El Gobierno de Maduro, a pesar del rechazo que ha venido generando tiene decidido avanzar en su política lesiva para los intereses nacionales y del pueblo trabajador, de allí la manera exprés en que la ha venido imponiendo, incluso pasando por encima las propias instituciones que el Gobierno mismo crea, como la supuesta “Asamblea Constituyente”. No hay ningún interés de la clase trabajadora y el pueblo en dicha ley, todo lo contrario, va en el camino de deteriorar aún más su situación, pues no es otra cosa lo que puede significar el curso privatizador y la entrega al capital privado transnacional de intereses vitales del país.
Como sostenemos los firmantes de una reciente declaración unitaria: “rechazamos categóricamente esta ley leonina y antidemocrática que lesiona los derechos de los trabajadores, trabajadoras y el conjunto del pueblo venezolano. Es un proyecto para dar paso a privatizaciones en masa y a gran escala, con las previsibles consecuencias de una mayor explotación de la mano de obra y desconocimiento de las contrataciones colectivas. En los hechos se entrega la soberanía y se vulneran los territorios.”
Se trata de una ley en la que se le otorgan poderes extraordinarios al Ejecutivo para dejar sin efecto toda una serie de derechos de los trabajadores y del pueblo venezolano y de interés nacional establecidos en la propia Constitución Nacional. Entre otras cosas, le permitiría manejar a discreción y en secreto los activos del Estado nacional. Peor aún, donde cualquier persona puede ser penada por la divulgación de los tratados o acuerdos lesivos a los intereses del pueblo.
Con las fuerzas unitarias que ya se cuentan se está dando más visibilidad para sostener una gran campaña nacional, no sólo con declaraciones comunes sino con acciones de calle para hacer sentir la protesta, como el piquete realizado el pasado miércoles 11 frente a la Fiscalía en Caracas. Son voces de unidad de sindicatos, organizaciones políticas y populares, movimientos ecologistas, plataformas democráticas, activistas y personalidades que se suman para parar esta ley, exigiendo en concreto la realización de un referéndum abrogatorio para que sea el pueblo el que decida. Pues no es menor lo que está en juego en esta oprobiosa ley, de las más antinacionales y antipopulares si las hay.
Como se explica en la declaración unitaria que ya se encuentra en las calles: “El argumento del Ejecutivo para esta ley son las sanciones impuestas por el gobierno estadounidense. Quienes suscribimos este llamado estamos absolutamente en contra de esas sanciones y agresiones de claro corte imperialista, las cuales profundizan las penurias del pueblo venezolano. Rechazamos tajantemente toda la serie de confiscaciones de bienes nacionales, congelación de activos, embargos y sanciones diversas que los Estados Unidos y diversas potencias europeas le han impuesto a Venezuela. No le otorgamos el más mínimo derecho a estas naciones a imponer sanciones a nuestro país ni arrebatarle bienes. Exigimos el cese inmediato de todas esas agresiones y medidas ‘coercitivas’”.
Las diversas organizaciones y activistas que conforman la APR han declarado su rechazo a la ley. Por eso los llamamos a poner todas las fuerzas y sumar a la mayor unidad de acciones para darle un basta a toda esta política, pues consideramos, como asumimos que lo considerarán también quienes conforman la APR, que solo cuestiones declarativas no bastan para pararle la mano a esta política entreguista, sino que la única posibilidad real de lograrlo pasa por impulsar la movilización obrera, popular, campesina, de la mujer y de la juventud contra esta ley.
Por eso es que los llamamos a la constitución de un espacio de lucha unitario de frente único, poniendo todas las fuerzas disponibles para hacer sentir la voz, pasando de las declaraciones a la más grande unidad de acción y parar todo este proyecto antiobrero y antipopular.
En este sentido nos dirigimos al activismo y las organizaciones que componen la APR: nos parece claro que si sus organizaciones, si esta alianza está por echar abajo esa ley, deberían dar pasos concretos para sumar fuerzas desde ya a este llamado, juntando esfuerzos para desarrollar un verdadero movimiento nacional contra esta ley. Consideramos que si pusieran todo el peso que tienen en militancia, recursos, influencia en sectores del movimiento obrero y popular, etc., seguramente se contribuiría a que realmente surja un movimiento que pueda efectivamente parar esta ley. He allí la importante responsabilidad que les cabe.
Algunos candidatos y activistas de la APR han suscrito el petitorio unitario, que ha sido firmado también por diversas organizaciones sociales, sindicales y políticas de izquierda, así como figuras de la intelectualidad nacional opuestas al curso entreguista. Sin embargo, a pesar de esta posición favorable al petitorio y la propuesta que allí se hace, vemos que en las actividades y acciones que viene desarrollando la APR, incluyendo su actividad electoral, no tiene centralidad la perspectiva de poner toda la energía y fuerzas para avanzar en la movilización obrera y popular contra esta política del gobierno. Y esto es importante, porque la clave de la situación actual, en la que se enmarca una ley tan lesiva como esa, es una correlación de fuerzas muy adversa para el movimiento obrero y popular, dada fundamentalmente por la ausencia en la escena nacional de la movilización y lucha combativa de la clase obrera y el pueblo pobre con sus propias demandas y métodos de lucha (paros, huelgas, asambleas de base, ganar las calles, ocupación de fábricas, coordinación y unidad por la base entre diferentes fábricas, enfrentamiento serio a la represión, comités de autodefensa, fondos de huelga para mantener las luchas, etc.). En fin, la falta de desarrollo de la lucha de clases de los explotados y empobrecidos es la clave de la correlación de fuerzas actual.
Remontar esa cuesta, desarrollar esa lucha, es lo único que puede realmente cambiar la correlación de fuerzas que estaría permitiendo al gobierno implementar esta ley (y en general toda su política reaccionaria). Por eso, consideramos que si efectivamente la APR se propone echar abajo esta ley (y varios candidatos suyos adhieren al petitorio en cuestión), su participación electoral –que aunque no compartimos en posición ni programa, defendemos su legítimo derecho a presentarse, y rechazamos los ataques antidemocráticos y furibundos que han recibido del PSUV/Gobierno– debiera apuntar a poner sus fuerzas al servicio de desarrollar un verdadero movimiento nacional de lucha, de acciones concretas, contra esta ley. La búsqueda de sumar fuerzas para desarrollar esta lucha debiera ser parte central de su política.
Por eso, así como desde los impulsores iniciales del petitorio y de la propuesta de una gran campaña nacional, hemos venido haciendo el llamado a las diversas organizaciones sindicales, populares, campesinas, corrientes políticas e intelectuales comprometidos con la defensa de los intereses del país y de sus mayorías populares, desde la Liga de Trabajadores por el Socialismo (LTS) le hacemos este llamado también específicamente a las organizaciones y activistas de la APR, a que junto a los impulsores del petitorio unitario pongamos en pie un movimiento nacional que promueva una amplia y unitaria movilización democrática y popular con los objetivos que nos planteamos, para frenar la aplicación de esta ley, profundamente lesiva a los intereses del pueblo, las trabajadoras y trabajadores venezolanos.
No hay tiempo que perder, son tiempos de urgencias. Los llamamos a concretar desde ya todo un frente unitario para imponer la movilización obrera, popular, campesina a nivel nacional y en las calles, pues solo la fuerza la clase trabajadora, del pueblo, los campesinos, las mujeres y la juventud se podrá frenar esta infame Ley que nos condena a la peor de las condiciones, dejando al país a merced de los apetitos de la voracidad capitalista, de transnacionales y de las potencias extranjeras.
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