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La Izquierda Diario
16 de marzo de 2020 Twitter Faceboock

CONFERENCIA PROGRAMÁTICA MARZO 2020
Proyecto de Lineamientos Programáticos de Organización Socialista
Organización Socialista de Costa Rica

El presente documento consta de dos partes que de conjunto son una herramienta para el debate en el marco de la I Conferencia Programática de Organización Socialista. Un insumo para la militancia de OS y para quiénes forman parte de las agrupaciones, campañas e iniciativas políticas que impulsamos.

Link: https://www.laizquierdadiario.com/Proyecto-de-Lineamientos-Programaticos-de-Organizacion-Socialista

PROYECTO DE LINEAMIENTOS PROGRAMÁTICOS DE ORGANIZACIÓN SOCIALISTA

Parte I: Fundamentos y caracterizaciones
Parte II: Proyecto de Lineamientos programáticos

INTRODUCCIÓN GENERAL

En las últimas dos décadas Costa Rica vivió importantes procesos de la lucha de clases donde la clase trabajadora y la juventud han ocupado el centro de la escena política nacional ante constantes ataques de la clase dominante y sus gobiernos. Si en la década de los noventa vivimos momentos de retroceso, producto del desmonte, de los procesos convulsivos revolucionarios que marcaron a Centroamérica en los ochenta (centralmente vía los pactos y negociaciones) en la primera década del dos mil los trabajadores y las trabajadoras junto a la juventud mostraron nueva fuerza, saliendo a resistir a la ofensiva capitalista. Incluso la clase trabajadora impidió, por ejemplo, que la burguesía avanzara en la privatización del sector eléctrico y otros ataques que tenían preparados en toda la línea, sobre todo, contra importantes conquistas del pueblo trabajador. Esta clase trabajadora también supo resistir a los proyectos de la burguesía cipaya con el plan recolonizador del imperialismo que constituía el Tratado de Libre Comercio (TLC), con masivas movilizaciones y agudas luchas.

Estas experiencias han servido como base para el actual proceso que vivimos, iniciado en el 2018 cuando la clase trabajadora con sus propios métodos, como la huelga general y movilizaciones de calle, ha venido paralizando los proyectos del FMI y el Gobierno. Además, en estas últimas décadas la juventud y las mujeres trabajadoras han jugado un papel preponderante en la lucha de clases, tal como se expresó en la rebelión de las y los estudiantes secundarios que dieron un rotundo no a los planes de precarización del Gobierno, que busca transformarlos en mano de obra barata. Ellos son los hijos de esa generación que peleó en las décadas anteriores y que veían que sus padres, desde sus lugares de trabajo o de estudio, no se quedaban de brazos cruzados frente a los ataques.

Al calor de la lucha de los trabajadores y la juventud en los últimos años es que ha surgido Organización Socialista, una joven organización que ha buscado sacar lecciones políticas y estratégicas de estas dos décadas de lucha, que lentamente van marcado la recomposición subjetiva de la clase trabajadora.

Luchamos por un movimiento obrero en clave revolucionaria, con independencia de clase frente a la burguesía, basado en un programa para acabar con el capitalismo y por un gobierno de los trabajadores en alianza con todos los oprimidos y explotados. Este es el camino para resolver integra y efectivamente las demandas y necesidades de las grandes mayorías y avanzar en la lucha por una república obrera, que rompa con el capitalismo y avance en una perspectiva socialista donde la clase trabajadora controle la economía y por tanto pueda ordenar toda la estructura productiva del país en función de los intereses de las más amplias masas y que, a la vez, permita restablecer el metabolismo de la sociedad humana con la naturaleza, tomando la perspectiva del comunismo, que implique disolver la sociedad de clases y el patriarcado. Desde esta perspectiva estratégica y la lucha por estos fines, es que participamos en los procesos de lucha y de organización del movimiento obrero, de la juventud y de la mujer.

Hemos participado como OS en diversas luchas de la clase trabajadora, buscando darle una impronta anticapitalista y que eleve la moral de combate de la clase como un todo. En ese sentido batallamos constantemente dentro de la UCR, tanto como trabajadores y estudiantes, por organizar docentes precarizados contra la patronal rectoría de la UCR y también contra la burocracia sindical, lo que ha tenido como implicación la colocación del debate sobre precarización laboral en la Universidad. Hemos realizado varias campañas de solidaridad obrera, especialmente con trabajadores de las piñeras, en general precarizados, llevando la solidaridad desde San José hasta las zonas rurales donde se concentra este tipo de empresas de capital extranjero. También buscamos realizar un trabajo entre trabajadores y trabajadoras precarizados de call center como se expresó en el trabajo que realizamos de denuncia ante la ola de despidos del call center Sykes en busca de organizar a estos trabajadores.

En Costa Rica, orgullosamente, hemos participado activamente en el movimiento de mujeres poniendo en pie la agrupación Pan y Rosas, como parte de un movimiento internacional de mujeres que está en decenas de países. Hemos estado en primera fila en la lucha contra la opresión de las mujeres y por los derechos democráticos como el aborto legal, seguro y gratuito, pero lo hacemos desde una perspectiva socialista, considerando fundamental que las mujeres trabajadoras encabecen este movimiento junto a las jóvenes, campesinas y estudiantes. Buscamos desarrollar un movimiento de mujeres de combate permanente contra la opresión y contra la explotación, codo a codo con compañeros trabajadores, porque bajo el capitalismo la opresión y la explotación están indisolublemente ligadas y solamente la lucha conjunta puede llegar a una solución revolucionaria.

