El pasado 8 de marzo nos encontramos en las calles bajo la bandera “Ni Una Menos, el Estado es responsable. La deuda es con nosotras”. Esta consigna se debatió en la mesa provincial Ni Una Menos y era parte de denunciar la deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta que tomó el macrismo y nos dejó bajo los designios del FMI.
Este 25N la convocatoria de ese espacio será “Las que estamos nos cuidamos, justicia por las que no están”. Ahora, que una enorme crisis económica y social recae duramente sobre las espaldas del pueblo trabajador y las mujeres en particular, las mismas organizaciones que componen el Ni Una Menos ligadas al peronismo, se niegan a denunciar la responsabilidad del Estado y el ajuste en curso, debate que planteamos desde Pan y Rosas en la última asamblea. Han llegado al punto de ni siquiera incorporarlo en el contenido de la convocatoria, borrando las exigencias y denuncias al gobierno nacional que se apresta a arreglar con el FMI recortando fuertemente el gasto social y omitiendo que el presupuesto de ajuste de Suárez lo votó el peronismo.
La pelea por un movimiento de mujeres y disidencias independiente de los gobiernos y partidos del régimen que organice su fuerza en las calles con las mujeres trabajadoras al frente, está más vigente que nunca. Nosotras no bajamos nuestras banderas, nuestros derechos no son materia de negociación y no pueden esperar.
Hace solo unos días se votó el presupuesto de ajuste en nuestra provincia. Los recortes son significativos en las áreas más sensibles: salud, educación y la Dirección de Género y Diversidad son las que más salen perdiendo. Fue aprobado con los votos del peronismo y el radicalismo que negociaron endeudar (¡TODAVÍA MÁS!) al pueblo de Mendoza en 160 millones de dólares que serán destinados a financiar obras para que intendentes puedan hacer su campaña electoral el próximo año.
Al mismo tiempo el Congreso dio media sanción al presupuesto nacional en sintonía con el pedido del FMI de achicar gastos. Se termina con el IFE, se reduce en términos reales la tarjeta ALIMENTAR y la Asignación Universal por Hijo, pero lo que no frena es la sangría de recursos para pagar la deuda ilegal, ilegítima y fraudulenta. Deuda, que antes era denunciada por el peronismo pero ahora la aceptan sin chistar.
Nos dejan en peores condiciones para enfrentar la violencia machista, desfinancian los programas para enfrentarla, a la vez que la justicia de clase sigue garantizando la impunidad y la Educación Sexual Integral es sólo papel mojado.
Pretenden que seamos las mujeres trabajadoras y pobres quienes paguemos esta crisis. Somos las primeras en perder el trabajo, la vivienda, en dejar nuestros estudios, en tener que rompernos la cabeza y el cuerpo para poder dar de comer a nuestros hijes.
Sin embargo somos las protagonistas principales en enfrentar la crisis, cómo se ve con las enfermeras de la primera línea, aquellas que se organizan desde abajo y salen a marchar por la salud pública, desde marzo. También fueron las trabajadoras de la educación quienes se organizaron en masivos plenarios y lograron frenar la nueva ley de educación de Rodolfo Suaréz y José Thomas. Son las obreras de La Terre las que resisten a la justicia y a los empresarios para defender sus puestos de trabajo a la vez que donan raciones de comida a comedores populares y son las valientes mujeres de los barrios del oestelas que reclaman que la vivienda digna es un derecho.
Los sectores antiderechos se organizan para bloquear una vez más nuestro derecho a decidir y convocan a una movilización el 28 de noviembre. Tienen la fuerza de estar ligados a las jerarquías eclesiásticas y a legisladores de los bloques mayoritarios, ahora quieren disputarnos la calle. Nosotras sabemos que no podemos confiar en los acuerdos de pasillo de los poderosos, que la única garantía para ganar nuestros derechos es la calle. La fuerza de la marea verde organizada puede arrancar al Congreso, lleno de dinosaurios, el aborto legal, seguro y gratuito y la efectiva separación de las iglesias del Estado.
Unir nuestras fuerzas, las de las trabajadoras, la de las pibas de la marea verde, la de las que luchan por un techo para sus hijes es el único camino que tenemos para ganar nuestras demandas, para pelear por nuestras vidas, para arrancarle al Estado nuestros derechos.
Este debate cruzó las asambleas del Ni Una Menos en Mendoza, lamentablemente sectores ligados al peronismo se niegan una vez más a poner toda esa fuerza en la calle. No es la primera vez: no estuvieron en las calles el 3 de junio por #NiUnaMenos y tampoco cuando salimos a gritar justicia por el transfemicio de Melody Barrera. Detrás del argumento de que no es "correcto" marchar en medio de una crisis sanitaria se esconde el apoyo político al gobierno nacional de Alberto Fernández ¿pero qué salida le queda a las que no tienen medidas de protección en los hospitales, a las que no tienen vivienda digna, a las trabajadoras que exigen paritarias?
Desde Pan y Rosas en el Frente de Izquierda creemos que el movimiento de mujeres y disidencias nos tenemos que organizar de manera independiente del estado y los gobiernos de turno y ganar las calles. Tenemos que ser miles para conquistar nuestras demandas, nuestros derechos no son una prenda de cambio de las conveniencias del gobierno de turno, los vamos a conquistar con la movilización. Nuestras peleas son una, es la pelea por una vida que merezca ser vivida para todes.
Este 25 de noviembre nos encontraremos en la Legislatura a las 18 hs. Invitamos a todes los que consideran que el lugar del movimiento de mujeres y disidencias es éste a sumarse para gritar fuerte:
Ni una menos sin vivienda
Aborto legal ya
Separación de las iglesias del Estado
Fuera el FMI, la deuda es con nosotras |