Este domingo el diputado de Revolución Democrática (FA) Pablo Vidal escribió en su cuenta de twitter que “Hace 1 año firmamos el acuerdo que institucionalizó un proceso constituyente que ya se había iniciado en las calles. Algunos afiebrados hablan de una “cocina” o de un acuerdo “a espaldas del pueblo”. En el futuro se hablará del acuerdo que enterró la constitución de Pinochet”. Post que generó muchas críticas en las interacciones del tweet.
¿En serio el diputado cree que el acuerdo no fue a espaldas del pueblo? Parece que para Pablo Vidal, los gritos de las calles con las marchas y barricadas como protagonistas no entienden nada, pero él sí. El Pacto por la paz fue hecho a espaldas del pueblo cuando todos en la calle gritábamos Fuera Piñera y después de la huelga general del 12 de noviembre donde el mismo presidente tuvo que pedir auxilio públicamente, ya que con la fuerza de la clase trabajadora movilizada se encontraba pendiendo de un hilo.
Ahí es cuando los partidos del régimen, como lo fue gran parte del Frente Amplio, se suman a la cocina parlamentaria para salvar a Piñera. No es una locura de unos “afiebrados” como dice el diputado frenteamplista. Es la gran masa que se encontraba en las calles peleando por Fuera Piñera, por Asamblea Constituyente, por No+AFP, por salud y educación digna, etc., y no por una convención trucha donde ni siquiera se pueden tocar los tratados internacionales que amarran este sistema neoliberal y donde ni siquiera se puede asegurar que sea un proceso realmente democrático, ya que está limitado a entregarle ⅓ de veto a la derecha. Si, a esa misma derecha con la que ellos se sentaron a firmar el acuerdo, donde estuvieron en la misma mesa negociando con Van Rysselberghe, con Felipe Kast, con Mario Desbordes, entre otros derechistas que las calles aún quieren ver caer.
Ellos estuvieron en ese acuerdo “por la paz” que llamó Piñera, no estuvo el pueblo con el que tanto los frenteamplistas se llenan la boca hablando, como lo hace el diputado Vidal. Pacto “Por la paz” que además está sellado bajo la total impunidad para los represores y violadores de derechos humanos como Piñera, Chadwick, Blumel, Rozas, y un largo etc. de fascistas que no dudaron ni un segundo en sacar a sus Fuerzas Armadas a dispararnos, a dejarnos ciegos o mutilados, dejarnos inválidos, a intoxicarnos, torturarnos, asesinarnos y encarcelarnos a quienes salíamos a protestar, como es la situación de cientos de jóvenes que hoy se encuentran encarcelados sin juicio y sin pruebas, solo por el relato de algún carabinero, que como sabemos, es una institución que se destaca por la realización de montajes y mentiras que solo algunas veces terminan por descubrirse, y que por lo mismo se está levantando una gran campaña por su liberación.
El más claro ejemplo de esta impunidad que los partidos del régimen sellaron es cuando el mismo día de haber hecho el pacto, y con letras bien grandes, a espaldas del pueblo, carabineros asesinaron a Abel Acuña en la Plaza de la Dignidad, a quien mataron de manera brutal ahogándolo con la tóxica agua del guanaco mientras personal de salud intentaba reanimarlo.
La herencia de la dictadura caerá con movilización, no con pactos con la derecha
Ese es el “acuerdo que enterró la constitución de Pinochet” según Pablo Vidal, quien ante las respuestas que recibió su twett, el diputado escribió que “Se quejan de “salvar a Piñera”. Les cuento que habría tenido que asumir el Ministro del Interior y no habríamos tenido los 104 votos para reformar la Constitución actual y habilitar el plebiscito. Mirando al futuro lo que se logró es muy importante”.
Esto no es así. Si ellos no hubieran salvado a Piñera -desde los partidos que firmaron el acuerdo, hasta el mismo Partido Comunista, que si bien no firmó, pero no continuó la huelga general al dirigir la CUT- si no le hubiesen lanzado ese salvavidas a un Piñera que estaba apunto de ahogarse, hubiéramos tenido la fuerza para acabar con toda la herencia de la dictadura, pues, en realidad, es imposible enterrarla con un acuerdo con la misma derecha.
La única forma de acabar con esa herencia de la dictadura es con movilización y organización, tomándonos las calles en serio de la mano de los trabajadores, trabajadoras, mujeres, pobladores, pobladoras y estudiantes unidos en una huelga general que haga caer a Piñera e imponga con mucha más fuerza que el mismo 12 de noviembre una Asamblea Constituyente realmente Libre y Soberana por sobre todas las instituciones del régimen, incluyendo los poderes legislativo y judicial, donde de la manera más democrática se abogue por las verdaderas necesidades de la gente y no por las de un puñado de acomodados que viven a costa del trabajo de nuestras familias.
Estos partidos son los que dirigirán el proceso constituyente pactado entre ellos mismos quitando rotundamente la posibilidad de participación a independientes o nuevos partidos que nacieron en octubre, partidos que no dudan en pactar con la derecha asesina a espaldas del pueblo. No serán recordados como protagonistas de un proceso que acabó con la constitución de la dictadura, serán recordados como los traidores que firmaron acuerdos con los tiranos desviando la movilización de las calles a un proceso constituyente amoldado a la medida de la derecha y los millonarios del país. Serán recordados como quienes traicionaron las ilusiones de un pueblo que confió en ellos al presentarse como “nuevos rostros de la política institucional” pero que terminó siendo lo mismo que la vieja concertación.
Por otra parte, Javiera Parada (ex RD) también figuró este fin de semana en twitter, donde escribió que se alegra que “Gonzalo Blumel vuelva a la actividad pública (...) Aporta una mirada sobria con perspectiva y experiencia, valorando los acuerdos y el diálogo”. Además agregó que “Ha sido el dirigente de derecha que más ha entendido la necesidad de la reforma a @Carabdechile como del proceso constituyente. Hacerlo responsable de lo que no hicimos en 30 años en materia de reforma policial, no solo es injusto, sino también falaz”. |