Actuamos activamente en el movimiento estudiantil con la agrupación juvenil Organizate, que impulsamos, participando en procesos de lucha en la Universidad, así como hemos conquistado espacios vía elecciones estudiantiles en diversos niveles. Participamos de cada lucha estudiantil progresiva en la perspectiva de poner la Universidad al servicio de los trabajadores y el pueblo y del combate de las corrientes ideológicas dominantes, para ganar a la mayor parte del movimiento estudiantil para la causa del comunismo.

Luchamos contra la opresión de la población LGBT, siendo parte en sus diversas luchas reivindicativas como el matrimonio igualitario, contra la discriminación laboral, etc.

Como parte de nuestra perspectiva internacionalista, desde OS hemos establecido declaraciones políticas con grupos hermanos en México y Estados Unidos en solidaridad con todas las personas migrantes, exigiendo todos los derechos políticos y sociales para las mismas. En este sentido hemos contado con una política internacionalista activa, que ha permitido estrechar relaciones políticas con organizaciones revolucionarios de la región sobre eventos políticos significativos, que son una base política sobre la cual se puede desplegar política sobre toda la región.

Somos internacionalistas, por eso uno de nuestros más importantes aciertos ha sido vincularnos a la Fracción Trotskista – Cuarta Internacional (FT-CI) compartiendo su comprensión política, estratégica, teórica y programática. La FT-CI es una corriente internacional que anima la red La Izquierda Diario internacional, y cuyas organizaciones pelean y se construyen en varios países como Argentina, Brasil, Chile, México, Estado Español, Estados Unidos, Francia, Alemania, Bolivia, Uruguay, Venezuela y cuenta con simpatizantes grupos en Italia y Perú. Concebimos la construcción de un partido en Costa Rica, como decía Trotsky, inseparable de la construcción de una corriente internacional, por eso asumimos la tarea de impulsar un Movimiento por una Internacional de la Revolución Socialista, cuyo contenido, entendemos, es dar pasos en la refundación sobre bases revolucionarias de la Cuarta Internacional.

En Costa Rica, buscamos una delimitación política y programática de corrientes políticas de izquierda que producto de una política fundamentalmente sindicalista y electoralista, así como sectaria en muchas situaciones, se han mostrado impotentes en las batallas iniciales que se han dado en la lucha de clases en Costa Rica y en particular para construir una organización verdaderamente revolucionaria.

En el camino de elaborar un programa para un movimiento proletario revolucionario, así como de una estrategia y un conjunto de tácticas que nos permitan conseguir el fin estratégico por el que luchamos, hemos redactado esto Lineamientos Programáticos, que presentamos a las compañeras y compañeros que han iniciado también este camino sea a través de OS, sea a través de Pan y Rosas o a través de la corriente estudiantil Organizate o con quienes tenemos experiencias conjuntas en luchas de manera cotidiana, apostando a que la discusión de los mismos permita construir conjuntamente una organización revolucionaria superior a lo que hoy es OS. Este documento está dirigido también a las y los trabajadores y estudiantes más conscientes, para discutirlo y que sean parte de nuestra lucha por la construcción de un gran partido revolucionario que pueda ser la palanca para remover el capitalismo desde sus cimientos y abrir el camino hacia una sociedad libre de explotación y opresión, un objetivo que no es solo nacional sino internacional.

Organización Socialista, pone todos sus esfuerzos para construir un gran partido internacional, que no surgirá de una lenta evolución organizativa de nuestras fuerzas sino de la fusión con otras organizaciones en clave revolucionaria y con lo más avanzado de la clase obrera y la juventud. Un partido que sea capaz de disputar la dirección del movimiento obrero a las direcciones tradicionales y levantar un programa para la clase trabajadora, un programa socialista para acabar con esta sociedad capitalista de miseria y abrir paso al socialismo.

PARTE I

FUNDAMENTOS Y CARACTERIZACIONES

1. LA CRISIS DEL 2008 Y LA CRISIS ORGÁNICA

En el año 2008 hubo una crisis económica mundial. Aunque la misma no se desarrolló como un crack similar a los de los años ´30 se mantiene al día de hoy con distintos momentos y coyunturas, en tanto que sus repercusiones políticas han llegado a los principales países imperialistas, dependientes y semicoloniales a nivel internacional.

En particular, se desarrolló en varios países una verdadera crisis orgánica; con esta definición (tomada del marxista italiano Antonio Gramsci) entendemos una crisis no “coyuntural” o “cíclica” del capitalismo, sino que hablamos de una crisis que se expresa -con distintos ritmos- en el terreno económico, político y social, que puede durar un largo tiempo y remite a la crisis del “gran proyecto” globalizador de los 90. Condición de esta crisis es la brecha y la ruptura entre los “gobernados” y los viejos partidos, lo que ha abierto el camino a nuevos fenómenos de la lucha de clases, como ya vimos en Costa Rica.

Como elemento integrante de esta crisis orgánica, y como parte del lento proceso de recomposición subjetiva de la clase trabajadora, vemos también la emergencia, en los últimos años, de distintos procesos de la lucha de clases internacional. La respuesta del movimiento de masas mundial ante estas crisis ha pasado por dos olas. Una primera en 2011, marcada por los procesos de la primavera árabe y la serie de huelgas generales en Grecia resistiendo el ajuste de la troika. En el primer caso el entierro contrarrevolucionario del proceso en Egipto y en la región, así como el desvío político que orientó Siriza en Grecia, dieron al traste con la enorme energía revolucionaria expresada por las masas.

La segunda oleada la hemos visto a partir del 2018, donde las rebeliones y revueltas han sido el actor fundamental, y en ese contexto en determinados países vimos importantes huelgas generales. El ejemplo más alto lo vemos en Francia, con la huelga general más larga en décadas. En nuestro país, aunque en proporción menor, vimos también un importante ejercicio como mostró la huelga general disposición al combate de las masas.

