Hablar del cuidado de la salud se volvió tema principal de conversaciones, de medios de comunicación y de comunicados oficiales del gobierno desde el inicio de la pandemia. No obstante, lo importante es siempre pensar con qué concepto de “salud” estamos trabajando para saber qué debemos cuidar. Si partimos de entenderla como un proceso que contempla varios factores, podemos y debemos pensar políticas públicas que tengan en cuenta factores sociales, psíquicos y físicos.
Si de salud mental hablamos, es un hecho que no fue el principal interés del gobierno desde un principio el pensar en el cuidado de ella, siendo que, por ejemplo, lxs psicólogxs no se encontraban contemplados dentro de las excepciones laborales, así como tampoco se ha brindado el cuidado correspondiente a aquellxs profesionales de la salud que están en primera línea combatiendo la pandemia, con todo el malestar psíquico que eso conlleva. Sumado a esto, vimos, el día de ayer, cómo sólo la salud de algunxs pocos importa.
Como si lo anterior dicho no fuera suficiente para entender a quienes cuida el gobierno, debemos mencionar otra problemática que se ha visibilizado el último tiempo. Este es el problema habitacional, que en nuestro país viene de larga data, y al cual, las políticas públicas, no han brindado solución alguna.
Comenzando la cuarentena, podíamos escuchar y leer en todas partes slogans tales como “quedate en casa”, con los cuales el gobierno dejó por fuera a las miles de familias, como las de Guernica, que no poseen una vivienda donde quedarse. La falta de algo tan básico como un hogar, no sólo dificulta el cuidado de lo físico (quedándose para no contagiarse) sino que también representa un sufrimiento tanto psíquico como social, componentes fundamentales en el proceso salud-enfermedad-cuidado. La angustia que acarrea el hecho de no poder tener un techo propio o brindarle un resguardo a tu familia es realmente importante.
No obstante, la respuesta que el gobierno provincial de Axel Kicillof y del ministro de seguridad Sergio Berni dan a estas familias que, en Guernica, decidieron tomar un terreno que hace años no es utilizado y cuya finalidad era construir eventualmente un barrio privado, es la de desalojarlas por medio de la violencia, con el uso de balas de goma e incendiando las casillas que con esfuerzo habían logrado construir, sin darles siquiera permiso de sacar las pocas pertenencias que consigo llevaban, entre ellos los documentos de sus hijxs.
En otras palabras, a la ya violencia simbólica que vienen sufriendo estas familias por falta de oportunidades o de obtener un pequeño terreno y una vivienda, se le suma la violencia física estatal, que no hace más que continuar vulnerando los derechos de dichas personas.
El derecho a la salud es un derecho universal que no puede ser negado, en especial por el propio Estado. Pero se hace necesario explicitar que “la salud” no sólo es quedarse en casa y lavarse las manos: lo económico, lo social, lo mental y mucho más, forman parte de lo que llamamos proceso de salud-enfermedad-cuidado, por lo tanto, negar algo tan básico como la vivienda es seguir atacando el derecho a la salud. |