La serie animada de Cristian Ponce renueva el género de terror desde un formato que utiliza la radio como hilo conductor para el relato. Hace unos días se estrenaron dos nuevos capítulos que reafirman que la originalidad se mantiene intacta.

Cristian Ponce lo hizo de nuevo, luego de meses de espera La Frecuencia Kirlian estrenó dos nuevos capítulos: Episodio 7: Los invasores y Episodio 8: Arcade Arcano. Los invasores agarra una temática clásica como es la abducción alienígena pero que se mezcla con una subtrama tan contemporánea y llena de misterios que aquí no develaremos. Arcade Arcano, con una estética 8 bits que emula a los grandes juegos de los ochenta de maquinitas, es una historia Slayer pero acompañada de una paralela mucho más profunda que la típica subtrama de adolescentes que uno desea ver morir a los cinco minutos de película.

La Frecuencia Kirlian se estrenó en 2017 en Youtube y Vimeo, y en 2019 se sumó a la plataforma Netflix. Cristian Ponce elige como hilo conductor de sus historias a un locutor de radio durante los años ochenta, en la ficticia Ing. Kirlian, un remoto pueblo de la Provincia de Buenos Aires al que solo se accede por error ya que no existe en los mapas oficiales. ¿Pueblo fantasma? Nunca se sabe, la única certeza que se tiene son los registros radiofónicos del programa de radio y que en Kirlian conviven todo tipo de monstruos y misterios sin resolver, es un pueblo que concentra todos los fenómenos paranormales del mundo.

Cada capítulo es una historia nueva, pero cabe destacar que no es una serie de cuentos cerrados. Más bien, la trama brilla por dos aspectos fundamentales; la originalidad en que se reinventan a los monstruos (vampiros, brujas, ovnis, etc.) y al mismo tiempo la creatividad en el estilo narrativo que se utiliza.

No hay una voz en off que nos cuenta el cuentito del principio al final, es el locutor que es atravesado por una serie de circunstancias cotidianas que acontecen en el pueblo y que se asumen con total normalidad. Algunas de las historias se cuentan a partir del dialogo telefónico con la radio, o a partir de noticias de desapariciones, etc. Además cuenta con el acompañamiento de la música instrumental del platense Marcelo Cataldo, una electrónica de tonos ochenteros que le da ritmo y velocidad a la serie. Los tonos oscuros de la ilustración; los árboles sin follajes con ramas que parecen garras, los rostros sin identidad de los personajes, y el paisaje desolador de Ing. Kirlian, corren de la mano de Hernan Bengoa.

Hay un dato interesante sobre el origen del programa, y es que Cristian Ponce, antes de ir a estudiar cine a La Plata, vivía en Carmen de Patagones y comenzó a hacer radio allí en la trasnoche de domingo donde tenía un programa llamado “Corazones en la Atlántida”. Allí leía cuentos de Stephen King y a la vez tenía recepción y recibía mensajes desde la cárcel de la ciudad.

La Frecuencia Kirlian no es masiva aún, pero cada vez gana más adeptos a su causa. Vino para renovar un género que es difícil de tomar sin caer en viejos cliches o en formulas explotadas hasta el hartazgo. La fórmula de combinar lo clásico con lo contemporáneo es algo que le funciona muy bien, y que esperemos no se pierda en las futuras entregas.