Ha sido América Latina uno de los epicentros fundamentales de una serie de procesos de lucha de masas que pasan por India, Catalynia, Sudán, Irán, Irak, Estados Unidos, etc. y cuyas reivindicaciones hoy son importantes porque colocan los elementos que contextualizan el futuro de los debates políticos internacionales, como los derechos laborales, la independencia nacional contra el imperialismo, el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito, el desastre ecológico, etc. todos los cuales tiene enorme potencial revolucionario. También en este periodo hemos visto importantes movilizaciones contra el cambio climático.

Como decíamos, junto a la huelga en Francia, destacamos los fenómenos de la lucha de clases en Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador. En Chile despertó una juventud que enfrenta al ejército en las calles de Santiago, una imagen deseada e impensable por más de 40 años, que coloca a las masas trabajadores chilenas ante la posibilidad de ser el enterrador del neoliberalismo, después de su nacimiento con el golpe pinochetista, y más recientemente los procesos de movilizaciones intermitentes en Colombia que han tenido a la juventud como protagonista luchando contra décadas de neoliberalismo y un Estado represivo. En Bolivia la resistencia heroica frente al golpe militar contra Morales demuestra una enorme disposición a la batalla de los trabajadores y los oprimidos como los pueblos originarios. En Ecuador mientras tanto se le paró la mano al FMI a partir de la movilización callejera. En nuestra región Centroamericana hemos presenciado también importantes procesos de lucha como hemos visto en Honduras y Nicaragua, así como en el Caribe expresados en las grandes movilizaciones en Puerto Rico y Haití.

Como parte de esta situación, en el corazón del imperialismo miles de jovenes hoy se orientan, por primera vez en décadas, hacia la izquierda con ideas (en su mayor parte vagas) de socialismo, como expresión de esa crisis orgánica y también de la existencia previa de movilizaciones y luchas del movimiento de mujeres, la juventud y sectores de trabajadores.

En Costa Rica la perspectiva de conjunto, más allá de desvíos, es que se viene acumulado una experiencia de lucha que puede abrir paso a nuevas formas de organización y disposición a la pelea. También es cada vez más claro que esa misma clase trabajadora tendrá que vérselas con una burguesía cada vez más dispuesta a atacar su nivel de vida en función de la acumulación privada de riqueza y los planes que le exige el imperialismo.

De conjunto, es un escenario con enormes posibilidades para avanzar en la construcción de alternativas revolucionarias que intervengan en la lucha de clases y hagan avanzar estos procesos hacia revoluciones socialistas.

La situación del imperialismo en la región

Esta crisis orgánica ha producido fenómenos políticos por derecha y por izquierda. Por derecha, con posiciones ultra conservadoras y con rasgos bonapartistas de diverso tipo, han surgido figuras como Trump, Bolsonaro y otros, que muestran discursos de corte fascistizantes, misógino, anti migrante y anti proletario. En ese contexto general se ha acrecentado la ofensiva recolonizadora del imperialismo estadounidense sobre América Latina, enmarcada en su confrontación arancelaria y de influencia política sobre la región con China (que en la zona centroamericana se muestra con particular intensidad), que ha complicado un recrudecimiento de la extracción de excedente a partir de mecanismos clásicos imperialistas, como la deuda externa y el ajuste contra los trabajadores y sectores populares, expoliando a las naciones oprimidas del continente con el objetivo de mantener las ganancias de la burguesía imperialista.

En la región la consecuencia más conocida internacionalmente del ajuste desplegado es el aumento de la migración, expresado por ejemplo en las constantes caravanas de miles de migrantes centroamericanos que atraviesan México hacia Estados Unidos, que enfrentan la política migratoria xenófoba -con centros de detención de menores- de Trump y la presencia militar estadounidense en las fronteras guatemaltecas, y ahora también el accionar de la Guardia Nacional en México por orden de AMLO, la cual está jugando en la frontera México-Guatemala el rol que asume la border patrol en la frontera norte.

De conjunto el aparato represor del imperialismo estadounidense se ha apoderado de nuestras costas y de la seguridad interior de los diversos estados centroamericanos. Sea a través de la Guerra contra el Narcotráfico que se extiende hasta Centroamérica o a través de las iglesias neopentecostales exportadas desde el Sur de los Estados Unidos, se consolida la presencia imperialista a través del endeudamiento externo y el ajuste interno, lo cual confirma que la región continúa siendo el patio trasero del imperialismo estadounidense, resultado de la opresión histórica imperialista sobre los pueblos de Centroamérica y el Caribe.

La contención de las masas

Con el objetivo político de que la experiencia de las masas no alcance dimensiones revolucionarias, han aparecido muchos partidos políticos que buscan encauzar estas grandes movilizaciones para negar el desarrollo de las mismas en el sentido de la lucha de clases.

En ese sentido surgieron fenómenos políticos que se ubican a la “izquierda” de los partidos tradicionales (sea surgiendo a su vera o de su interior), y que han tenido como denominador común que, aunque cuestionan determinados aspectos de la política neoliberal, son partidarios de mantener y preservar el orden capitalista y a los cuales caracterizamos como como neorreformismo1, expresión de esto fueron tempranamente PODEMOS en el Estado español y Syriza en Grecia.

En el mundo anglo también tenemos lo que sucede al interior de los Estados Unidos, donde emerge la figura de Bernie Sanders, mostrándose como una alternativa al establishment del partido demócrata, al tiempo que rechaza la política de “puertas abiertas” para los migrantes y fue defensor de las intervenciones imperialistas de los gobiernos demócratas o la emergencia de Jeremy Corbin dentro del laborismo inglés.

