En la cuenta pública de la Defensoría, se afirmó haber recibido testimonios que incluyeron torturas, apremios ilegítimos, desnudamientos, pérdida de la visión por impacto de perdigones, heridas por bala y heridas por perdigones, donde el 92% de los casos de violaciones a ddhh hacia niñes y adolescentes fueron ejercidos por carabineros. Sin embargo y lamentablemente, esta no es la primera vez que el Estado juega este rol.
Es necesario comenzar por las agresiones a les niñes mapuche, consecuencia de la militarización de la Araucanía en pos de favorecer la industria forestal y papelera. En esta situación, la institución de Carabineros es la que ejerce la violencia: agresiones verbales y físicas, tortura, abandono en allanamientos, gaseados con lacrimógenas e impactos de balines, entre otras, que son parte de denuncias y recursos de amparo que se han levantado a favor de les afectados. Además, La Araucanía tiene la cifra más alta a nivel nacional de “pobreza multidimensional”, es decir que la zona presenta carencias en educación, salud, seguridad social, trabajo y vivienda.
Por otra parte, el SENAME (creado en plena dictadura) es otra institución estatal que cumple un rol nefasto y completamente contrario a la prédica de sus intenciones. Basta con recordar que en abril de este año La Defensoría de la Niñez presentó una querella por violación, abuso sexual agravado y explotación sexual infantil contra Evelyn Oñate Caamaño, directora del hogar de menores «Nido Concepción» de la comuna de Hualpén. Además, durante el año 2019, un informe entregado por el Ministerio de Justicia da cuenta de un registro de 15 muertes de niños y adolescentes bajo la supervisión del SENAME, sólo entre enero y marzo de este año. Y estos son sólo algunos ejemplos puntuales, nada más.
El pasado 20 de octubre, Piñera nombró como nueva directora del SENAME a Rosario Martínez Marín, experta en crímenes, quien viene desde la Subsecretaría de Prevención del Delito. Anteriormente, se conoció un convenio entre el Sename y la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) que facilitaba el acceso a información que posea la institución infantil para producir “contenido de inteligencia”. Esto denota claramente el carácter de “delincuentes” que otorga el gobierno a les niñes y jóvenes en situación de máxima vulneración y desprotección.
“Los niños primero”, el eslogan del gobierno de Sebastián Piñera, es demagogia pura que sólo tiene como objetivo esconder la brutalidad del Estado contra niñes y jóvenes. Sin ir más lejos, durante pandemia, el mismo Ministerio de Educación no fue capaz de garantizar el mínimo de condiciones y herramientas para que les niñes pudieran educarse a distancia, ni tampoco la alimentación correspondiente a través de la JUNAEB (recordemos que la entrega de alimentos no era constante ni pareja y además muchos alimentos se entregaban podridos) y ahora, como un chiste de mal gusto, lanzan un comercial de $300 millones para generar “consciencia” de los esfuerzos que hay que hacer para terminar el año escolar. No olvidemos la ley de “Aula Segura” promulgada en este gobierno de Piñera, con la que Carabineros atacó brutalmente y persiguió políticamente a les estudiantes secundarios movilizados, previo al estallido social.
El eslogan del gobierno de Piñera es una mentira, es una burla a todes les niñes y jóvenes que han sufrido y sufren la violencia Estatal. Actualmente hay jóvenes en el SENAME como presos políticos de la revuelta, a los que incluso se les ha negado el derecho a ver a sus familias. Y desde antes de este gobierno de la derecha, todos los anteriores que han “perfeccionado” la herencia de la dictadura, incluyéndola, son responsables. No es vía parlamentaria, ni tampoco a través de la Convención Constitucional que se pondrá fin a esta situación. Por la protección de todas las infancias y por la destrucción de la violencia estatal sistemática hacia estas, es necesario la auto organización de las y los trabajadores con los movimientos sociales, pueblo Mapuche y pobladores con miras hacia un gobierno de los trabajadores, en ruptura con el sistema capitalista, neoliberal y patriarcal, que permita que a través de la fuerza y de la decisión del pueblo pobre y explotado organizado se garanticen los derechos de les niñes y adolescentes. |
