Esta causa arranca no por juego clandestino, sino por un homicidio en enero de este año cuando integrantes de la banda de Los Monos disparan al Casino de Rosario y matan a un hombre allí. A partir de la investigación se perfila la causa para investigar una red de juego clandestino que tenía como integrantes a policías, fiscales, y miembros de Los Monos que extorsionaban a Leonardo Peiti.
Peiti manejaba una empresa que importaba máquinas tragamonedas, heredó una estructura de juego clandestino de su padre. Históricamente la Policía de Santa Fe tenía un rol de habilitar ese negocio ilegal y en esta causa aparecen niveles superiores de complicidad con la política y la justicia.
A partir de la llegada del ex fiscal Serjal fue cerrando juicios abreviados, para favorecer investigaciones.
En el teléfono de Leonardo Peiti (empresario arrepentido por asociación ilícita) encuentran un mensaje de un asesor de la legislatura de Santa Fe Scataglini, para decirle que Traferri quería hablarle en el medio de la investigación. El asesor era del diputado Ricardo Olivera (NDR: actual jefe del PJ santafesino).
En la declaración del viernes pasado del ex fiscal Ponce Asahad lo pone a Traferri como un intermediario entre los dos ex fiscales que cobraban sobornos y el empresario que protegían, Leonardo Peiti.
Es muy improbable que la legislatura lleve adelante un desafuero para que Traferri declare como imputado. Las consecuencias más que institucionales serán políticas y se verán el año que viene en las elecciones, probablemente con un PJ fracturado con ese sector del Nuevo Espacio Santafesino de Traferri y Alejandra Rodenas.
Con los distintos gobiernos la policía ha sido un actor clave de complicidad del narcotráfico y nunca se establecieron los engranajes políticos que movían esas redes de complicidades. En un juicio que se está llevando adelante en Santa Fe un narco que es Actis Caporale definió a la Policía como un ente regulador del narcotráfico.
|