Este anime de fines de los 90, producido por Sunrise, creado por Hajime Yatate (seudónimo colectivo de todo el personal de animación) y dirigido por Shinichiro Watanabe, que remonta su origen a una publicidad de juguetes de naves espaciales de la franquicia BANDAI, ha sido la puerta de entrada de este formato oriental en tierras occidentales.
Y no es para menos: está plagado de referencias a personajes y obras de la cultura pop, su banda sonora combina estilos musicales occidentales, con letras fundamentalmente en inglés, y su estética visual no remite demasiado al estilo de dibujo oriental.
Si hablamos de la estética general, sus escenarios no son deslumbrantes ni maravillosos. La historia transcurre en el año 2071, pero lejos de ver una civilización avanzada y tecnología de punta, nos encontramos con muchas similitudes con el pasado. Sus ambientes son crudos, oscuros y oxidados, como el mismo Bebop: la nave espacial que traslada al grupo de cazarrecompensas que protagoniza la historia.
A propósito de ellos, inicialmente la tripulación de la nave está compuesta por Spike Spiegel, un antiguo miembro del sindicato criminal Dragón Rojo, que en una ocasión se peleó con un camarada y perdió a la mujer que ama y la vida que llevaba hasta entonces. Es un genio de las artes marciales y resulta atrayente por su ser irónico y por momentos melancólico. Sus características le valieron el premio al mejor personaje masculino en el Anime Grand Prix de 1998 y 1999. Y su compañero de trabajo, Jet Black, un expolicía intersolar que se alejó de esa organización por la corrupción, quien es dueño del Bebop y un amante de la cocina y de cultivar árboles bonsai.
Luego se agregan Faye Valentine, una mujer impulsiva, avara y con dificultades para relacionarse con otros; Ed, una niña hacker de comportamiento errante, espíritu libre y sonriente aún ante las adversidades, y Ein, un perro de inteligencia superior creado en un laboratorio.
La historia va de las aventuras que tienen a lo largo del espacio cazando criminales a cambio de dinero (que siempre les falta), pero no es lo esencial. Lo cautivante de Cowboy Bebop es la relación -conflictiva- de sus personajes con su pasado, ya sea por no poder dejarlo atrás, por tener miedo de enfrentarlo o por no querer abandonarlo del todo. Decidir cómo lidiar con él es un eje transversal en la trama y el destino de sus personajes. Además, aborda temas como la soledad y el existencialismo, y provoca emociones que son difíciles de describir.
Pero uno de los elementos (sino el más) destacados de la obra, sin dudas es su banda sonora, que incluye jazz, blues, pop y otros estilos. Se ha ganado la fama de ser la mejor de todos los tiempos. Su opening, Tank!, es sencillamente inmejorable, y su primer soundtrack ha sido galardonado con 5 estrellas en la reseña del portal mundialmente reconocido AllMusic.