Aunque la novela que le dio a conocer, en medio del sonado escándalo que supuso, fue “El vampiro de la colonia de Roma”, donde el autor finge entrevistar a un joven gay que se gana la vida como chapero y buscavidas en diferentes lugares geográficos, Luis Zapata, fue sobre todo un escritor experimental y atrevido, que mostró la vida homosexual del momento sin tapujos ni medias tintas.
Utilizó a lo largo de su obra los más variados formatos, desde la prosa poética a la novela más o menos intimista sin dejar de pasar por libros que están hechos únicamente de diálogos o de un uso, a la vez irreverente y expresionista, de las formas lingüísticas. Gays que se esconden tras profesiones liberales, travestís reconocidos, muchachos y muchachas sin prejuicios ni temores, amor intergeneracional y sexo a raudales aparecen en sus mejores libros, algunos teñidos de ironía y comicidad y otros, como “En jirones” más cercanos a la bajada a los infiernos de la autodestrucción.
Nacido en 1951 en Ciudad de México, el autor de “Hasta en las mejores familias” -impecable sátira social sobre la incomunicación- se adelantó a la escritura torcida e irreverente al tiempo que bebió de fuentes dispersas como los poetas de su continente y nombres de un variable calado homosocial como Genet o Pasolini.
Con una descripción a la vez hiperrealista y poética de los lugares públicos de encuentro carnal y con historias donde se mezcla el amor, el odio, la aventura interior o exterior y la pasión Zapata fue un importante novelista, dramaturgo y traductor cuyo legado es hoy incontestable en la recuperación de la memoria de la libertad, los avances culturales y el llamamiento encendido a la sinceridad.
Su fuerte era la recogida por escrito de la expresión oral de sus personajes, dominando con soltura todos los registros del diálogo o el monólogo y no temiendo fundir el melodrama con la comedia negra o las aventuras marcadas por la camaradería y el autodescubrimiento.
Nunca fue un escritor bien visto por los críticos literarios de su momento y lugar de nacimiento, pero poco a poco fue reconocido como uno de los más audaces e imprevisibles autores de novelas breves que siempre adoptaban distintos personajes y estilos dispares, desde el folletín hasta la narrativa negra.
Aunque su falta de prejuicios al hablarnos de la población LGTB que bullía en las calles de México lo convirtieron en un “outsider”, un pionero y un escritor “de culto”, hoy en día es reconocido como uno de los autores más originales y creativos de la literatura latinoamericana reciente, rompiendo moldes en los años sesenta y sesenta y sin dejar de plasmar por escrito hasta el final -donde nos dejó su impresionante autobiografía- sus impresiones sociales y su inquietud por los diversos formatos que puede adoptar una historia, en ocasiones cercana al teatro irreverente y en otras a la destrucción, solo aparentemente lineal, de la mitología heredada y las fachadas tras las que vivimos.
Luis Zapata (1951-2020)
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