El informe corrió a cargo del Dr. José Luis Alomía, Director de Epidemiología, quien presentó los siguientes datos: al día de hoy se acumulan 99 mil 026 fallecimientos mientras el acumulado de casos se ubica en 1 millón 11 mil 153 casos confirmados.
A las cifras dadas por el funcionario hay que agregar la cifra negra de casos sospechosos y de fallecimientos sin muestra así como los casos no registrados ante las instituciones de salud. En el mismo informe se anunció que los estados con mayor índice de ocupación hospitalaria de camas de atención básica son Chihuahua, Coahuila y Durango, mientras que la lista de ocupación de camas de atención con ventilador es encabezada por Nuevo León, la Ciudad de México y Aguascalientes.
Por otro lado, en su intervención, Hugo López Gatell aseguró que a pesar de que de pronto aumenta la cantidad de casos en algunas entidades federativas, como en la región norte y centro, la mortalidad no ha aumentado sustancialmente. Explicó que esto quiere decir que cada vez más pacientes logran superar la enfermedad a pesar de que las cifras de contagios aumenta.
Esto revela que, en palabras del funcionario: “podemos ayudar a que la población use los servicios de salud disponibles para poder evitar más decesos”. Según él, desde el inicio, el objetivo ha sido tener capacidad de atención hospitalaria especialmente para quienes están críticamente enfermos. Por otro lado, para el subsecretario, las instancias sólo pueden cumplir cuándo los enfermos han acudido a revisión y no antes de ello, por lo que la clave es incentivar a la población a que acuda a los centros de salud para una evaluación temprana que pueda ayudar a cumplir con el objetivo de manejar la pandemia.
Cifras y tecnicismos para ocultar el desastre
En la segunda parte de la conferencia, López Gatell explicó que hay una diferencia entre mortalidad y letalidad y detalló que la primera se refiere al número de personas que pierden la vida divididas por la población total de una región determinada. Es la probabilidad de que una persona muera por covid durante la pandemia.
En cuanto a la segunda es el número de personas que pierde la vida, dividido por aquellas personas que se ha identificado plenamente que tienen coronavirus. Es la probabilidad de morir si es que se tiene covid.
La mortalidad atañe al riesgo general de toda la población y es relativamente pequeño. En cambio la letalidad se puede ver como un indicador del éxito o el fracaso del manejo que se le ha dado a la pandemia.
Hizo hincapié en que la letalidad no indica la calidad de la atención que se proporciona ya que, reconoció que al sector privado acuden personas con mejor calidad de vida que tienen mayores oportunidades de acceder a servicios íntegros de salud, y en general, se observa que acuden más tempranamente al hospital, lo cual ayuda a llevar a cabo una evaluación más pronta que conduciría a la identificación oportuna de la enfermedad y, como se mencionó al principio, habría para el paciente mayores oportunidades de conservar su vida
Así mismo, aseguró que, en el sector público se siguen protocolos estrictos. Su fin no es el lucro, por lo que dijo, “no podemos hospitalizar gente solo porque lo pida”. Lo que calla el funcionarios es que los hospitales públicos, aún los definidos como prioritarios para atender la pandemia, se adolece de insumos y personal suficiente.
Los dichos del funcionario son además torpes si no es que cínicos, el problema no es que la gente corra a los hospitales buscando ser internados. El problema radica en que, por un lado, los contagios no ceden producto de la apertura irresponsable de la industria decidida por el gobierno, y por otro, el sistema de salud constantemente busca ocultar las dimensiones de la crisis maniobrando con las cifras, el número de pruebas o la rapidez en dar de alta pacientes.
No olvidemos que el presupuesto destinado a salud continúa siendo raquítico en comparación con las necesidades de la pandemia y la crisis económica. Al mismo tiempo que se destinan millones al pago de la ilegítima deuda externa o al financiamiento de la Guardia Nacional. En ese sentido, sólo una salida distinta a la crisis, que priorice la vida de los trabajadores y sectores populares en vez de las ganancias de los empresarios podrá cambiar la manera en que los mas pobres se enfrentan a la pandemia. | 
