Con 228 votos a favor frente a 164 en contra, la ley impulsada por Tulsi Gabbard del Partido Demócrata pretende retirar a la marihuana de la Lista de Sustancias Controladas por ser considerada como “narcótico peligroso”, junto a sustancias como la heroína y la cocaína. Con la actual votación, la legislación federal de EE.UU tiende a acercarse a las regulaciones legales que ya se dieron en otros estados y países.
El tratamiento actual que el gobierno federal tiene con el cannabis, lo ubica lejos de la línea ya adoptada por varios estados que ya legalizaron la planta para uso médico y otros incluso, para su uso libre y recreativo.
De lograrse la sanción de la ley, las causas penales de personas arrestadas por el consumo de la planta terminarían eliminados y las sentencias de quienes cumplen condenas podrían ser revisadas. A la vez, los estados quedarían autorizados para establecer sus propias legislaciones en la materia y se avanzaría en la regulación federal.
La media sanción dada hoy para despenalizar el uso del cannabis es el resultado de décadas de lucha por parte de organizaciones cannábicas y consumidores, que sostienen los ya probados beneficios y usos medicinales que tiene la planta, lejos de ser una “sustancia peligrosa”.
La votación se da dos días después de que la ONU reconociera las propiedades medicinales de ésta planta y la retirara de la clasificación que la incluía entre las drogas más peligrosas y con el control más estricto como la heroína. Sin embargo la misma resolución dispuso que el uso de la sustancia se mantuviera en la Lista I (sustancias bajo control pero con propiedades terapéuticas), con lo cual su uso recreativo aún continúa prohibido. Esto permite que los estados continúen usando esa prohibición como medio para la persecución y criminalización contra millones de personas en el mundo.
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