La mutación del virus en visones fue consecuencia de la producción industrial de animales. El Gobierno danés resolvió sacrificar 15 millones de visones para acabar con la mutación. Este jueves confirmó que había sido erradicada.
Las autoridades sanitarias danesas dieron este jueves por "erradicada" la mutación de coronavirus encontrada en visones que podría amenazar la eficacia de futuras vacunas y levantaron las últimas restricciones regionales decretadas hace dos semanas en la zona más afectada.
"La secuenciación de pruebas positivas muestra que no se han encontrado más casos de Cluster 5 desde el 15 de septiembre, por lo que el Instituto Serológico considera que esta variante se ha extinguido con gran probabilidad", señaló en un comunicado la Dirección General de Salud danesa.
La matanza de 15 millones de visones, para acabar con la mutación del virus, provocó una crisis política, al revelarse que el Gobierno no tenía cobertura legal para ordenar el sacrificio obligatorio de todos los animales
Las autoridades danesas ya habían eliminado el pasado día 13 algunas de las restricciones decretadas en siete municipios del norte de Jutlandia y que en principio debían estar vigentes hasta el 3 de diciembre.
Desde este jueves y hasta el lunes se reabrirán todas las instituciones culturales y deportivas, restaurantes, bares, escuelas e institutos; se reanudará el transporte colectivo y ya no regirá la recomendación a los habitantes de esas localidades de no desplazarse a otras partes del país.
El Gobierno danés anunció el pasado día 4 las medidas y ordenó el sacrificio de los 15 millones de visones que hay en las granjas de Dinamarca, primer productor mundial, después de haberse detectado cinco mutaciones del virus que debilitan la capacidad para crear anticuerpos, entre ellas la llamada "Cluster 5".
La medida ha provocado una crisis política en este país nórdico, al revelarse que el Gobierno no tenía cobertura legal para ordenar el sacrificio obligatorio de todos los animales, solo donde se hubiera detectado contagio o en su zona próxima.
El ministro de Agricultura y Alimentación danés, Mogens Jensen, anunció este miércoles su dimisión por la tormenta política generada por la emisión de una orden ilegal para ordenar el sacrificio de toda la población de visones de Dinamarca.
"Está claro que es absolutamente necesario para mí tener la confianza de los partidos del Parlamento para desempeñar mi cargo y considero que ya no tengo el apoyo requerido. Por eso siento que debo presentar mi dimisión", declaró a la televisión pública DR Jensen.
La renuncia de Jensen era esperada después de que varios de los partidos de centro e izquierda que le dan la mayoría parlamentaria al Gobierno socialdemócrata de Mette Frederiksen le retiraran su confianza y que la primera ministra asegurara en varias ocasiones que la responsabilidad de lo ocurrido era del ministro correspondiente.
Numerosas agrupaciones ecologistas e intelectuales vienen alertando que la producción industrial de animales es uno de los potenciales generadores de nuevos patógenos pandémicos.
Dinamarca es el segundo mayor productor mundial de pieles de visón después de China. Holanda, el tercero, anunció en junio que planeaba acelerar el cronograma para cerrar su industria de visones como resultado de las infecciones generalizadas por coronavirus entre sus animales y una investigación que sugiere que al menos dos trabajadores agrícolas habían contraído el coronavirus de visones. Antes de la pandemia, planeaban reducir su industria de visones para 2024, pero ahora apunta al cierre todas las operaciones a principios de 2021. China no hizo anuncios al respecto todavía.
Las imágenes de matanzas de visones a escala industrial recuerdan a otra que circuló hace no muchos meses por las redes de todo el mundo: la de alrededor de 200 millones de cerdos de granjas industriales porcinas en China, a partir del brote de Peste Porcina Africana. Y la relación no casual, sino estructural: se trata de la producción industrial de animales –centralmente para alimentación, pero también para el lujo con el caso del visón– motorizada por el agronegocio capitalista a nivel global, que además de sus características crueles respecto a los animales (considerados como meras máquinas productoras de valores de uso) y trabajadores (meros portadores de fuerza de trabajo generadora de plusvalía a ser apropiada), y la destrucción medioambiental que generan, constituyen condiciones ideales de producción de nuevas pandemias.