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La Izquierda Diario
8 de noviembre de 2020 Twitter Faceboock

Estados Unidos
El Gobierno de Joe Biden, el fenómeno Sanders y una juventud potencialmente disruptiva

El demócrata Joe Biden es el nuevo presidente de Estados Unidos. Qué tendencias se expresaron en esta elección, qué expectativas y contradicciones tendrá esta nueva administración demócrata.

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Sobre eso conversamos con Jimena Vergara, editora de Left Voice, el sitio en inglés de la Red Internacional La Izquierda Diario, que nos respondió desde Nueva York.

La victoria de Joe Biden estuvo muy peleada, contra los pronósticos electorales. ¿Qué pasó?

El resultado otra vez como en 2016 de algún modo tambalea el sistema de encuestas, de predicciones de EEUU porque efectivamente Joe Biden venía encabezando entre 5 y 10 puntos de acuerdo a las distintas encuestas la carrera presidencial y los demócratas esperaban dar un golpazo de efecto, por lo menos en algunos de los estados importantes que son los swing states, que además tienen muchos votos electorales. Tampoco había claridad en que se iba a registrar una ola azul a nivel nacional, pero sí esperaban los demócratas tener un mejor performance por lo menos en uno de los estados.

Lo importante de esta elección, que parece ser una de las elecciones históricas en el nivel de voto con aproximadamente unos 160 millones de votantes, en las que Joe Biden, el candidato del partido demócrata, alcanzó unos 72 millones de votos. Trump logró una performance que no se esperaba, la expectativa era que se expresara un voto castigo mayor por el mal manejo de la pandemia, pero consiguió más de 70 millones de votos.

¿Qué expresa esa participación récord?

Lo que expresó la elección con toda magnitud es la profunda polarización del régimen estadounidense y también la polarización que aqueja a la sociedad desde la crisis del 2008. Cuando decimos polarización, hay que llenarlo de contenido porque se ha discutido mucho, incluso los ideólogos capitalistas, los de la burguesía en EE. UU. lo vienen debatiendo como un problema porque la sociedad en este país ha estado históricamente muy dividida por raza, religión, por las profundas contradicciones de clase, pero este tipo de polarización es el subproducto de una gran crisis económica pero también subproducto de una gran crisis ideológica de proyecto neoliberal que se impuso en las últimas décadas.

Varios analistas señalan esa enorme polarización. ¿Qué quiere decir eso?

Cuando decimos polarización estamos hablando de que los dos partidos tradicionales, que en general engloban o agrupan el espectro político e ideológico, se quedan cortos como representación política de esa polarización y por eso le surge al partido republicano un ala de derecha, un populismo de derecha con una agenda proteccionista y “aislacionista” unilateral, más bien unilateral en el terreno internacional, y con una agenda además populista de derecha en el terreno doméstico.
Por otra parte le surge al partido demócrata un ala progresista, una insurgencia interna representada por Bernie Sanders, que es la representación política de sectores que se están saliendo del espectro, y estamos hablando de sectores de masas.

Entonces lo que expresa es esto, una polarización social enorme que distorsionadamente se da a través de la elección porque el problema es que los dos partidos, el bipartidismo es tan cerrado que no permite disidencias políticas, no hay tercer partidos que sean viables ni para la burguesía ni para las masas laboriosas, entonces esto se está tendiendo a salir del espectro de la tradicional representación política que configuraba el escenario político de Estados Unidos.

¿Cuál es el debate de fondo?

Por supuesto, están de fondo estas profundas contradicciones de las que estamos hablando. Por lo menos 90 % de la clase obrera norteamericana no está sindicalizada, son parte de los trabajadores precarizados; el salario mínimo no es de 15 dólares a nivel nacional lo cual es terrible; el problema de vivienda es terrible, la crisis de salud es brutal, y luego llega la pandemia. La pandemia en lugar de cerrar la brecha, la profundiza. Porque esta elección también se trató, de un voto que tiene que ver con las reaperturas económicas, o sea cómo impactó en la pandemia la economía capitalista, y a los distintos sectores que configuran el ordenamiento de clases de la sociedad estadounidense.

