En las últimas semanas Donald Trump hizo todo tipo de maniobras y amenazas para anular los resultados que dieron por ganador al candidato del Partido Demócrata Joe Biden. La definición por Joe Biden se dio luego de que en California se emitieran 55 votos del colegio electoral a favor de Biden el lunes por la noche.
Luego de llevadas a cabo las elecciones, Trump alentó a sus seguidores a organizar manifestaciones fuera de algunas legislaturas, como ya lo había hecho en las semanas previas a la definición. Sin embargo, las votaciones del lunes fueron en gran parte fluidas; no hubo protestas que interrumpieran el proceso.
Esta votación define de forma oficial que Biden será quien ocupará la Casa Blanca, asumiendo la presidencia después de una elección muy polarizada, marcada por profundas divisiones.
Las elecciones se definen en un año donde, a pesar de la pandemia, se desarrolló un movimiento contra el racismo y la violencia policial que llevó adelante el proceso de movilización antirracista más grande de su historia. A su vez, el país también estuvo azotado por la pandemia, que ha paralizado algunas ramas de la economía y ha generado luchas obreras en varios sectores.
En este contexto, donde también se movilizaron sectores de la ultraderecha, esta elección contó con la mayor cantidad de votantes en la historia de ese país.
A pesar de los esfuerzos de Trump para intervenir en el proceso electoral y cambiar el resultado de la elección, perdió por unos siete millones de votos. Un fuerte sector del partido Republicano fue detrás de los intentos de Trump de revertir los resultados afirmando un fraude electoral, apoyando causas en la Corte Suprema, que finalmente fue cerrada por falta de mérito, el tribunal rechazó el caso el viernes pasado.
Por la noche del lunes, el presidente electo de Estados Unidos le pidió "respetuosamente" al mandatario saliente, Donald Trump, que reconozca la derrota en las elecciones de noviembre, poco después de que el Colegio Electoral confirmara el resultado de los comicios.
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