Observar directamente el eclipse, o con elementos inadecuados, puede generar daño en la retina. Pero existen alternativas caseras para no perderse el fenómeno.
El eclipse solar se produce cuando la Luna bloquea la luz del sol parcial o totalmente sobre una zona de la Tierra. En dicha zona, esto se observa como una momentánea pérdida de luminosidad en el cielo que dura unos minutos.
Aún con esta baja luminosidad, los expertos recomiendan no mirar nunca directamente al Sol porque, sin los instrumentos adecuados, exponemos la retina del ojo a luz visible intensa, lo que puede generar daños momentáneos o irreversibles en la función visual. La única excepción a esta regla, es para el momento del eclipse total que podrá observarse solo en una franja de la patagonia, y solo durante los 2 minutos de totalidad.
Los binoculares, radiografías, lentes de sol, vidrios ahumados, bolsas de residuo, no son métodos seguros, porque no filtran la radiación del sol. El hecho de que un filtro parezca atenuar la luz solar no significa que esté bloqueando la radiación peligrosa, infrarroja o ultravioleta, la cual es invisible y ocasiona daño a los ojos. Los métodos seguros incluyen instrumentos con filtros especiales, como anteojos o visores para eclipses, vidrio de soldador (DIN 14) o telescopios con filtro solar.
Otra forma segura de observación es mediante la proyección de la imagen del Sol. Un ejemplo sencillo de esta proyección es la que se da por las sombras de los árboles, que muestran la forma del sol eclipsado. Este efecto conocido como pinhole, se produce cuando los rayos procedentes de una fuente luminosa atraviesan un pequeño agujero, que cumple la función de lente y proyecta la imagen de la fuente de luz. Para recrearlo de forma casera pueden usarse instrumentos como un colador o una espumadera.
También el armado de una cámara oscura es un dispositivo seguro para observar la proyección de espaldas al Sol. Con una caja larga, que puede construirse con dos cajas de zapatos de la misma altura, se realiza una abertura de un lado de la cara chica, donde proyectar la imagen del Sol en un papel blanco, y del otro lado, una pequeña ventana donde se coloca papel de aluminio con un pequeño orificio hecho con un alfiler que es la parte que deberá apuntar al Sol. Finalmente se cala una ventana rectangular en una de las caras largas por donde observaremos, de espadas al Sol, con la caja apoyada sobre nuestra cabezas.