|
En el partido de La Matanza, donde gobierna el kirchnerista Fernando Espinoza -seguidor del modelo “nacional y popular” de la última década- la falta de profesionales, insumos e infraestructura en salud es moneda corriente lamentablemente. La provincia ante la "falta" de presupuesto delega responsabilidades en los gobiernos municipales como por ejemplo el hecho de que los municipios sean responsables de la mitad de las camas de internación que disponen los nosocomios. Este hecho genera enormes falencias: en La Matanza el índice es de 2,6 camas cada 10.000 habitantes. La municipalización de la atención de la salud es en última instancia uno de los mecanismos más claros de segregación territorial.
Siendo el municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires, con más de 1.800.000 habitantes ( según el censo de 2010), cuenta con cinco hospitales los cuales poseen problemas de infraestructura, falta de insumos, aparatología y escasos profesionales. A esto se suma que las UPA (Unidades de Primera Atención) son insuficientes y que no cuentan con los elementos necesarios para las emergencias.
Uno de los ejemplos más tristes de ésta situación es el hospital Alberto Balestrini, que fue inaugurado tres veces desde el 2013 y aún no cuenta con guardia pediátricas y las urgencias son derivabas al Hospital de Niños de San Justo que no posee mejores condiciones.
En la localidad de González Catán, rodeado de gigantes carteles de precios incalculables e inalcanzables para cualquier vecino de la zona, a pocos metros de la Ruta 3, se encuentra el Hospital Zonal General de Agudos “Simplemente Evita”. Allí las necesidades básicas de cualquier paciente no logran ser cubiertas por más que el personal del hospital trabaje hasta el agotamiento por lograrlo. No sólo faltan parteras, sino que está en peligro el área de Pediatría, pues está en los planes del gobierno provincial cerrarla.
El gigante del Km 32 fue construido hace más de 15 años, fue inaugurado en reiteradas oportunidades y cada inauguración contó con el acto político correspondiente para la foto, pero sólo luego de varios años y producto de la lucha de la comunidad se logró que comenzar a funcionar.
Sin embargo su estado poco difiere del resto de los hospitales de la provincia, su infraestructura no deja de deteriorarse: rajaduras en los muros, techos que se desploman, ascensores sin mantenimiento, cuando llueve las inundaciones son moneda corriente. Las habitaciones son la expresión más cabal de desprecio por parte del Estado hacía la población humilde de la zona, falta de iluminación, en algunos casos directamente no hay y se los profesionales han llegado a tener que trabajar bajo la luz de celulares, las puertas en mal estado, la ventanas sin reparación, los baños en pésimas condiciones. Las cucarachas se pasean por encima de los pacientes, los mosquitos se apelotonan en las cunas.
En lo que hace a insumos y medicación la situación lejos de mejorar empeora. Conseguir medicamentos luego de una atención en consultorio externo, es una peregrinación por los centros de salud de la zona. Algo (o todo) siempre falta, lo que según dicen que por ley esta asegurado lo desmienten los pacientes en su día a dia, faltando medicamentos básicos como Ibuprofeno, Diclofenac, Amiodarona, Atenolol y otros. Esta semana se llegó a la situación límite de no contar ni siquiera con pañales algo básico. Tampoco hay cintas, guantes, antibióticos, como Claritromicina, Ampisulbactán, alcohol, algodón y todo lo que es imprescindible para atender en un hospital .
Para los internados la suerte no es mejor, la ausencia de heparina (anticoagulante) es determinante entonces, los enfermeros se ven obligados a comunicar a los parientes que deben comprar la medicación porque hay faltante.
La vida precarizada en territorio de Espinoza
En principio el sueldo que cobran los trabajadores está por debajo de la canasta familiar, atados a las paritarias que resuelven las cúpulas sindicales (ATE, Salud, UPCN) con el gobierno, sin previa consulta con los trabajadores. Existen muchos trabajadores con becas durante años y otro tipo de contratos de nombres raros inventados para ocultar que el Estado es el máximo precarizador de la fuerza de trabajo. En el nosocomio perduran empresas privatizadas de limpieza y mantenimiento que gozan de impunidad pues tienen empleados en negro y a su vez tampoco son controladas y su servicios son deficitarios.
Esta es la verdadera cara de la salud pública después de años de un "histórico" crecimiento a tasas chinas. No hubo “década ganada” para la salud pública, pero si la hubo para la medicina privada y las prepagas, mientrás el sector público se encuentra absolutamente desfinanciado y abandonado.
Son los trabajadores los que realizan a diario enormes esfuerzos para administrar los escasos insumos y así garantizar la atención de los pacientes. Si el hospital público se mantiene en pie, es gracias al esfuerzo de sus trabajadores. Esta situación de precariedad afecta directamente a la salud de los trabajadores generando desgaste emocional y stress laboral.
Las condiciones de trabajo son degradantes, tanto para quienes trabajan día a día en los hospitales como para los pacientes que se atienden o los que deben internarse. A los médicos se les paga con retraso de mas de 3 meses.
Pero la vida de los pacientes no mejora en los barrios que rodean al "Simplemente Evita". Un barrio humilde, con trabajadores que se amontonan en largas colas de madrugada para ser atendidos, luego de inhumanos viajes en medios de transportes totalmente colapsados pues son escasas las líneas que los acercan, en relación con la demanda y las necesidad.
Las calles laterales a la principal (Equiza), las inevitables para llegar aunque sea a la Guardia, son casi intransitables: confundiéndose con zanjas y pseudoveredas de pastizales, son verdaderos obstáculos que día a día deben vencer las cientos de personas que no tienen otra posibilidad que atenderse en el hospital "del 32", como se lo conoce en la zona.
Los trabajadores de la salud y sus usuarios son los únicos preocupados en defender los hospitales públicos
La crisis de la salud pública es provincia y nacional, como han denunciado permanentemente el diputado nacional Nicolás del Caño, y el diputado provincial Christian Castillo, ambos del PTS/Frente de Izquierda. Presentando recurrentes pedidos de informes en sus recintos, para que el Ministro de Salud nacional y provincial den explicaciones. Una y otra vez estos últimos se han negado.
Las bancas de los diputados del PTS en el Frente de Izquierda, han denunciado la falta de presupuesto provincial y nacional. Tanto los kichneristas como los massistas y macristas en la provincia han estado lejos de declarar la emergencia sanitaria en la atención pública.
Los trabajadores de la salud y sus usuarios son los únicos preocupados en defender los hospitales públicos, por eso reclaman mayor presupuesto de manera urgente para contar con hospitales abastecidos de insumos, personal y aparatología. Pero ese presupuesto como el funcionamiento de los nosocomios deben estar bajo el control de los propios trabajadores, y no en manos de los funcionarios responsables de la crisis actual. En ese sentido, una medida elemental es el pase a planta permanente de todos los trabajadores de los hospitales, nombramientos y reapertura de los sectores cerrados.
Estas demandas serán parte fundamental de la campaña que llevará adelante los candidatos del PTS en el Frente de Izquierda.
*El autor es precandidato a concejal de La Matanza por el PTS en el Frente de Izquierda | 
