Evo Morales regresa junto al exvicepresidente Álvaro García Linera luego del triunfo del MAS en las últimas elecciones bolivianas y a un año del golpe de Estado que lo catapultó al exilio. Su viaje comenzó luego de que este domingo asumiera Luis Arce Catacora como presidente electo del Estado Plurinacional de Bolivia.
Por su parte, el exministro y exembajador de Bolivia ante la ONU, Sacha Llorenti, publicó en Twitter una foto en la que está junto a Morales sentado en un avión con destino a Jujuy, y prometió contar paso a paso el regreso a su país.
El exmandatario fue derrocado luego de las elecciones presidenciales de 2019, que la oposición calificó de fraudulentas comenzando una serie de movilizaciones de la derecha que contó con el apoyo de la Policía, los militares y la derecha, que devinieron en un golpe de Estado. Cuando la resistencia al golpe se volvía aún más fuerte tanto en Cochabamba como en El Alto, Evo Morales abandonó el país exiliándose primero en México y luego en Argentina, mientras que el MAS terminó legitimando desde el Parlamento (en el que tenía mayoría) al Gobierno golpista de Jeanine Áñez, a pesar de las masacres brutales en Senkata y Sacaba.
Este lunes Evo Morales se trasladó desde Jujuy a La Quiaca, en la frontera con Bolivia, donde fue recibido por el presidente argentino, Alberto Fernández, quien asistió ayer en La Paz a la asunción de Luis Arce. Luego de desayunar con Morales esta mañana, Fernández lo acompañó en la frontera donde se desarrolló un acto de despedida.
Morales se trasladó esta mañana hacia la ciudad boliviana de Villazón. Allí fue recibido por bandas de música y al menos 3 mil de simpatizantes del MAS y de movimientos sociales e indígenas que lo acompañarán en una caravana por dos días con un cortejo de centenares de vehículos.
“No tenía ninguna duda de que volvería (a Bolivia)”, dijo a una gran multitud de simpatizantes que acudieron a recibirlo en la ciudad de Villazón, que limita con Argentina, “pero no imaginé que sería tan pronto - algo tan histórico y sin precedentes ”, dijo.
“Hoy es uno de los días más importantes de mi vida, volver al país que tanto amo me llena de felicidad”, escribió en Twitter.
Arce había dejado en claro durante la campaña que Morales no desempeñaría ningún papel en su gobierno.
A su regreso a Bolivia, Morales se hizo eco de la promesa y dijo a sus partidarios que se dedicaría al activismo sindical, donde comenzó su carrera política.
“Compartiré mi experiencia en las luchas sindicales, porque la lucha continúa”, dijo en el cruce fronterizo el lunes.
El punto final de la caravana será Chimoré, en el departamento Cochabamba, destino al que llegará el miércoles y donde en los días sucesivos presidirá un encuentro de poblaciones indígenas de varios países latinoamericanos, informó la agencia de noticias ANSA.
El presidente Argentino había estado el domingo en Bolivia para la asunción del binomio Arce-Choquehuanca. Allí fue el vicepresidente Choquehuanca, ex canciller durante el Gobierno de Evo Morales, el encargado de delinear el mensaje del nuevo Gobierno. En su discurso de posesión realizó una intervención que busca enviar mensajes tranquilizadores y conciliadores con la oposición: “Vamos a promover las coincidencias opositoras para buscar soluciones entre la derecha y la izquierda”. Para ello se apoyó en la figura del cóndor de los Andes, señalando que “el cóndor alza vuelo, cuando su ala izquierda está en perfecto equilibrio con su ala derecha”. “Estamos en tiempos de los hermanos de la apanaka pachakuti, hermanos del cambio, donde nuestra lucha no solo era por nosotros, sino también por ellos y no en contra de ellos. Buscamos el mandato, no buscamos enfrentamiento, buscamos la paz, no somos de la cultura de la guerra ni de la dominación, nuestra lucha es contra todo tipo de sometimiento y contra el pensamiento único colonial, patriarcal, venga de donde venga”.
Recordemos que durante su campaña electoral, Arce evitó hablar de golpe y se refería a Áñez como presidenta transitoria, llegando incluso en una entrevista realizada por la red PAT, en el mes de julio, a afirmar que reconocía a Áñez como presidenta constitucional.
El nuevo Gobierno del MAS respaldado con una importante legitimidad en las urnas, que le dio la victoria en primera vuelta con el 55,10%, sin embargo nace fuertemente condicionado no solo por una profunda crisis económica y social en curso, sino también, por una crisis política que el resultado electoral del 18 de octubre no permite cerrar.
En este marco el Gobierno de Arce y Choquehuanca será un Gobierno también acosado y condicionado no solo en el parlamento sino también en las calles, por una derecha ultraconservadora y racista. Así mismo, las disputas y peleas internas dentro del Movimiento Al Socialismo comienzan a aflorar luego del triunfo electoral abriéndose una gran incógnita sobre cómo se dirimirán las pugnas entre las tendencias dentro de este partido. El retorno de Evo Morales al país es un factor más que revela las contradicciones dentro del mismo MAS, donde existen corrientes que opinan que esta llegada es inoportuna pero que además exigen que la victoria que le dieron al MAS es para que se lleve adelante una “renovación completa”. En los próximos días y semanas empezaremos a ver con más claridad el desarrollo de las diversas tendencias que disputan los espacios de poder y decisión en su interior. |