Foto: Facebook Pedro Kumamoto
Con más de 7,350,000 de habitantes, Jalisco es uno de los centros industriales más importantes de México. Trasnacionales como Honda, Sanmina Science Systems, Continental Automotive tienen plantas allí. Con 1.223.4 millones de dólares invertidos por capitales extranjeros, ocupa el tercer lugar nacional en inversiones extranjeras directas.
Estas elecciones intermedias el Partido Revolucionario Institucional (PRI) perdió uno de sus históricos bastiones. Ganó la alcaldía de Guadalajara el de reciente creado Movimiento Ciudadano, de centroizquierda, con el candidato Enrique Alfaro Ramírez.
El voto a Kumamoto: hartazgo ante la clase política tradicional
En el Distrito 10 para diputados locales, el joven Pedro Kumamoto ganó por un amplio margen, 37.73% contra 22.49% del Movimiento Ciudadano. Por su parte, allí el PRI tuvo sus peores números: 13.76%. Y en ese distrito es donde el porcentaje de votos nulos a diputados locales fue menor: sólo 0.26%, mientras en el resto de los distritos osciló entre 2.32% y 3.76%.
Kumamoto tiene 25 años, es gestor cultural egresado del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente-Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO) y activista social, como parte de Wikipolítica Jalisco, un agrupamiento de estudiantes y jóvenes sin partido que se plantean “reinventar la política a partir de la colectividad y la tecnología”.
Con un discurso que se presenta fresco, y una humilde campaña electoral, en la que declaró haber gastado 18, 500 pesos -contra el despilfarro millonario de los partidos tradicionales-, el joven Kumamoto aparece como una esperanza para decenas de miles de jóvenes en Jalisco.
Su declaración: “Quiero ser tu diputado porque es tiempo de recuperar el gobierno para las personas y construir una forma honesta, colectiva y transparente de hacer política.” lo ubica como parte de la corriente político-ideológica que surgió en México en 2012 en torno al #Yosoy132, y, en ese sentido, como un punto de referencia para los jóvenes que fueron parte de ese movimiento y se sienten asqueados de la corrupta clase política.
Kumamoto describe en su página, como denuncia, que “Hay muros en nuestro país... Los muros que separan a los representantes de los representados, los que nos mantienen fuera de la toma de decisiones, los que resguardan el interés de pocos y anulan el de muchos. Los muros de un sistema político que solo se asoma para conseguir votos cada tres años y una vez obtenidos estos (o comprados) se repliega para repartir el botín que es México.”
Se posiciona en términos generales contra los partidos tradicionales, señalando que toman en cuenta el interés de unos pocos por encima de la sociedad. Sin embargo, este distanciamiento que plantea frente a los partidos del régimen político no está vinculado a una crítica del programa de los mismos, y en particular de la política económica y social que llevan adelante como representantes de los intereses de las clases dominantes en México.
Y al final dice “Pero esos muros tiene grietas, somos nosotros, no nos soltemos.” Se autonombra como una grieta en los muros del régimen mexicano.
Sus promesas de campaña, aunque son limitadas desde el punto de vista del cuestionamiento del orden existente, llaman la atención de amplios sectores de la población ante el derechismo y el conservadurismo de los partidos tradicionales. Ejemplo de esto es su promesa de donar el 70% de su salario como diputado a las asociaciones de colonos.
Según señala Milenio, entre sus propuestas se cuentan “la elaboración de un presupuesto participativo, la revisión de leyes para hacerlas claras, eficientes y enfocadas en las personas y la creación de una plataforma en línea para que los ciudadanos propongan modificaciones a la legislación”.
El presupuesto participativo a debate
La propuesta de Kumamoto tiene buenas intenciones, pero, sin embargo, está sujeto ante un amplio y necesario debate.
En declaraciones a El Informador.mx Kumamoto señaló “quienes mejor conocen qué servicios y mejoras se necesitan son quienes viven en las colonias, los ciudadanos decidirán en qué invertir los recursos en sus barrios”.
La discusión sobre el presupuesto, en tanto cuestiona la utilización de los recursos por parte de los gobiernos, puede ser y puede expresar las aspiraciones de la juventud y la clase trabajadora.
Sin embargo, la discusión sobre el presupuesto participativo está sujeta a importantes contradicciones y límites. Por ejemplo, en el caso de Porto Alegre, Brasil, a partir de 1989, el gobierno de la ciudad determina a qué aplicar entre 75 y 85% del presupuesto, mientras los residentes de la ciudad sólo deciden sobre 15 a e25% del presupuesto.
Sin ir tan lejos, en la ciudad de México existe una Ley de Presupuesto Participativo. Asigna 5% del presupuesto de la ciudad a proyectos propuestos de los vecinos. En ambos casos, son porcentajes ínfimos.
¿Por qué tipo de presupuesto participativo está Kumamoto? Según señaló en el mismo reportaje citado, “Cada seis meses se realizarán diagnósticos participativos en todas las colonias del distrito 10 para definir los problemas fundamentales y gestionarlos a las autoridades correspondientes”.
Los anticapitalistas y socialistas opinamos que lo justo sería que el 100 % del presupuesto jalisciense se discuta y se vote en asambleas de colonos del distrito y con la participación de las organizaciones obreras y populares en el seno de las mismas.
Hay que exigir la apertura de los libros de contabilidad y revisión de todos los contratos y licencias otorgadas por el estado, para que los trabajadores y el pueblo organizados desde abajo puedan terminar con todas las prácticas de corrupción a las que está tan acostumbrada la clase política en México, como el reciente caso OHL-gobierno del Estado de México.
Asimismo, los fondos del presupuesto estatal deben generarse a partir de tasas progresivas a los empresarios. Y para eso hay que definir una escala progresiva de tasas y servicios donde paguen más las trasnacionales, los bancos y las entidades financieras asentados en el estado.
A su vez, debe también expropiarse las fortunas y los bienes de los cárteles del narco. Esos fondos deben ponerse al servicio de los trabajadores y los jóvenes de Jalisco, para garantizar vivienda, infraestructura urbana, salud y educación de acuerdo con sus necesidades.
¿Y cómo se logra imponer que el gobierno de Jalisco, en manos de Aristóteles Sandoval, del PRI, permita que los trabajadores y el pueblo jalisciense decidieran qué hacer con el presupuesto? Si entre PRI, PAN, PRD se atacaron físicamente para disputarse los cargos, si durante la reciente campaña electoral hubo 20 muertos entre candidatos, precandidatos o miembros de los equipos de campaña.
Sólo apoyándose en la movilización amplia en las calles, liderada por un sector al que Kumamoto no se ha referido explícitamente: los trabajadores, en alianza con los jóvenes que repudian al régimen responsable de la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, bregando por un gobierno de los trabajadores y el pueblo. |