Otra contención de las masas son los nuevos proyectos “progresistas”, seniles y de extrema moderación de Alberto Fernández en Argentina y AMLO, en México. Estos recientes progresismos son la continuidad de los que a inicios de la primera década del siglo se presentaron como la alternativa a los gobiernos capitalistas neoliberales. Y fueron justamente ellos -un espejo de lo que puede pasar con las nuevas experiencias progresistas- los que condujeron importantes ataques contra la clase trabajadora. El caso más dramático es Brasil, donde el PT dirigió un ajuste contra la clase trabajadora junto con la derecha. Este ataque desmoralizó a la base del PT, lo cual permitió el golpe institucional a Dilma y la cárcel de Lula, que ha implicado por un lado un avance reaccionario vertiginoso encarnado en Bolsonaro. El caso paradigmático es el chavismo, que incapaz de realizar una transformación económica en Venezuela, mantuvo intacta la estructura productiva petrolera, lo que refuerza los rasgos dependientes de la sociedad venezolana, creando las condiciones para una auténtica catástrofe económica. Si bien es cierto la política imperialista es muy agresiva hacia el gobierno de Maduro, esto no implica evitar decir con claridad que el proyecto económico y social impulsado por el chavismo condujo a un callejón sin salida a la clase trabajadora y el pueblo pobre venezolano.

De conjunto, nuestra batalla, como socialistas internacionalistas, es precisamente para procurar las tendencias abiertas en la lucha de clases se desarrolle en un sentido revolucionario y superar a las direcciones reformistas y burguesas que buscan contenerla.

2. ¿QUÉ ES COSTA RICA? UN PAÍS SEMICOLONIAL DEPENDIENTE

Como toda Centroamérica, Costa Rica está subordinada e integrada al ámbito de dominación geoestratégico de los Estados Unidos y constituye directamente su patio trasero. Este rasgo lo compartimos con los países de las islas del Caribe, algunas colonias directamente como el caso de Puerto Rico. La dominación económica de los Estados Unidos sobre la región es clara y es consustancial a la dominación militar imperialista en la región. Cuentan la mayoría de los países de la región con una independencia política relativa, en el sentido de que no somos colonias directas. Por ello que Costa Rica es un país semicolonial con un grado de dependencia muy alto frente a la economía imperialista en particular estadounidense.

Ya desde el origen mismo de estos países como modernos estados capitalistas, la debilidad económica de la burguesía criolla obligaba a endeudarse con el imperialismo para lograr las más elementales formas de desarrollo capitalista. El ejemplo más claro de esto fue el desarrollo del ferrocarril que, imposible de ser desarrollado por la atrasada burguesía centroamericana, termina siendo desarrollado en parte a través de endeudamiento y en parte a través de la entrega directa del ferrocarril, así como de tierras anexas a la línea férrea, a empresarios imperialistas que terminaron por convertirse en la United Fruit Company.

Actualmente en Costa Rica la inversión extranjera directa proviene centralmente de los Estados Unidos, que invirtió para el 2018 unos 1444 millones de dólares, muy distante del segundo lugar, Holanda, que invirtió 128 millones, le sigue México (80 millones), Colombia (68 millones), España (57 millones) y Brasil (56 millones), como los más importantes inversores. En los últimos diez años está inversión ha estado en la banda baja en 2000 millones de dólares por año de inversión y en la banda alta cerca de 3000 millones de dólares en 2014, exceptuando el 2009, año en que la inversión decreció dramáticamente, para colocarse en 1443 millones de dólares, producto de la crisis económica del 2008.

La inversión extranjera directa se da sobre todo en la manufactura, con cerca de 1 088 millones en 2018, lejos del segundo rubro de inversión, el sector servicios, con 465 millones. La actividad inmobiliaria recogió en 2018 250 millones de dólares de inversión, las finanzas 134 millones, la actividad comercial 132 millones, la agroindustria 30 millones, el turismo 23 millones y la agricultura 8. En consonancia, el régimen de Zonas Francas obtuvo en el mismo año una inversión extranjera directa de 1226 millones de dólares, las empresas regulares unos 500 millones, el sector inmobiliario 250 millones, el sistema financiero 134 millones y el turismo 23 millones.

Para el año 2018, los 2 134 millones de inversión extranjera directa fueron catalizadores de cerca del 70% de las exportaciones del país, valoradas en 11 287 millones de dólares. De tal manera que la burguesía “nacional” solamente participa de la creación de 30% de las exportaciones, asociadas además al agro y la agroindustria y con pequeña participación industrial.

En general, la dinámica de apertura iniciada con el neoliberalismo ha hecho que el capital imperialista se esparza (a falta de mejor término) cubriendo distintas ramas de la economía del país, como telecomunicaciones o finanzas. Sin embargo, es obvio que la mayor inversión se hace sobre la zona franca y sobre la manufactura, de tal manera que podemos concluir que las ramas de punta, las ramas más significativas de desarrollo de fuerzas productivas del país, están en manos de capital imperialista.

Según las fuentes consultadas, de los principales 50 contribuyentes al Estado, solamente 3 eran de capital costarricense y todos los demás por distintos vínculos eran parte del capital extranjero. Esto también da cuenta de la debilidad de la burguesía costarricense en el mercado mundial y nacional.

Respecto de la composición numérica de las clases sociales, nos parecen indicativos los siguientes datos.

Es claro entonces que la gran mayoría de hogares del país dependen de un salario y están cinco a uno respecto de los hogares rentistas.

