Una recorrida por la mayoría de las coberturas mediáticas dadas a la interrupción del suministro de agua por parte de la empresa ABSA, refieren entre las causas la bajada del río, las altas temperaturas, el aumento de la luminosidad solar, la escasez de lluvias y la sequía, la quietud del agua, las condiciones de viento. Todo esto habría permitido una proliferación de algas que habrían colmado la capacidad de los equipos de filtrado de la planta potabilizadora de Punta Lara, obligando a ABSA a suspender el servicio según informaron en su comunicado oficial.
Las imágenes que empezaron a circular por las redes llamaron la atención y algunos medios locales señalaron que la proliferación de este tipo específico de algas de color verde-azulado llamadas cianobacterias, era parte de un proceso natural de proliferación algal; y que esto era posible (entre muchos factores) por la “presencia de nutrientes”.
¿Cuánto de “natural”?
Ya desde comienzos de noviembre se alertó la aparición de cianobacterias tóxicas, del género microcystis, en la zona del Delta del Tigre y en Puerto Madero. Hace 10 días el municipio de Ensenada informaba sobre la presencia de cianobacterias en el Río de la Plata y recomendó no ingresar al agua, no pescar y no permanecer en la playa de Punta Lara, hasta tanto desapareciera la floración de la misma.
Las cianobacterias (“algas verde-azuladas”) son un grupo de bacterias primitivas y diversas. Aunque son organismos comunes, algunas especies se reproducen facilmente en entornos con altos niveles de contaminación y pueden generar toxinas (en este caso, microcistinas) perjudiciales tanto para la salud de las personas como para la biodiversidad acuática.
En el agua dulce, las cianobacterias encuentran un medio rico en nutrientes cuando ésta cuenta con altos niveles de nitrógeno y fósforo. A este proceso de saturación de nutrientes se le llama eutrofización y la causa más problemática es la contaminación por el uso de fertilizantes y agrotóxicos y por desechos industriales y cloacales.
Es decir que el pintoresco “verdín” en las aguas, que provocaron los cortes de la empresa ABSA, no son tan naturales sino resultado de la creciente destrucción del planeta que se vienen realizando para favorecer los negocios de empresas a las que la vida humana y el medio ambiente les importa muy poco.
Los incendios tampoco son naturales
Hace más de dos meses, en el lanzamiento del Plan de Políticas Ambientales, el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié atribuía los incendios en las sierras de Córdoba y el delta del Paraná, a las temperaturas y las sequías prolongadas. Sin embargo, es sabido hasta por el propio gobierno que el 95 % de los incendios forestales son provocados y que detrás de ellos están los negocios del agro y la especulación inmobiliaria.
Naturalizar las consecuencias que dejan esos negocios agrícolas e inmobiliarios sobre el medio ambiente o justificarlos, es la línea que tiene el Gobierno, con el nombrado ministro como principal responsable. La quema de montes nativos que arrasó sobre casi un millón de hectáreas en lo que va del año, así cómo el uso de agrotóxicos en el monocultivo de granos exportables como la soja o el trigo o ahora el acuerdo de las mega factorías porcinas con China, además de contaminar el medio ambiente y generar enfermedades pandémicas, tienen en común tanto su sed de ganancias y poco interés por la vida; como el aval de los distintos gobiernos.
En Argentina el paquete tecnológico aplicado a los cultivos se introdujo en la década del ‘90 y no dejó de expandirse. Las investigaciones publicadas por Andrés Carrasco hace 10 años sobre los efectos del glifosato en la salud le valieron el hostigamiento de los defensores del agronegocio como el entonces Ministro de Ciencia de Cristina Fernández, Lino Barañao.
Por otra parte, hoy algunos especialistas y activistas en defensa del medio ambiente, advierten que a pesar de los proyectos de ley que buscan cuidar que los incendios no terminen favoreciendo esos negocios, no sólo es muy difícil la aplicabilidad de leyes o reglamentaciones, sino que tampoco se cuenta con un presupuesto ni equipamiento básico para combatir los incendios, que se siguen desarrollando en provincias como Misiones.
En este contexto, el Gobierno anunció que el 25% de lo recaudado con el aporte solidario irá a la financiación de la exploración y extracción de hidrocarburos, mediante el método contaminante de “Fracking” y se benefició a los agroindustriales con una nueva baja a las retenciones.
Si la política general busca favorecer estos negocios, sólo la movilización popular podrá poner coto a las empresas que arrasan hasta con el agua, destruyendolo todo. Así se demostró hoy en Chubut, donde se desarrolló un paro y movilización del pueblo en contra de la megaminería a cielo abierto auspiciada por el gobernador Arcioni y a punto de ser votada en la legislatura.
La nacionalización de todas las empresas de servicios básicos, bajo control de trabajadores y usuarios, es la salida para garantizar a todas las familias el acceso a servicios esenciales como el suministro de agua potable".
|