También se trató de un debate implícito entre reapertura económica, negar la existencia de la pandemia como un problema real, en boca de un senador republicano, la gente prefiere sacrificar a la abuela en lugar de sacrificar la economía, era un debate sobre la reapertura económica por el cual Wall Street empujó fuerte y para eso movilizaron a su base social reaccionaria los meses previos, y en debate, en contraposición a los afectados por la pandemia, los llamados esenciales, entre los que se encuentran los trabajadores “de cuello azu”l, como se le llaman a los extractos más altos del proletariado, pero también todo el sector precarizado que tuvo que ir a trabajar y está teniendo que ir a trabajar en condiciones que todavía no seguras para la salud de sus familias y de ellos mismos. Entonces hay una gran polarización en ese sentido.

¿Qué contradicciones surgen en el Partido Demócrata?

Uno de los problemas que van a enfrentar Joe Biden y el Partido Demócrata es que ganan con grandes aspiraciones democráticas del movimiento de masas, con respecto a la cuestión racial, la violencia policial, la cuestión económica, los bajos niveles de sindicalización.

Por ejemplo, recientemente una encuesta que publicó Gallup muestra que más del 60% de los estadounidenses están a favor de que haya sindicatos, en las encuestas estatales una mayoría aplastante apoyó el aumento salarial a 15 dólares a nivel nacional del salario mínimo. Entonces el partido demócrata llega a este gobierno con muchas aspiraciones democráticas, de la clase obrera, de los oprimidos, del movimiento obrero.

Llega com muchas aspiraciones democráticas también producto de este fenómeno que le surge a la izquierda alrededor de la figura de Bernie Sanders, que este ala insurgente, que en enero y febrero tenía posibilidad de que Sanders hiciera una mejor performance electoral, porque es la representación política de una generación que ya vivió la crisis del 2008, que está viviendo la crisis de la pandemia actual, en realidad es una coalición de generaciones, los llamados millenials y los llamados centenials, la generación z, que ya pasaron la crisis económica, que ya no tienen nada que esperar del capitalismo.

¿Por qué? Porque los jóvenes blancos de clase media se endeudan durante años para poder ir a la universidad o endeudan a la familia. Porque no hay medicina universal, entonces ir al médico en este país es imposible, lo que hace que la gente no vaya al médico en este país a menos que esté muy mal. Porque sabe de antemano que van a tener que pagar una barbaridad de dinero.

Son sectores de la juventud muy diversos racialmente porque la comunidad latina que lleva décadas migrando, ya es de tercera generación, ya son latinos americanos, por eso en Arizona se dio un despertar de voto latino, es un voto joven que le preocupa el problema migratorio porque los padres muchas veces no tiene papeles, la familia corren el riesgo de ser deportados, pero también les preocupa los problemas estructurales, salario, educación, empleo, salud, etc., y estos sectores definitivamente han impactado en la cultura de las familias latinas que en general tenían en una agenda conservadora.

Por izquierda dentro del Partido Demócrata, surge el sector del squad de Alexandria Ocasio-Cortez, las congresistas de color que ratificaron sus puestos, es la representaciòn polìtica de ese sector, y eso va a seguir existiendo. Igualmente, al sanderismo le hacen una maniobra producto de cómo funciona el sistema electoral estadounidense, los demócratas encabezados por Barack Obama, Hillary Clinton y Nancy Pelosi, hacen todo lo posible para que Sanders no sea candidato y luego van a una convención demócrata donde Biden no integra una sola de las consignas de la plataforma de su oponente, y Sanders lo apoya entusiastamente al candidato oficial.

El partido demócrata tiene ese problema, ese ala insurgente existe, no solo en la superestructura, existe como fenómeno social. Sanders decidió que esa expresión terminará alineada detrás del establishment demócrata.

Hay sectores de la juventud que se han movilizado y comienzan a cuestionar al capitalismo ¿Qué pasa con estos jóvenes?

A nivel de la izquierda más en general, hay una vanguardia amplia, que le dio vida nuevamente a un partido que viene desde los 80, los Socialistas Democráticos de América, Democratics Socialists of America (DSA), que surgió como fenómeno producto de toda la gente que hizo campaña por sanders y que vio cómo el establishment demócrata lo aplastaba. Entonces se van al DSA, estos jóvenes empiezan a identificarse con una especie de socialismo que en muchos casos se trata de una conciencia más de redistribuición, son jóvenes muy conscientes de la terrible brecha de las brechas sociales y raciales en EE. UU., son conscientes del cambio climático entonces son anticorporaciones por definición, son occupy, son metoo, son woman’s march, son todo eso. Son parte de la lucha contra el racismo, contra la crisis climática, son todo eso junto.