Con los datos de que se disponen, la mayor cantidad de esta clase trabajadora está agrupada en ocupaciones elementales, con cerca de 500 000 trabajadores, seguidos de los servicios (incluyendo vendedores) con unas 450 000 personas. Las y los trabajadores manufactureros, mecánicos, de construcción, artesanos, agropecuarios y agrícolas, constituyen un poco más de 300 000 personas. Las y los trabajadores de operación y montaje de instalaciones y de máquinas están al borde de las 200 000 personas y finalmente, administrativos y trabajo intelectual de diversa índole realizan algo más de 200 000 personas. En estos datos quedan incluidos todos los asalariados, por tanto, incluye también a sectores de las nuevas clases medias como gerentes, ingenieros, etc.

Como síntesis, tenemos un país que depende del desarrollo industrial de otros países, centralmente los Estados Unidos, que explotan intensivamente a un sector de la clase trabajadora muy específico: los obreros industriales y los trabajadores de servicios, para una clase trabajadora total de 1 600 000. Además, a una burguesía mayoritariamente agraria pero también con propiedades industriales, comerciales y bancaria, que contrata a obreros agrícolas, obreros industriales menos calificados, a vendedores y hasta sectores profesionales. El Estado contrata a una gran parte de profesionales, sobre todo en el área de la educación, salud y también administradores, así como a una parte de obreros de mantenimiento. Existe también una pequeña burguesía comercial que contrata centralmente a vendedores.

El que no existan derechos sindicales o políticos dentro de la Zona Franca es algo que está en completa consonancia con ser el lugar donde mayor cantidad de plusvalía se extrae a los trabajadores costarricenses. En este mismo sentido, se aclara que son mayoritariamente empresarios costarricenses quienes explotan a trabajadores nicaragüenses, por lo que no es extraño que sea la prensa burguesa costarricense la que más cizaña siembra en la opinión del país de contenido xenófobo anti nicaragüense.

Ahora bien, al ser un país dependiente a tal extremo y en tal grado de sometimiento al imperialismo, de manera desigual se crea una clase proletaria muy numerosa (más del 60% si se suman las familias) del país y una burguesía muy débil, y no sólo porque la clase trabajadora es la mayoría aplastante de la población sino también porque es una clase trabajadora que ha peleado en los últimos 20 años y cuya principal debilidad deviene del rol de las direcciones burocráticas a su frente y de la influencia de los partidos de la burguesía. Este hecho fue dramáticamente demostrado en la huelga general del 2018.

Como se puede ver en el cuadro que presentamos arriba, existe una variación de 4000 hogares menos en los sectores autónomos del 2017 al 2018, mientras que los otros dos grupos han crecido. De aquí se puede desprender como hipótesis, que el ajuste no solo ha recaído sobre el salario de la clase trabajadora, sino también sobre sectores medios que han tendido a la proletarización y que están más estratificadas que los sectores trabajadores y burgueses. Esto permite también hipotetizar que sectores de “nuevas clases medias” están sufriendo las consecuencias de la opresión y expoliación que reina en la sociedad capitalista, pero que la burguesía está aprovechando esa desesperación para que adopten todo el programa de ajuste capitalista.

3. LA HUELGA DEL 2018 Y EL GOBIERNO DEL PAC

El año 2018 presenciamos una de las más importantes experiencias de lucha de clases del país, una huelga general contra el ajuste del gobierno del PAC y del FMI llevada a cabo por centenas de miles de trabajadores y trabajadoras públicos, arrastrando tras de sí a otros sectores proletarios y a segmentos importantes de los sectores populares costarricenses. Una huelga que incluso en el plano internacional se constituyó como uno de los más importantes picos de movilización al plan de ajuste imperialista durante el 2018. La principal debilidad de la huelga fue que no logró incorporar al conjunto de la clase trabajadora del sector privado, que no cuenta con derechos sindicales, una cuestión imprescindible en el sentido de impulsar el más amplio frente único obrero e incorporar al conjunto de las “reservas estratégicas” de la clase trabajadora para la lucha contra el capital y sus representantes políticos.

Las lecciones de esta huelga son muy significativas respecto de cuestiones estratégicas. De hecho, una y otra vez, en diversos encuentros o reuniones de trabajadores y trabajadoras ha aparecido en términos claros que el principal problema durante la huelga fue de carácter estratégico, que había que plantearse cómo ganar. Y si bien es cierto, en la coyuntura en que escribimos este texto, hay un cierto reacomodo de las burocracias sindicales que tiende a bajar los ánimos de combate de la clase trabajadora, la experiencia ya ha colocado, si se quiere, un nuevo piso en lo que a conciencia en sectores de la clase trabajadora se refiere.

La huelga general del 2018 demostró que estamos en una situación donde hay politización y tendencia a la lucha en sectores del movimiento obrero, por lo que esta discusión sobre estrategia está planteada incluso desde antes de la huelga en sectores avanzados. Este proletariado, que ha luchado contra las imposiciones imperialistas por cerca de dos décadas y que no ha sufrido derrotas importantes, enfrenta hoy el ajuste del FMI y el gobierno de Carlos Alvarado, un gobierno relativamente débil que si bien es cierto está imponiendo condiciones de ajuste, lo hace con la férrea oposición de la clase trabajadora.

Esta política del PAC es la principal demostración de la postración absoluta del personal político del gobierno ante los designios imperialistas. El FMI ordenó ajuste y el PAC no dudó. Carlos Alvarado, ante la debilidad política de ser un gobierno de minoría, unificó a todos los explotadores y a los sectores más conservadores de las clases medias para avanzar contra la clase trabajadora de conjunto y también contra otros sectores medios, como profesionales asalariados del Estado. Y con este capital político lanzó un ataque amplio contra las posiciones de la clase trabajadora.

