Los jóvenes: ni a las urnas ni a estudiar, a los cuarteles y a trabajar
En varias oportunidades Zecca ha manifestado su temor frente a la creciente politización de la juventud. En declaraciones recientes se opuso al voto a partir de los 16 años. “¿El chico es inimputable de delitos porque es menor y tiene madurez para votar? ¿Pero a qué estamos jugando? Un chico de 16 años no sabe ni sonarse la nariz. Hace 50 o 60 años, un muchacho de 20 años que salía del servicio militar era un hombre. Y a los 22 años ya estaba casado. Tenía novia, trabajo y se casaba”, sostuvo.
Zecca es un ferviente interlocutor de las cúpulas empresariales, y defiende a quienes condenan a miles de jóvenes a tener los peores trabajos –en la gastronomía, en las cosechas, en los empaques o en los call centers–; a no tener derecho a organizarse sindicalmente ya que son inmediatamente despedidos, como sucede en los call centers de Alperovich.
Como enemigo de que la juventud conquiste los derechos más elementales, Zecca considera que “la Universidad no puede ser para todo el mundo. A la Universidad no puede ir cualquiera, sino los que tienen capacidad”. Cano pone su cara de piedra para decir que a partir de ahora y junto a Zecca van a “generar condiciones de acceso a la educación y a la Universidad Pública de muchos sectores que hoy están lamentablemente excluidos”.
El oficialismo tampoco pretende diferenciarse. Viene vaciando el presupuesto educativo, llevando a condiciones edilicias pésimas y salarios docentes miserables. Pero además dan un peso decisivo a la Iglesia que imponen la enseñanza obligatoria de religión en la asignatura “Formación Moral”, donde se fomenta una retrógrada concepción del género, una subestimación al género femenino y la discriminación y la homofobia. Desde el 2006 se niegan a implementar la Ley de Educación Sexual Integral, que además, podría evitar los cientos de embarazos adolescentes que afectan principalmente a las jóvenes de menores recursos.
En esto la oposición no quiere quedarse atrás. Propusieron un Consejo Provincial de Educación para que la curia tenga mayor influencia en el sistema educativo provincial. Como complemento, proponen crear encima un Observatorio Social dirigido por la Pastoral Social para aconsejar a los funcionarios de las áreas sociales, de salud y educativas.
Solidaridad para la foto
Los políticos tradicionales, como frase trillada para la campaña, plantean que junto a Zecca van a combatir la pobreza y la desnutrición. ¿Cómo planean hacerlo si no se atreven a tocar los intereses de los empresarios? Ellos mismos viven como empresarios: con solo ser senador Cano cobra más de un millón por año, Manzur aumentó en diez millones su patrimonio en tan solo un año.
La demagogia contra la pobreza es tan vieja como la pobreza misma. La Iglesia bendice la enorme desigualdad social cada vez que plantea el ser pobre como una “virtud moral” mientras se reúne con sus responsables políticos. En un “baño de humildad”, Cano y Amaya anunciaron la suspensión de su acto de lanzamiento y que destinarán esos fondos a Caritas, es decir, a la Iglesia. Ganancia para todos.
Zecca celebra la hipocresía de candidatos que invierten miles de millones de pesos en espacios televisivos y vistosas carteleras. Valga el ejemplo: El día de los comicios el Acuerdo para el Bicentenario destinará entre $1,9 y $ 2,7 millones tan solo en el pago a fiscales (sin incluir traslados y viandas).
Las mujeres: en la Edad Media
En Tucumán históricamente nos hemos movilizado para exigir justicia por Marita Verón, por Paulina Lebbos, en contra de la violencia de género. Hace pocos días, como en todas las plazas del país, nos hemos movilizado de a miles para decir #NiUnaMenos. El 3J fue una oportunidad para denunciar que el femicidio es el último eslabón de una larga cadena de opresión y violencia donde el Estado no garantiza las medidas mínimas para evitar la muerte de cientos de mujeres.
En Argentina muere una mujer cada 30 horas producto de la violencia machista. Esta cifra se duplica cuando sumamos a las víctimas del femicidio silencioso, a las más de 300 mujeres que mueren al año por las consecuencias de la clandestinidad del aborto, en su mayoría jóvenes y pobres.
“Es una preocupación que tiene la Iglesia y nos comprometimos en eso”, dijo Amaya para despejar las dudas –si es que existían– sobre su negativa al derecho al aborto legal, seguro y gratuito. Es que así como las mujeres no podemos esperar nada de la Iglesia que pretende mantenernos sumisas como en la Edad Media, tampoco podemos esperar nada de sus candidatos que en connivencia con la justicia misógina y la cúpula clerical nos niegan nuestros derechos.
Con la fuerza de los trabajadores, la mujeres y la juventud
Los intereses oscurantistas de Zecca están asegurados por los candidatos del ajuste. Mientras que los derechos de los trabajadores, las mujeres y la juventud son vetados por quienes gobernaron durante décadas.
Desde el PTS en el Frente de Izquierda presentamos una alternativa frente a la casta de políticos millonarios. Queremos que los funcionarios cobren como una maestra y que los trabajadores tengan un salario igual a la canasta familiar y la juventud tenga trabajo genuino. Que las mujeres no suframos más violencia de género, que se implemente la educación sexual para decidir, el aborto legal para no morir y que los millones que van a la Iglesia se inviertan en salud y educación.
Con la fuerza de los trabajadores, las mujeres y la juventud podemos lograrlo. Hagamos historia. |