Entonces es un sector que es muy dinámico porque estamos hablando de las nuevas generaciones, muy diversas racialmente, porque toda la migración que viene a Estados Unidos ve como los jóvenes se están radicalizando políticamente en América.

El caso de Florida es algo a parte porque el voto latino lo favorece a Trump, porque está la comunidad venezolana y cubana, llamado el lobby cubano, que son reaccionarios, anti chavistas, anti comunistas, y donde el discurso de Trump impactó mucho.

¿El DSA apoyó a Joe Biden en estas elecciones?

En el DSA el problema fue que una convención decidió no apoyar a Biden, pero la dirección de es partido, que son los editores de la revista Jacobin que venían postulando una suerte de socialdemocracia kautskiana, se reivindican socialistas pero tienen esa idea de llegar al socialismo de forma gradual, infiltrando las instituciones del régimen burgués, por eso opinan que el Partido Demócrata, como institución del régimen burgués debe ser infiltrada, girado hacia la izquierda.

Esta gente que era sanderista no iba a apoyar a Biden pero hace 2 meses hay un giro a derecha contundente con la excusa de que se venía el “facismo” con el gobierno Trump, y empiezan a hacer campaña implícitamente por Joe Biden, no solo para decir “hay que votar a Biden porque se viene el facismo” sino para decir “hay que empujar” -que esa es su estrategia- “al partido demócrata a la izquierda”, que se confronta con la realidad porque una vez que logran sacar a Sander de la carrera electoral, el Partido Demócrata lo que hace en realidad es girar a la derecha y toda la estrategia de Biden está basada en crear un nuevo consenso burgués, que se ve muy difícil, pero que por lo menos para la elección le sirvió para construir una coalición entre el capital hegemónico, Wall Street, y las corporaciones para que lo apoyen.

Es muy interesante cómo se va a expresar este fenómeno que surgió, porque si es verdad que desde el punto de vista de la izquierda el Partido Demócrata no va a cambiar nada. Después de las protestas contra la violencia racista la policía siguió asesinando negros, reprimió al movimiento Black Lives Matter.

Joe Biden podrá dar ciertas concesiones pero, si la recesión es la que se está pronosticando, va a imponer la austeridad, tiene un enorme compromiso con sus donadores de campaña, entonces este sector joven multiracial, que incluye a la juventud blanca que también se está radicalizando, es potencialmente muy disruptivo.

¿Cómo se puede desarrollar ese potencial disruptivo de la juventud?

Pueden haber rupturas significativas, no estoy diciendo rupturas de organizaciones o coaliciones sino de rupturas políticas de masas o de sectores muy amplios con el partido demócrata y que vean la perspectiva en principio de construir un tercer partido de la clase obrera y de los que luchan contra el racismo.

Desde nuestro punto de vista es que tenga una perspectiva realmente socialista y que logre tener influencia. La clase obrera estadounidense viene de muy atrás, desde muy atrás ideológicamente. Soportó la ofensiva neoliberal después de la derrota de los trabajadores de aeropuertos en el gobierno Reagan, les desmantelaron los sindicatos, la precarización es enorme, los trabajadores precarios, sufren opresión además porque hay inmigrantes, indocumentados, entonces sufren la represión policial. Pero los últimos años han sido interesantes, hay un despertar lento, como dicen acá muchos camaradas socialistas de Estados Unidos, en el movimiento obrero lo que pasa es silencioso, pero cuando pasa es profundo.

Entonces lo que emerge son luchas reivindicativas del movimiento obrero, por ejemplo, luchas por sindicatos, muchas luchas moleculares desde antes de la pandemia, pequeñas pero muy extendidas a nivel nacional por derechos económicos. Luego estalla la pandemia y emerge esta vanguardia del movimiento obrero reducida pero significativa que enfrentó por lo menos en el cenit de la pandemia de Estados Unidos los planes de la burguesía de hacer que los trabajadores esenciales cargaran con toda la crisis sanitaria y económica.

Está por verse si esta juventud, que además es una juventud está unida filialmente a estas familias de la clase obrera, puede un factor de radicalización como el Black Lives Matter, que conmovió sectores significativos como los portuarios de la costa oeste que pararon 29 puertos en solidaridad con el movimiento, si esta juventud, de abrazar una perspectiva revolucionaria, puede hacer carne en este movimiento obrero que viene levantando cabeza, una perspectiva para desafiar la existencia de los partidos capitalistas pero no creando otro partido capitalista, desafiarla desde el punto de vista revolucionario..

 
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