Sin embargo, la unidad forjada por Alvarado duró poco, y las movilizaciones estudiantes dentro de la propia UCR, una fortaleza del PAC en los últimos diez años, dan cuenta de la gran brecha establecida entre el gobierno y el ajuste por un lado y la clase trabajadora ganando a sectores medios, campesinos, etc. por otro. El relativo éxito político del gobierno se debe no tanto a su propia fortaleza o capacidad, sino más bien al desastre de la orientación política de la burocracia sindical, enemiga de lograr victorias sobre el gobierno aun cuando tiene todas las condiciones materiales para lograrlo.

En el contexto de los pronósticos actuales para la economía mundial, un país como Costa Rica está bajo la sombra de una contracción económica. Lejos de una estabilidad plena, esto -aunado a la experiencia que vienen realizando sectores del movimiento obrero, la juventud y las masas- anuncia un periodo de conflictos sociales entre clases, con la posibilidad de incidir en ella precisamente desde el ángulo de la estrategia revolucionaria, para darle una respuesta a la clase obrera, que permita ir realizando acciones que abra caminos para la construcción de un partido revolucionario en Costa Rica. Esto además está posibilitado por la tendencia a los extremos que se manifiesta entre el gobierno como ejecutivo de los negocios de la burguesía y la clase trabajadora con sus métodos clásicos de intervención en la calle.

4. ¿CÓMO HEMOS LLEGADO A ESTE MOMENTO?

Para evaluar mejor las anteriores condiciones y las posibilidades revolucionarias que podríamos enfrentar en el futuro es importante ver la situación de la que se ha partido para llegar al momento actual. Para comprender las actuales dinámicas de la lucha de clases hay 3 eventos que explican la conciencia con que los trabajadores han salido a pelear contra los ataques de la burguesía y los planes del imperialismo: 2001 -Combo del ICE, 2007 -lucha contra el TLC y 2018 -lucha contra la reforma fiscal, que guardan estrecha relación con fenómenos internacionales de lucha de clases.

El 2001 fue un estallido social, un cambio brusco, que en cuestión de una semana pasó de defender una conquista social específica ante la privatización entreguista de corte imperialista (El Instituto Costarricense de Electricidad, que también maneja internet y telecomunicaciones) a estar a punto de tirar un gobierno abajo. El rol del reformismo y la burocracia sindical, en estrecha unidad, impidió esta victoria, que sin embargo tuvo como implicación inmediata la primera ruptura del bipartidismo neoliberal que venía de los 80.

La orientación del reformismo y la burocracia sindical, al pactar con el gobierno, cedieron toda la iniciativa y desarticularon la organización nacional contra el Combo. Por ello el resultado final fue el fortalecimiento de los poderes parlamentarios y el re-inicio de una lucha por “el botín” de los puestos burocráticos estatales por parte de los partidos burgueses y pequeñoburgueses, allí se formó el actual partido de gobierno, el PAC, que en ese momento se abanderaba como el partido contra las aperturas neoliberales.

Por su estallido repentino contra el gobierno neoliberal, esta lucha está emparentada con las jornadas revolucionarias del 2001 en Argentina, aunque sin llegar a sus puntos de mayor radicalización y tumbar al gobierno. En tanto también fue una experiencia muy avanzada para el movimiento estudiantil, que lo emparentada con la huelga de la UNAM, pero llegando a un terreno político más profundo, producto de la unidad real de la clase trabajadora y el movimiento estudiantil, bajo la hegemonía de la clase trabajadora.

En el 2007, en la medida en que la oposición al TLC pasó de ser una lucha callejera con métodos clásicos de la clase trabajadora a ser conducido al terreno electoral del referendo (precisamente por orientación del PAC), nació el Frente Amplio, como el hermano menor del PAC, ambos partidos con base social en las clases medias. El PAC adoptando un perfil cada vez más de radicalismo liberal y el FA un perfil más neorreformista.

Se repitió acá la misma dialéctica que en 2001: las direcciones burocráticas sindicales y el reformismo, elegidas en los hechos por las masas, le ceden la orientación política a la burguesía, en este caso a través del PAC, garantizando una segunda derrota. La lucha contra el TLC es una pelea emparentada con las diversas movilizaciones antineoliberales en Bolivia, en Venezuela, etc, sin llegar a la radicalidad de las mismas y enchalecada bajo la forma democrática del “referendo”, que también emparenta está lucha con otros desvíos democráticos como en las propias elecciones que eligen a Chávez o a Evo Morales. De esta derrota el resultado fue en primer lugar el perfeccionamiento y vigorización del poder ejecutivo, que cayó en ese momento en manos de Oscar Arias.

Para el 2018, esta vigorización se expresaba como un fortalecimiento de la máquina de opresión, a la vez que los rasgos de entrega imperialista se acentúan más debido a que se ataca directamente el salario de la clase trabajadora, mientras que en las luchas anteriores los objetivos de la burguesía atendiendo los dictámenes del imperialismo eran más limitados y más específicos, en 2018 fueron más generales. También parece ser que esta es la experiencia más general de la clase trabajadora del país por ser parte de una gran oleada de luchas trabajadoras contra todas las formas de ajustes capitalistas en el mundo, misma que todavía no se ha cerrado y a la cual se le suman cada día más enfrentamientos de lucha de clases en diversos Estados.

