De acuerdo a este informe, el acceso al Misoprostol, tanto en su versión de Misop 200 como de Oxaprost, sufrieron durante la pandemia un incremento del 21.73% y 19,11% respectivamente.
Si lo comparamos con el valor del salario mínimo vital y móvil que es de 16.875 pesos, vemos que para comprar una caja de Oxaprost, que es el medicamento que puede conseguirse más fácil y que actualmente cuesta $9.701,74, necesitamos casi la mitad del salario.
Aunque el Misop 200 tiene un valor mucho menor, $5.860,24, la realidad es que acceder a él no resulta nada sencillo, ya que para comprarlo se exige receta archivada de un médico especialista.
Es importante señalar, que durante la pandemia las mujeres resultaron uno de los sectores en donde la desocupación llegó a niveles más altos, razón por la cual son las que en mayor cantidad han accedido al IFE.
Si tomamos en cuenta que esta asignación es de solo 10.000 pesos al mes, no hay que ser experto en matemáticas para concluir que, de necesitarlo, no podrían acceder a la compra del Misoprostol, ya que además, muchas de ellas tienen hijos menores a cargo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó ya en el año 2005 como esencial este medicamento. En nuestro país la fabricación por parte del Estado solo se logró en la provincia de Santa Fé y a través del Laboratorio Domínguez en la Ciudad de Buenos Aires.
El informe agrega que " “sigue siendo un bien inalcanzable (muchas veces también desconocido) para muchísimas mujeres, lesbianas, varones trans y no binaries que necesitan practicarse un aborto. Su costo exorbitante es uno de los mayores y más importantes obstáculos para el acceso.” |