Estas últimas semanas hemos visto cómo la crisis de la educación pública, que la pandemia aceleró y profundizó, tomó nuevos ribetes, debido a las decenas de funcionarias y funcionarios despedidos entre el ex-Pedagógico y la Universidad de Chile, esto es una demostración más de como hacen recaer los costos de la crisis en los hombros de las y los trabajadores.
Ante esto la presidenta de la asociación de funcionarios más los centros de estudiantes de las facultades de Filosofía, Ciencias sociales, Ciencias, Bachillerato y delegades de ICEI, del Campus Juan Gomez Millas, sacan una declaración en la cual entre otras cosas plantean su “preocupación y absoluto rechazo...ante las desvinculaciones y malas prácticas laborales” por parte de las autoridades del Campus pero de ahí surge la pregunta de como hacer concreto, cómo hacer que ese rechazo ante los abusos laborales y despidos no sea solo una declaración sino que tenga alguna vía de acción para oponerse a este tipo de prácticas por parte de las autoridades.
Ante eso nuestra propia experiencia nos muestra una posibilidad, ya que la única manera en que logramos detener los despidos en el polideportivo a finales del 2018 fue con la unidad y movilización de les estudiantes y les trabajadores. Ahora claro, se podría decir, “es que ahora estamos sin clases y en pandemia”, pero eso no ha sido un impedimento para que miles de estudiantes sigamos organizados y movilizados por fuera de la Universidad, las mismas acciones del viernes pasado de les compañeres del ex-Pedagógico son un ejemplo de que cuando hay una dirección sindical decidida de convocar a manifestarse, las y los estudiantes responderemos y eso es justamente lo que las autoridades no quieren.
Ante los despidos, ¿Políticas de protección del empleo o reincorporación ahora?
El comunicado de las directivas de la asociación de funcionarios y de los centros de estudiantes de JGM plantea: “Exigimos a la administración del campus y a la universidad, la implementación de políticas de protección del empleo para la clase trabajadora”, pero nada dice de la situación actual de los 21 despidos de los aularios y 5 del poli deportivo, y ahora bien, qué puede asegurarnos que los mismos que ganan sueldos de gerente, que mantienen eternamente a funcionarios a contrata y honorarios y que ante la crisis actual optan por hacer pagar los costos de la misma a las y los funcionarios, qué nos asegura que luego implementen “políticas de protección del empleo”, sin duda es un cheque en blanco.
Es ilusorio creer, que esa protección del empleo se puede conquistar si primero se deja pasar sin una respuesta certera un ataque de esta envergadura. Más allá de las preocupaciones que se plantea en el comunicado, las directivas de los CCEE y de la Asociación tiene que saber que el dejar pasar estos despidos le da luz verde a las autoridades para hacer y deshacer, para seguir precarizando el empleo y para seguir despidiendo si les parece necesario.
Por eso la pelea que hay que dar hoy, es por la reincorporación ahora de todos y todas las funcionarias despedidas, conversando con algunas de ellas, lo que plantean es lo siguiente: “nosotras queremos trabajar, todas tenemos hijos, necesitamos recuperar nuestros puestos de trabajo, lo que queremos es nuestra reincorporación”. Eso es, ni más ni menos, no hay mejor manera de expresar un deseo de proteger los puestos de trabajo de los y las funcionarias del campus que reintegrando ahora y re-contratando a toda la gente que se despidió. |
