River no para de ganar, y también se anima a gustar y golear. Por tercer año consecutivo queda entre los 4 mejores equipos de la Copa Libertadores (campeón en 2018, subcampeón en 2019) y quiere llegar nuevamente a la final, donde -si se dan los resultados- podría volver a cruzarse con Boca o enfrentar a Racing, aunque en el medio todavía están Santos y Palmeiras, su próximo rival.
Con una sinfonía de goles convertidos por Carrascal, De la Cruz, Zucculini y Santos Borré en dos oportunidades, River fue imparable. Claro que una acción torpe del arquero Rochet de Nacional le desarmó los esquemas al equipo local: salió a cortar una pelota afuera del área, pero le quedó corta y como la interceptó Borré que le quedaba mano a mano, salió a buscarlo y cortó la jugada con falta. Si bien la falta no fue violenta, frustró una jugada de gol y el árbitro Tobar decidió mostrarle la tarjeta roja. Con 10 jugadores y el ingreso de su arquero suplente Mejía, Nacional de Montevideo tuvo que empezar otro partido.
A pesar de que hubo otras jugadas discutibles (como una posición adelantada en el cuarto gol de River que no fue revisada por el VAR), el triunfo es inobjetable y los del Muñeco Gallardo sellaron un marcador global de 8 a 2, contando los dos goles del triunfo en la ida en Buenos Aires.
De esta manera, River cierra otro año copero con la expectativa de volver a luchar en la final, que se jugará el año que viene. Recibirá primero a Palmeiras como local (todavía no está definida la fecha) y luego lo visitará en San Pablo. Difícil pero no imposible para este River de Gallardo acostumbrado a ser protagonista de la Libertadores. |