Un debate clave en momentos donde se discute la profundización de la dependencia con el FMI y abundan los discursos que de la mano de los modelos extractivistas ingresarán divisas al país para el pago de la deuda.
En momentos donde el Gobierno del Frente de Todos se preocupa por el pago de la deuda al FMI, el pago a los fondos buitres, decide reprimir a las familias sin techo, como ocurrió en Guernica, mostrando que la represión es su respuesta al problema de la tierra, o lleva a votar en las cámaras legislativas una ley presupuesto 2021 de ajuste que va a recaer sobre los trabajadores, los jubilados y las mayorías populares, cabe preguntarse ¿Qué rol juega el extractivismo en el modelo de país que propone el Gobierno?
Cuando se habla de explotación de bienes comunes y de saqueo a los territorios, como la contaminación de ríos, del suelo, la filtración de tóxicos a la superficie de la tierra, incendios intencionales de bosques o la generación de enfermedades por la contaminación que trae las forma de producir alimentos, se está hablando de extractivismo. Todo esto para satisfacer la sed de ganancia de unos pocos.
El extractivismo es la forma que tienen los capitalistas de apropiarse y explotar grandes cantidades de bienes comunes y materias primas, bajo procedimientos muy intensivos, para ser vendidos en el mercado mundial. En la Argentina, empresas como la Barrick Gold, Chevron o Monsanto han explotado el suelo impulsando avances tecnológicos en función de hacer más eficaz esa expoliación y aumentar sus ganancias.
Los distintos gobiernos, desde los 90 a la actualidad, le han dado vía libre a prácticas como el monocultivo de soja, la megaminería a cielo abierto, el fracking y la instalación de megagranjas porcinas.
En la segunda edición de "Ahora es Cuando" te contamos cuáles son los cuatro modelos extractivos con más peso en el país, que muestran el grado de injerencia en la economía que tienen las empresas mutinacionales.
Monocultivo de Soja
El modelo de producción agrónomo con implementación de agroquímicos llegó para quedarse en la década de los 90. Desde entonces las hectáreas destinadas a los cultivos de soja, maíz y algodón, modificados genéticamente, no han dejado de crecer. Este hecho generó que al día de hoy nos posicionamos como el tercer país del mundo con más superficie ocupada por Organismos Modificados Genéticamente. En 2017, por ejemplo, solamente en nuestro país concentró el 13% de la superficie mundial destinada al cultivo de transgénicos, que equivale a 24 millones de hectáreas.
El 70% de la producción de soja y maíz en los últimos años fue destinado para la exportación para alimento de ganado porcino, aviar y bovino en granjas intensivas, principalmente ubicadas en China. Con esto, creció la utilización de agrotóxicos, llegando por ejemplo en el 2018 a la cifra de 500 millones de Kg/Lt, con una población de 17 millones de personas expuestas directamente con graves consecuencias a la salud.
Fracking
Entre el plan gas 4, la resolución 46 y el nuevo aporte extraordinario a las grandes fortunas por única vez que votó el gobierno (donde el 25% va para la explotación de petróleo y gas), las petroleras se llevarán 150 mil millones de pesos. En estos últimos 3 años facturaron 2.5 billones de pesos. Es imposible saber cuánto han obtenido de ganancias porque figura como “secreto comercial”.
Desde que se empezó a implementar la técnica no convencional del fracking en Vaca Muerta, son múltiples las denuncias que dan cuenta de las consecuencias socioambientales de esta práctica. Se han registrado sismos en las zonas de Añelo y Sauzal Bonito, derrames de pozos, muerte de animales por la contaminación del agua y un salto en las muertes obreras producto de las condiciones de flexibilización laboral y los ritmos de producción. Las comunidades del pueblo mapuche han denunciado permanentemente la contaminación de sus territorios, enfermedades respiratorias crónicas, deformaciones congénitas, y enfermedades en la piel.
Megagranjas porcinas
El gobierno del Frente de Todos está negociando con China un acuerdo comercial para instalar 25 megagranjas porcinas en el país. Lo que llevaría a un crecimiento de la producción de 5 a más de 30 millones de cerdos en 5 años. El agua que consume esta industria es de 6 mil litros por Kg de carne, lo que es 1.500.000 litros por día. Con esto aumentaría la contaminación del aire y el suelo con desechos de tripas, sangre, excremento, sustancias tóxicas y gases de efecto invernadero.
El megaplan porcino, para el cual se había trabajado un borrador de memorándum y un anteproyecto del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca para la instalación de cerca de veinticinco granjas industriales, causó repudio generalizado a medida que fue conociéndose información acerca de los riesgos ambientales, sanitarios y sociales que conlleva. Con organizaciones de todo el país, el rechazo al acuerdo fue el punto de partida para la fundación de la Coordinadora Basta de Falsas Soluciones, que se propuso denunciar las consecuencias del extractivismo a nivel nacional.
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