a niños y adultos, generando miedo y ansiedades.
Pero no queda todo ahí. Con las acciones de represión desplegadas en el día de hoy, estos mismos niños y niñas vivenciaron más violencia, con gases, balas y carros policiales que en su recorrido destruían los espacios que ellas y ellos habitaban cotidianamente.
En el informe que realizamos desde el Equipo Técnico de Niñez en Emergencia, conformado por trabajadores de Niñez y Adolescencia CABA y la Provincia de Buenos Aires, sobre la situación de las familias, y en particular los niños y niñas que viven allí, planteamos:
“…esta situación posee un potencial traumático, que puede evolucionar en el despliegue de diversos síntomas. Entre ellos podemos mencionar: inhibición motriz y del pensamiento, dificultades para conciliar el sueño, o terrores nocturnos. Asimismo, estos hechos pueden adquirir carácter traumático con posterioridad al tiempo en el que suceden, tomando actualización en el pasaje a la adolescencia. Lxs niñxs de hoy expuestxs a la tortura cotidiana de las fuerzas represivas serán lxs jóvenes padecientes del futuro.”
Diversos estudios dan cuenta de las consecuencias psíquicas y físicas que acarrea ser víctima de violencia, y en particular de la violencia colectiva, en este caso ejercida desde el Estado a un sector de la población, generando presiones emocionales y tensiones psíquicas que aumentan día a día.
Los efectos de la represión llevada a cabo en Guernica, no solamente poseen actualidad sino que traerán consecuencias irreparables en sus subjetividades, afectando su salud y su bienestar. Es necesario destacar que estos niños y niñas, no solamente son testigos de lo que sucede sino que son víctimas directas del accionar del Estado. Sus acciones también se han dirigido a sus cuerpos y a sus psiquis.
Esos rostros que recorrían los noticieros desde esta mañana no son más que la imagen de una niñez olvidada ante la decisión del gobierno de privilegiar el acceso a la tierra por parte de un sector, permitiendo la especulación y los negocios inmobiliarios. De este modo, podemos preguntarle a Kicillof, Berni, Larroque y demás funcionarios públicos, en donde quedo el interés superior de los niños y niñas, que debe garantizar el desarrollo integral y una vida digna, tal como lo sostiene la Convención Internación de los Derechos de los Niños.
Desde el Equipo Técnico en Niñez y Adolescencia nos solidarizamos con las familias y su lucha, y exigimos a los sindicatos, que callan y han callado durante estos meses de acoso, persecución y criminalización hacia familias enteras que reclaman tierra para vivir, su pronunciamiento inmediato y la convocatoria a un Paro Nacional.
Si te interesa sumarte a la próxima reunión abierta a este Equipo Técnico escribinos a [email protected] |