Organizaciones ambientales, partidos políticos, multisectoriales, coordinadoras y diversos sectores se movilizaron con fuegos, velas y antorchas para visibilizar el fuego que sigue arrasando el humedal y las exigencias que se sostienen con firmeza ante la crisis socio ambiental y la avanzada extractivista que deja a su paso más de la mitad de las provincias del país bajo cenizas. Las principales exigencias que tuvieron lugar fueron por el tratamiento urgente de la ley de Humedales, denunciando falta de voluntad política para avanzar en su tratamiento y el repudio al acuerdo porcino con China. ¡También se exclamó enérgicamente por Ni Una Menos Sin Vivienda!
A pesar del centenar de movilizaciones y acciones en todo el país como respuesta a importantes procesos de organización en contra de las políticas extractivistas que se profundizan estrepitosamente, el gobiernos de Alberto Fernández hace oídos sordos.
La urgencia por los plazos parlamentarios y la necesidad imperiosa de la ley de humedales para poner fin a prácticas destructivas sobre estos territorios vitales contrasta con el "cajoneo" de más de 15 proyectos* que se han presentado hasta la fecha en concordancia con el megaplan porcino que ante el repudio de la gran mayoría de la sociedad, buscan cerrar de forma descentralizada en cada provincia para atomizar los procesos de lucha a nivel nacional.
El oficialismo reafirma su agenda a medida del FMI, profundizando un modelo que solo traerá nuevas pandemias, más pobreza, desocupación y desigualdad. Lejos de retroceder, propone financiar mediante el “Aporte Solidario y Extraordinario”, destinando el 25% de lo recaudado para “exploración, desarrollo y producción de gas natural” a través de IEASA e YPF, la Sociedad Anónima con mayoría estatal pero un 49% de accionistas privados, incluyendo fondos buitres acreedores de la deuda argentina, como Black Rock.
Se trata de una nueva apuesta a profundizar la dependencia de la energía fósil, y en particular el fracking en Vaca Muerta, que desde 2013 sólo funciona con millonarios subsidios del Estado, mientras contamina millones de litros de agua por pozo con químicos altamente tóxicos, avasalla los derechos territoriales de los pueblos originarios. Desde que comenzó el fracking, incluso, comenzaron a desarrollarse movimientos sísmicos con epicentro en la zona de Sauzal Bonito y Añelo, donde no habían tenido lugar antes.
Pese al lobby de funcionarios como el canciller Felipe Solá, el secretario de Relaciones Internacionales de Cancillería Jorge Neme, el ministro Luis Basterra (Agricultura), Alberto Fernández y hasta Juan Cabandié, ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, quedó claro que en Argentina no hay licencia social para un emprendimiento de estas características para abastecer a China de cientos de miles de toneladas de carne de cerdo a costa de la degradación de nuestra vida y el medioambiente.
Ante la crisis económica, sanitaria y socioambiental más que nunca es necesario pelear por la coordinación de los distintos sectores en resistencia, por una verdadera democracia de los trabajadores y sectores populares, por la representación real de las minorías y de cada tendencia de los sectores independientes, por decisiones tomadas en asambleas y cuerpos de delegados en las organizaciones territoriales, como las “tomas de tierras”, asambleas y coordinadoras. Impulsemos una verdadera autoorganización desde abajo para enfrentar los ataques del gobierno de la mano del FMI. |