Denuncian que fueron despedidos sin causa. Son delegados de hecho. El sindicato de sanidad hasta ahora no dio ninguna respuesta. Los despidos se dieron entre el viernes y sábado. A algunos no se les permitió el ingreso cuando se presentaron a trabajar y a otros les comunicaron vía telefónica sus desvinculaciones.
En abril de este año, la Clínica San Carlos fue municipalizada y se convirtió en el actual sanatorio. Para ese entonces, el intendente Ariel Sujarchuk (Frente de Todos) había declarado: “yo garantizo el 100 % de la continuidad laboral y salarial”.
Sin embargo, durante el traspaso se instaló una incertidumbre entre los trabajadores de la ex clínica por si iban a conservar sus puestos de trabajo con la antigüedad y remuneración que venían percibiendo. Ante los rumores de listas negras y amenazas de despidos por el simple hecho de haberse manifestado a fines de abril pidiendo los insumos necesarios para atender a los pacientes con covid-19, los trabajadores temían por su futuro laboral ya que muchos son jefes y jefas de hogar. Por tales motivos, decidieron unir fuerzas.
A dos meses de haberse inaugurado el Hospital Presidente Néstor Kirchner, ya han sido despedidos varios trabajadores de la gestión anterior con justificativos dudosos que no condicen con sus labores ni horarios.
La crisis en la salud no es tema nuevo, pero este año gracias a la pandemia, se hizo más evidente. A pesar de que los trabajadores de la salud son la vanguardia que enfrenta día a día al virus, los gobiernos no reconocieron y valoraron su labor, y han quedado en el olvido los aumentos y bonos prometidos.
Ante el ajuste de la mano del FMI y la crisis que se empieza a descargar sobre el pueblo trabajador, empieza a emerger la resistencia. Los vecinos recientemente desalojados del barrio Stone de Escobar dan muestra de ello. Los trabajadores despedidos del sanatorio se movilizarán a las 20h a las puertas del lugar para exigir su reincorporación.
Se hace necesario la organización y coordinación de todas las luchas en curso. La unidad de las y los trabajadores ocupados y desocupados con las familias que pelean por tierras para vivir es una fuerza enorme para arrancar a las conducciones sindicales de sus cómodos sillones. |