Muy lejos en el tiempo quedó el discurso oficial que hablaba del carácter esencial de los servicios de telecomunicaciones y atacaba a las grandes empresas del sector por sus ganancias millonarias en los últimos años.
Desde enero nuevamente habrá subas en las tarifas de Internet, cable y telefonía. Las mismas podrían alcanzar hasta el 20%. Esto ocurre en simultáneo con la creciente y constante suba de precios que se registra en alimentos, vestimenta y otros múltiples rubros. Al bolsillo popular le sacuden otra piña.
Las empresas ya avisaron a sus clientes que las facturas llegarán con subas desde el mes próximo. “Con el fin de poder mantener la calidad de los servicios y en virtud de que la última actualización de precios fue realizada en el mes de marzo del corriente, informamos que el 1 de enero de 2021 modificaremos los mismos hasta un 20%”, señala un mensaje que ya recibieron los clientes de Cablevisión Fibertel este mes.
Los aumentos llegan luego de un congelamiento que rige desde fines de agosto. En aquel entonces, por decreto, el Gobierno nacional había establecido que no podía haber aumentos hasta el 31/12/20.
En ese entonces, sin embargo, el oficialismo acompañó aquella decisión con una retórica anti-empresas y antimonopólica, estableciendo en el mismo decreto el carácter de "públicos, esenciales y estratégicos en competencia” para los servicios de telefonía, Internet y cable.
Bajo ese discurso político, se anunciaba un mayor control e imposiciones futuras a las grandes patronales del sector, a la hora de establecer nuevos aumentos. Sin embargo, la realidad ya le gana al relato y las empresas empezaron a preparar un nuevo tarifazo que llegará a millones de familias dentro de pocas semanas.
La voracidad de las empresas del sector está fuera de toda discusión. A pesar de haber estado entre las grandes ganadoras del ciclo macrista y haber continuado ganando durante el primer año de Gobierno de Alberto Fernández, exigen más aumentos.
El Estado nacional actúa frente a ellas como ante todos los sectores centrales del gran empresariado. Un discurso "progre" que tapa las concesiones que constantemente se les hacen para que sigan facturando millones. | 
