De acuerdo con los datos, para el tercer trimestre del 2020, la cantidad de personas desempleadas en el país supera las 520.000, es decir, uno de cada diez costarricenses no encuentran empleo. La tendencia a un mayor desempleo entre las mujeres se mantiene, presentando un 29% de desempleo frente al 17,4% de la población masculina.
El mayor porcentaje de personas que perdieron su empleo de un año a otro pertenecen al sector informal (56,3%) y un 80,9% contaba con jornadas laborales superiores a las 48 horas semanales reguladas por ley.
En total, se estima que la población ocupada en el país disminuyó en 317.000 personas, en su mayoría mujeres (56%). Queda claro sobre los hombros de quién pesa más la crisis de la pandemia y de la agenda política que garantiza la buena salud de los grandes empresarios, en detrimento de la vida digna de trabajadoras, tanto informales como asalariadas, con jornadas sobreexplotadas.
Por otro lado, la precarización del trabajo también presenta un aumento respecto del mismo período del 2019. El subempleo llega al 25,8%, es decir, 1 de cada 4 personas empleadas trabaja menos de 40 horas semanales y desearía trabajar más. Respecto del año anterior es significativo el aumento de la tasa de subempleo para hombres (sumando 15,4 puntos porcentuales) como para mujeres (sumando 12,7 puntos porcentuales). La informalidad se acerca al 44%, es decir, alrededor de 882.000 personas.
El informe del INEC señala un aumento vertiginoso del teletrabajo, que suma unas 261.000 personas más que el año anterior. En su mayoría mujeres (51,7%). Cerca de un 20,4% de asalariados inició teletrabajo o aumentó las horas que realizaba en comparación al 2019.
Conforme se acerca el cierre del 2020 es posible avanzar un balance sobre la incidencia de las medidas sanitarias y la agenda de ajuste y recorte del Gobierno sobre la vida cotidiana de la clase trabajadora en el país. Cerca de un 28,4% reporta alguna reducción de su jornada laboral o algún tipo de suspensión, mientras que un 22,9% señala haber sido despedida a raíz de la imposición de las medidas sanitarias.
La incertidumbre generada por la situación crítica en la que se encuentran miles de familias trabajadoras día a día, debe combatirse de forma drástica. Desde Organización Socialista sostenemos la necesidad de luchar para aplicar una escala móvil de salarios y una escala móvil de horas de trabajo, de manera que las dinámicas de explotación y precarización como el subempleo, pueden combatirse de raíz. Repartir las horas de trabajo para que no haya ni un solo despido, manteniendo un aumento de salario que cubra una canasta básica real acorde a la inflación a expensas de los grandes capitales, sobretodo aquellos que han reportado históricamente 0 ganancias y 0 pérdidas.
Estas medidas deben estar al lado de reivindicaciones como el no pago de la deuda externa y el uso de esos millones en atender las necesidades más sentidas de las familias trabajadoras. Otras medidas como impuestos progresivos a las grandes ganancias y a las zonas francas también deberían considerarse para dar una salida a la crisis que sea favorable a las trabajadoras y trabajadores del país.
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