Como balance estratégico de estas luchas se pueden extraer las siguientes conclusiones: 1) los principales hechos de lucha de clases en el país se han dado entre la clase trabajadora y las políticas impulsadas por el imperialismo estadounidense a través de sus representantes, los políticos de los partidos burgueses completamente sumidos al mismo. 2) el rol del reformismo y las direcciones burocráticas sindicales invariablemente ha consistido en entregar estas importantes luchas, permitiendo que la burguesía se recomponga con el surgimiento de variantes a “izquierda” que gana a sectores medios y de trabajadores 3) En todos los casos la burguesía y el reformismo han logrado desviar estas luchas con un discurso nacionalista, al mantener las posiciones políticas de la clase trabajadora dentro de llamados a la unidad nacional y evitar el desborde de la lucha de clases. 4) No ha existido un partido revolucionario que haya podido llevar estas luchas a victorias estratégicas contra la burguesía y el imperialismo. 5) Es necesario levantar un programa para enfrentar de conjunto el ataque capitalista, el orden capitalista y la dominación imperialista de conjunto y lograr las victorias por las que tanto ha luchado esta clase trabajadora. 6) De las lecciones del pasado se debe aprender la potencia enorme que duerme en la clase trabajadora, que cuando se moviliza es capaz de mover alrededor suyo a sectores medios, a mujeres, indígenas, etc. planteando en perspectiva la lucha por el poder desarrollando organismos de autodeterminación y si se dota de un partido revolucionario. 7) Para construir ese partido, el programa y para poder orientar esas futuras luchas a la victoria, es necesario extraer lecciones teóricas, prácticas y estratégicas revolucionarias de los eventos más significativos de las luchas de clases en la época imperialista.

5. LAS TRANSFORMACIONES DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS EN EL PERIODO

En el periodo de lucha de clases que va del 2000 a la actualidad ha habido una transformación de las relaciones políticas entre las clases sociales, creando nuevos partidos políticos y nuevas formas de “gobernanza” entre ellos. El bipartidismo neoliberal del PLN y el PUSC se instaló sobre la base de la derrota de la revolución centroamericana y se sostuvo durante toda la década de los noventa, en la cual hubo un importante proceso de privatización de instituciones estatales dedicadas al comercio interno, este proceso fue limitado, ya que las principales instituciones estatales del país han sido defendidas como conquistas sociales por la clase trabajadora.

En el 2000 surge el PAC (actual gobierno) como ruptura dentro del PLN y abanderado en ese momento del estado de bienestar social, con un programa nacionalista burgués. A su vez, el PUSC tuvo una ruptura por derecha, dando origen al Movimiento Libertario (hoy extinto) que fue un punto de apoyo permanente para las facciones más aperturistas y anti proletarias de la burguesía costarricense.

En el 2007, surge el reformista Frente Amplio, que anclado en la dinámica electoral-burguesa con que finalmente se desvió la lucha contra el TLC, se consolida como alternativa política. La dirección del Frente Amplio es un reciclaje del viejo stalinismo en socialismo del siglo XXI, con posiciones más definitivas en torno a la supuesta imposibilidad de traspasar el capitalismo y la necesidad de cogobernar con la burguesía, orientación que hoy llevan adelante con la presencia de Patricia Mora (la más importante dirigente reformista) en el gobierno del PAC.

Para el 2018, las orientaciones nacionalistas del PAC y el reformismo del FA se han transformado ya por completo en una agenda entreguista fondomonetarista impulsada desde el gobierno, en muchos sentidos porque más allá de tal o cual pose es cada vez más claro que tanto el PAC como el FA son partidos con base social en nuevas clases medias. Las “alternativas” del FA al ajuste fiscal no plantearon nunca el no pago de la deuda o medidas de ruptura con el FMI. Por su parte, la reacción del proletariado ante el giro del PAC es de contundente rechazo y ruptura de confianza política en la mayoría de los sectores, cuya evidencia más clara fue la huelga general contra el ajuste fiscal y las movilizaciones en defensa del derecho a huelga que se han desplegado durante el 2019.

Por otro lado, poco a poco, la derecha religiosa neopentecostal empezó a ganar espacio en la Asamblea Legislativa, a partir de pequeños partidos/iglesias que durante años obtuvieron algunos pocos diputados. Estas iglesias son dirigidas por sectores de nuevas clases medias y organizan a cientos de miles de trabajadores del país que han sido atomizados en las últimas décadas, convirtiendo la necesidad de obtener dinero para sobrevivir en la sociedad capitalista en dogma religioso de una supuesta teología de la prosperidad.

Estas iglesias dieron un salto durante las elecciones del 2018 e incluso han desbancado a los partidos más neoliberales, asumiendo estrategicamente una posición pro imperialista, anti proletaria y profundamente reaccionaria contra los derechos de las mujeres y de la comunidad sexualmente diversa. La manera en que se expresa esta estrategia tiene una complejidad específica, ya que sus representantes políticos toman las reivindicaciones propias de la clase trabajadora pero subordinadas a un discurso religioso integrador, que tiende a separar a la clase trabajadora de la izquierda revolucionaria, así como de las reivindicaciones de mujeres y comunidad LGBT. En los últimos meses se ha notado un cierto crecimiento dentro de los sindicatos y particularmente dentro del movimiento estudiantil de secundaria, de un avance de esta derecha religiosa.

En general, se muestra el carácter absolutamente pro imperialista de los distintos partidos de la burguesía y que su política es claramente reaccionaria en contra de los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Incluso los sectores que se postularon como “progresistas” son adversarios de medidas elementales para avanzar en el camino de la independencia nacional, integra y efectiva, de Costa Rica, como es la ruptura de los pactos con Estados Unidos y dejar de pagar la deuda externa. Esto plantea la necesidad impostergable de que la clase obrera, como plantearemos más abajo, se ponga al frente de la lucha contra el imperialismo, las trasnacionales y la burguesía nativa, soldando una fuerte alianza con el conjunto de los sectores populares y las clases medias empobrecidas, a través de un partido revolucionario que agrupe a lo más consciente de su vanguardia.

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PARTE II

POR UN PROYECTO SOCIALISTA Y REVOLUCIONARIO
LINEAMIENTOS PROGRAMÁTICOS

Presentamos estos lineamientos programáticos con el objetivo de contribuir a la lucha por construir un partido revolucionario y buscamos confluir con los sectores anticapitalistas más avanzados, para que las diversas reivindicaciones de oprimidos y explotados sean dirigidos estratégicamente contra la dominación capitalista.

