Esta vez la empresa Nutella publicó en sus redes sociales de Puerto Rico la imagen de un pastel de chocolate con motivo de los festejos de Halloween, mismo que estaba decorado por un par de ojos, pues pretendía asemejar un monstruo. Lo que llamó la atención fue la presencia de unas figuras encapuchadas coronando el pastel, que, según las explicaciones eran fantasmas, pero a las que los usuarios de internet les encontraron parecido con los miembros del Ku Klux Klan.
Las críticas hacia la empresa de la crema de avellanas más famosa no tardaron en hacerse presentes, pues para muchos esta publicidad ocultaba un mensaje racista y de odio y hacía alusión a una situación verdaderamente terrible, al menos en Estados Unidos.
Sin embargo, las opiniones estuvieron divididas entre las personas preocupadas por las figuras del pastel y entre quienes decían que quejarse por eso era una exageración, pues era "obvio" que estos eran sólo fantasmas.
De todos modos, la empresa emitió un comunicado explicando su publicidad y disculpándose por los malos entendidos. Además la imagen fue retirada de las cuentas oficiales de Nutella.
"Lamentamos profundamente que haya tenido otra interpretación: la imagen tenía como objetivo el compartir una rica receta para el disfrute de todos. Agradecemos por contactarnos y el constante apoyo que nos demuestran"
cerró la empresa.
Y a todo esto, ¿Qué es el Ku Klux Klan?
Hablar del KuKlux Klan es revivir una historia de odio supremacista, muerte y xenofobía que sigue vigente.
Surgido después de la Guerra de Secesión y con el objetivo de “poner en su lugar a los negros” que pasaban a volverse asalariados de la sociedad estadounidense y empezaban a organizarse sindicalmente, el Klan se consolidó rápidamente como un bloque adoctrinante que era funcional al sistema capitalista por muchas razones.
Anclando a los trabajadores racializados a la miseria de sus tierras de cultivo y con ello a sus pésimos salarios, rivalizándolos con los trabajadores blancos para impedir su organización conjunta y, por supuesto, enfrentando y persiguiendo a quienes se mostraban en contra del sistema, como organizaciones de izquierda, dirigentes sindicales, anarquistas, entre otros.
El KKK llegó a tener tal poder que empresarios de la talla de Henry Ford les financiaban y de hecho, dos presidentes estadounidenses, uno republicano y el otro demócrata, Harding y Truman, fueron miembros del Klan, al igual que importantes senadores como Robert Byrd, Theodore Bilbo y Rice Means.
Al día de hoy, la herencia que dejó la consolidación de Estados Unidos bajo mecanismos racistas como el KKK se expresa en fenómenos como el fortalecimiento de grupos neonazis, particularmente con la llegada de Donald Trump al poder.
Sin embargo, tras el desbalance que enfrentó la Casa Blanca con el aún fresco resurgimiento del Blck Lives Matter, la juventud ha dejado la puerta abierta para luchar por la erradicación del racismo sistémico y las doctrinas supremacistas.
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