El parte oficial difundido por la Policía Bonaerense y divulgado por varias empresas periodísticas y la agencia estatal Télam dice que un “oficial de la Policía Bonaerense” fue detenido “acusado de haber cometido un robo bajo la modalidad ‘motochorro’, junto a un cómplice que logró escapar”. Fue el sábado a la noche en la localidad bonaerense de Pablo Nogués, partido de Malvinas Argentinas.
Según la versión oficial, el hecho ocurrió el sábado “cuando personal del Comando de Patrullas de Malvinas Argentinas notó en actitud sospechosa” a dos hombres que viajaban en una moto y pasaban por la esquina de Madame Curie y Olivos de Pablo Nogués.
“Al ver la presencia policial, los sospechosos emprendieron la fuga y en una mala maniobra la moto perdió estabilidad y cayó al piso”, dice el cable difundido por la propia Bonaerense. El conductor de la moto logró ser detenido y su acompañante (que según la Policía no sería policía) “logró escapar corriendo”.
La información difundida desde el Ministerio de Seguridad que conduce Sergio Berni dice que “el sospechoso fue identificado como un agente de la Policía Bonaerense que trabaja en el Comando de Patrullas de Tigre pero que en ese momento cumplía una sanción de seis días de suspensión sin goce de sueldo que le había sido impuesta el jueves por no presentarse a su puesto de trabajo”. ¿El nombre y apellido? Bien, gracias.
Dicen que (por estar sancionado) el agente no estaba usando su arma reglamentaria al momento de ser detenido y que en su poder se encontró “un teléfono celular marca Samsung y un monedero rosa con una credencial de la Anses y 400 pesos”. Oh, casualidad, “mientras era identificado desde el 911 ingresó un alerta por un robo del tipo ‘motochorro’ del que había sido víctima una mujer de 46 años a pocas cuadras”.
La fiscalía de Malvinas Argentinas de turno dispuso la aprehensión del policía y caratuló la causa en la que lo imputó como “robo calificado por el uso de arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo tenerse por acreditada”. ¿La hipótesis judicial es que el policía salía a robar con un arma que sólo para “asustar” a sus víctimas? Como sea, en la causa no parece ser “mérito” suficiente que el hombre sea justamente integrante de la fuerza represiva provincial.
Desde el área de Asuntos Internos de la Bonaerense dijeron que “resolvieron desafectar de servicio al policía implicado”. Otra truchada. Se sabe que las “desafectaciones” en la Policía son maniobras para hacer como que se separa a un miembro de la fuerza, pero no son exoneraciones ni mucho menos. Es decir que más temprano que tarde esos agentes vuelven a sus funciones, seguramente en otros destinos de la geografía provincial. Y si no, puede migrar a otra fuerza, de otra provincia o federal. Siempre y cuando en un juicio no sea condenado (cosa muy difícil de suceder).
La participación de policías en delitos (sea de forma individual o como parte de bandas) no es una novedad. Es cosa natural y cotidiana. Ahora bien, con el derechista Sergio Berni a la cabeza (como pasó con Bullrich y Ritondo en tiempos macristas), el empoderamiento fenomenal a la Bonaerense no puede derivar en otra cosa que en una mayor participación policial en el delito organizado.
Si a este oficial se lo detuvo porque tuvo la mala suerte de caerse de la moto, bien vale preguntarse cuántos de los “motochorros” que llenan las crónicas policiales por sus “exitosos” golpes integran las fuerzas policiales o bien son cómplices de ellas y actúan bajo su amparo. Para no hablar del crimen organizado, del que indefectiblemente la Policía, la Gendarmería, la Prefectura y demás brazos armados del Estado son casi regentes. Porque no es un policía, es toda la institución. |