“¿ Si somos esenciales, la plata dónde está?. Nos usan y nos descartan” cantaban los profesionales de La Matanza en la concentración que realizaron el jueves 10 de diciembre en la Plaza de San Justo, frente al Municipio. Casi cien trabajadores participaron de la movilización que dejó ver que continúa un gran malestar, similar al que mostraron los trabajadores municipales meses atrás, por las paritarias a la baja firmadas por Fernando Espinoza.
De la jornada participaron representantes de la APS (Asociación de Profesionales de la Salud) de la Matanza y la CTA Autónoma. El reclamo de los trabajadores se expresó en cada trabajador que hizo uso de la palabra. Pésimas condiciones laborales, sueldos que apenas superan la canasta de indigencia y corren de atrás a la inflación, la muerte evitable de colegas. Todo se suma a la preocupación por brindar una salud de calidad a los pacientes que abarrotan los hospitales públicos de La Matanza.
El gobierno Municipal desoye las numerosas e importantes movilizaciones, y en sintonía con Fernandez y Kicillof, mantiene a los trabajadores con paritarias de hambre y en la absoluta precariedad.
Desde el Municipio aprovechan la importante división que hay entre los trabajadores. Por un lado están los sectores profesionales y por otro los municipales nucleados en el Sindicato de Trabajadores Municipales de la Matanza que responde a Daniel Troncoso. Sin ir más lejos, en las últimas semanas hubo movilizaciones de distintos sectores.
Cualquier perspectiva que se plantee vencer esta política de Estado que hace de la precariedad de la vida de los trabajadores y pacientes moneda corriente, tiene que partir de la más amplia unidad, comenzando por la de los trabajadores de la salud. Los trabajadores del Hospital de Niños vienen mostrando tener la voluntad de enfrentar la política de Espinoza.
La necesaria pelea por unir las filas de los trabajadores.
Incluso, la unidad de todos aquellos sectores en lucha debe partir de quienes hoy se proponen enfrentar la carestía de vida, los sueldos de hambre, la precarización, la falta de vivienda y trabajo. Los trabajadores de la Salud, como los del Hospital de Niños, tienen poderosos aliados en las familias de Los Ceibos y Rafael Castillo que pelean por vivienda, los feriantes de G. Catan que defienden su fuente de trabajo, los miles de trabajadores en todo el país que se paran contra los despidos y atropellos patronales, los jóvenes que se organizan buscando una mejor calidad de vida y contra la brutalidad policial. En la unidad de todos esos sectores está la fuerza para enfrentar el ataque en curso.
En momentos donde el gobierno vota un presupuesto al servicio de las necesidades del FMI, con una baja sensible de partidas en las áreas mas sensibles como salud y vivienda, en medio de una pandemia mundial, es necesaria la más amplia coordinación. Al pelear separados, cada pelea es desviada por la burocracia sindical, que en su amplia mayoría está integrada al gobierno y unida por múltiples lazos con el poder político, como vemos con Troncoso que dirige los municipales matanceros, o los dirigentes de la CTA Y CGT.
La pelea por tierra, vivienda y trabajo está más vigente que nunca, porque está en discusión quien va a pagar la crisis, quienes la generaron o los trabajadores. |