Fue el poeta y periodista Rafael Cabrera quien, en un artículo sobre Elena Garro publicado en diciembre de 2016 por Aristegui Noticias, sugirió una lectura de Los recuerdos del porvenir a la luz de los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero. ¿Qué relación podría tener la primera novela de la autora poblana publicada en 1963 con un crimen de Estado cometido casi a medio siglo de distancia?
Los recuerdos del porvenir, novela escrita por Garro en Europa en 1953 y publicada en México por Joaquín Mortíz una década después, cuenta la historia de un poblado llamado "Ixtepec". Éste no es sino una representación del poblado de Iguala, en Guerrero, en donde Garro había pasado su infancia y siempre fue motivo de inspiración y nostalgia para la escritora.
Podríamos decir que, para este momento, existe ya una relación muy clara entre la novela de Garro y la desaparición forzada de los 43 normalistas. Sin embargo, no es en esta coincidencia geográfica en que se centra el paralelismo sugerido por Cabrera. Ni siquiera en que una ejecución en la novela tenga como escenario ni más ni menos que el mismo lugar en donde la "verdad histórica" ubicó su farsa: el poblado de Cocula.
El paralelismo más grande entre Los recuerdos del porvenir y el caso Ayotzinapa está precisamente en la suerte de los personajes desposeídos. Mientras que en la novela se ahorca a un grupo de indígenas "por pobres", el caso de los 43 tuvo como protagonistas a un grupo de jóvenes de familias pobres, campesinas e indígenas. La naturaleza del crimen, la revictimización y la actual impunidad que persiste en el caso están atravesadas por una serie de condiciones que día con día hacen la diferencia cada vez más grande entre quienes son dueños de la tierra y quienes mueren trabajándola, sin poseerla.
En Los recuerdos del porvenir, novela considerada por Cabrera "semilla del realismo mágico", es el pueblo el que atestigua la sucesión de acontecimientos en un ambiente fantasmagórico que recuerda escenarios como el Comala de Pedro Páramo, publicado por Rulfo en 1955. La novela, que ha ocupado mucha de la crítica escrita en torno a la obra de Garro, desmitifica los senderos que recorrió la Revolución Mexicana y da voz a quienes, desde abajo, padecieron la traición (o interrupción) de la gesta. Episodios como la Guerra Cristera -en que se centra la novela de Garro- mostraron cómo es que los desposeídos son quienes llevan la peor parte en los conflictos entre los poderosos.
En la novela de Garro, como con el caso Ayotzinapa, es el pueblo el que encarna la esperanza y la tragedia. Nadie, aunque no haya muerto, queda sin marca. La memoria, tan importante en la poética de Garro, es la única que "sabe lo que encierra". Es un lugar de encuentro para mirarnos como clase a la luz de la historia de nuestras luchas. |