Micaela Rocha
| Delegada Escuela n°1
Agrupación Negra en ATEN
La solidaridad de los de abajo, para enfrentar el giro represivo de los gobiernos, que mientras le dan beneficios enormes a los empresarios, para las familias trabajadoras que tienen que elegir entre pagar un alquiler y comer, la respuesta es desalojo y represión.
Cuando las y los docentes de la Agrupación Negra en ATEN llegábamos a la toma, el sol brillaba alto sobre el sector de la meseta de Centenario, las familias se resguardaban del calor en las sombras que proyectaban las casas construidas con sus propias manos, las niñas y los niños jugaban.
Ya conocíamos la zona, junto con las trabajadoras de la Red Interinstitucional en Defensa de los Derechos de las y los niños y adolescentes de Centenario, recorrimos la toma haciendo encuestas para relevar la situación económica, sanitaria, habitacional y educativa de las familias que viven en las tomas.
Hace más de 8 meses que no nos poníamos el guardapolvo y la pechera para ver a nuestros estudiantes, es así que la ansiedad y las emociones se hacían sentir a flor de piel. "Seño" nos reconocían caritas sonrientes y sabían que no estaban solos, es que desde hace unas semanas venimos impulsando una campaña solidaria entre nuestras compañeres de trabajo, nuestras familias y nuestros amigues.
En esta ocasión llevábamos alimentos, elementos sanitizantes y ropa que habíamos juntado por semanas.
Los y las docentes no somos ajenas a la realidad que viven las familias de la escuela pública, que cargan sobre sus espaldas el impacto de la crisis económica, la falta de acceso a dispositivos electrónicos y conectividad, la precarización laboral, los despidos y las suspensiones. Esta es la razón por la que las familias tienen que elegir entre pagar el alquiler o comer. Mientras el intendente de Centenario Javier Bertoldi, del Frente de Todos mantiene la orden de desalojo sobre las cabezas de esas infancias sin techo y sus familias. Las y los docentes organizamos una gran campaña solidaria contra la represión y el desalojo, por tierra para vivir y por Ni Una Menos sin Vivienda.
Las maestras y los maestros también sufrimos el ajuste, muchos quedamos sin trabajo o con menos horas y padecemos la carga de las clases virtuales, que no nos permiten desarrollar el trabajo pedagógico como debiera ser, menos cuando un gran número de alumnos no pueden garantizar la conectividad para acompañar el proceso de aprendizaje y revisión de contenidos. ¿Qué fácil es para los gobiernos decir quedáte en casa con todas las necesidades satisfechas no?
Las docentes muchas veces somos el sostén del hogar, debemos afrontar el pago de alquileres altísimos que se comen nuestros salarios, padecemos de cerca la falta de vivienda y el acceso a un pedazo de tierra. Sabemos que es con esas familias con las que tenemos que construir lazos de solidaridad. La solidaridad de clase como herramienta para defendernos de los ataques de los de arriba.
Estas iniciativas desde abajo se contrastan con el silencio cómplice de las conducciones sindicales de Ctera y Aten que se niegan a convocar a asambleas para que las y los trabajadores debatamos cómo organizarnos para enfrentar el ajuste que vienen descargando sobre nuestras espaldas y sobre las familias de nuestras comunidades educativas. Mientras el jueves pasado el gobierno de Axel Kicillof junto a Sergio Berni reprimía a las familias de Guernica, en el Congreso de la Nación se votaba un presupuesto de ajuste que reduce el gasto público a pedido del FMI. Parece una tomada de pelo, no hay plata para un plan de viviendas, para salud o educación pero sí para la represión y el pago de la deuda.
Desde la agrupación Negra en ATEN denunciamos la tregua del sindicato con el gobierno de Fernández. Nos negamos a que las organizaciones sindicales le den la espalda a las familias, que como consecuencia de las políticas de todos los gobiernos, como la falta de un plan de obras públicas, de beneficiar a empresarios y terratenientes y a las multinacionales como Chevron, se ven obligadas a vivir en la miseria. En los asentamientos viven las infancias que tienen todos sus derechos vulnerados, parte de ese 68% de las niñas, niños y adolescentes para fin de año se van a encontrar por debajo de la linea de pobreza.
Las centrales sindicales y las seccionales tienen que estar a la cabeza de construir estos lazos, de generar una solidaridad activa entre trabajadores. Por eso te invitamos a rodear de solidaridad a las infancias sin techo y a esas familias que pelean por el acceso a la vivienda, impulsando esta campaña solidaria por tierra para vivir, contra el desalojo y la represión en tu lugar de trabajo, con tus familiares y amiges. No hay medias tintas, o estás con los defensores de la propiedad privada o con los privados de propiedad por las políticas de hambre de los distintos gobiernos.