Ya son escenas recurrentes en la Ciudad, golpizas, represiones, arrebato de mercadería, heridos y arrestos a los vendedores ambulantes y en especial a la comunidad senegalesa, con un total tinte xenófobo. Son vecinos y transeúntes los que indignados toman las imágenes que luego recorren las redes sociales.
Esta vez fue en el barrio de Once, donde en esta oportunidad no solo actuaron efectivos de la Policía de la Ciudad sino también patotas de civil del Ministerio de ambiente y espacio público, como se ve en las imágenes.
Fue un ataque de sorpresa con el fin de arrebatarles las mercaderías, donde los vendedores ambulantes se resistieron al arresto, como relatara Omar Guaraz, secretario gral. de Vendedores Libres de la CTA “50 policías se disfrazaron de civiles y otros tantos miembros de espacio público (patotas) sorprendieron a los vendedores arrebatándoles su mercadería e intentaron detenerlos”.
Este accionar represivo y xenófobo lleva años en la Ciudad, pero se ve incrementado durante la pandemia, justo en momentos donde la crisis económica empuja a millones a recurrir a la venta ambulante para subsistir. Y en especial para los inmigrantes, como los senegaleses, que ni siquiera tiene opción de recibir subsidios ni de nación ni de Ciudad.
Alejandrina Barry, diputada del Frente de Izquierda, nos decía "La persecución constante y la represión contra los vendedores ambulantes es inaceptable. Y peor cuando es acompañada de una xenofobia especial contra la comunidad senegalesa. Esto debería ser denunciado por todos y enfrentado, es necesario frenar este accionar. No es un policía suelto, es toda una institución y la política del Gobierno de la Ciudad".
Durante toda la pandemia la Legislatura porteño, comandada por el oficialismo de Larreta, solo tomó medidas para sostener los negocios inmobiliarios, las grandes constructoras y los grandes comercios. Ni una sola medida apuntó hacia beneficiar a los sectores que su única subsistencia es la venta ambulante.
El espacio publico se encuentra vedado para la venta ambulante, mientras se la habilita y expande para las cadenas de comidas. Una doble vara de parte de un Gobierno que solo tiene como política social para los vendedores ambulantes y en especial para los inmigrantes senegaleses, la represión, la persecución constante, el maltrato, la golpiza.
Parecen imágenes de Estados Unidos, pero no, son acá nomás en los barrios porteños. |