OS busca impulsar el desarrollo de un movimiento obrero revolucionario, con independencia de clase, con un programa por acabar con el capitalismo y por un gobierno obrero, que selle una alianza de todos los oprimidos y explotados con el objetivo de realizar una revolución socialista que de un vuelco a todo y permita avanzar hacia un mundo sin explotación ni opresión de los seres humanos por los seres humanos.

1) Estados Unidos tiene cerca de 800 bases militares a lo largo del mundo, de ellas más de 76 están en América Latina. Entre las más cercanas resaltan: 12 en Panamá, 12 en Puerto Rico y 9 en Colombia, demostrando la importancia geomilitar de Centroamérica y el Caribe en la estrategia de dominación mundial del imperialismo estadounidense. Este dominio militar es el garante del dominio económico de los Estados Unidos en la región y ha pasado a grandes rasgos por tres fases. La primera, a inicio de siglo XX cuando el imperialismo estadounidense estableció una primera red de bases militares directamente para proteger sus intereses económicos y geoestratégicos. La segunda fase está asociada a combatir la “amenaza comunista” en América Latina. Finalmente, la tercera fase es públicamente defendida como la Guerra contra el Narcotráfico, de la que hablamos en el punto anterior.

¡Fuera el imperialismo de la región, fuera las tropas imperialistas, no a las bases militares! Es preciso luchar por la autodeterminación de los pueblos y una condición básica para ello es la expulsión de las tropas militares estadounidenses en la región de Centroamérica y el Caribe.

2) Llamamos a las organizaciones obreras, populares y de Derechos Humanos de Centroamérica, México y Estados Unidos a solidarizarse con los migrantes y contra la represión y la persecución de las fuerzas armadas, guardias fronterizas e instituciones migratorias estatales. Exigimos alto a las deportaciones de los gobiernos de Estados Unidos y México, así como derechos plenos políticos y sociales para todas las y los migrantes centroamericanos durante su viaje y en su país de destino (sea México, Estados Unidos o Canadá).

Las condiciones económico-políticas actuales particularmente dramáticas que causan la ola migratoria son el producto de la dominación imperialista, que construye su poder mundial imperial sobre la base de oprimir a México, Centroamérica y el Caribe como su patio trasero. Llamamos a la solidaridad internacional y a la unidad solidaria y revolucionaria de los pueblos oprimidos con todos los y las migrantes. Específicamente exigimos derechos plenos políticos y sociales para la comunidad nicaragüense que vive y trabaja en Costa Rica.

Es una cuestión muy importante en nuestros países, cuestión de principios revolucionarios, que trabajadores estadounidenses y de México levanten las demandas de los migrantes, como el libre tránsito y derechos plenos políticos, económicos y sociales para todos los migrantes centroamericanos. El internacionalismo debe ser antiimperialismo y por ello habrá unidad internacionalista si la clase obrera estadounidense abandona toda perspectiva chouvinista. De igual forma es fundamental esa actitud en la clase obrera mexicana. Denunciamos implacablemente a las burguesías centroamericanas cuyo sometimiento al imperialismo estadounidense es una causa fundamental para crear las condiciones de dependencia económica de las que surgen las migraciones y los demás conflictos económico-sociales.

3) Exigimos que se detenga la política imperialista de “Guerra al Narcotráfico”. Esta política sólo ha servido para que el poder militar estadounidense profundice su presencia en la región. Las consecuencias de la “Guerra al Narcotráfico” han sido más bien centenas de miles de muertes y desaparecidos sobre todo en México, así como la profundización y fortalecimiento de las redes de trata de mujeres. Además, el narcotráfico es un mecanismo de enriquecimiento para las burguesías parasitarias de la región, al punto que los tentáculos del narcotráfico se extienden en forma de corrupción política y de ganancias no reportadas oficialmente por diversos empresarios. También la ilegalización implica la criminalización de la juventud y el fortalecimiento del aparato represivo, por lo cual es un mecanismo de control de los sectores populares.

Ante el accionar de los carteles y su asociación con el Estado, estamos por la legalización de todas las drogas, contra la criminalización y persecución a los consumidores, por la expropiación de todas las propiedades de los carteles, y que la producción y comercialización sea bajo control estatal. El problema de las drogas es de salud pública y por tanto requiere una política de la clase trabajadora que no implique el fortalecimiento del aparato represivo del estado y asegure la atención médica necesaria.

4) Frente al principal mecanismo de explotación económica del imperialismo sobre la región luchamos por el No Pago de la Deuda Externa, ya que es una deuda ilegítima e impagable, cuyo objetivo es enriquecer a las burguesías imperialistas a partir de la extracción de riqueza de los países de Centroamérica. La deuda externa es un mecanismo de sometimiento que los estados imperialistas tienen contra las naciones semicoloniales. La deuda es el mecanismo de saqueo de las potencias imperialistas, que en el caso de Costa Rica llega a casi el 20% de la deuda total del Estado, lo que impide destinar recursos para educación, salud, estabilidad laboral, etc. Por ello no pagar la deuda es una medida elemental antiimperialista, para impedir que continúe la expoliación de nuestras riquezas mientras centenares de miles pasan hambre, con sistemas de salud deteriorados y una educación cada vez más degradada.

5) Por el control de los bancos, la industria y el comercio exterior por los propios trabajadores, por una banca estatal única. Por la abolición del secreto comercial. Los bancos en la época imperialista controlan de una o de otra manera toda la industria capitalista, dentro de la cual se incluyen los transportes y la bolsa. En las cuentas de los bancos se concentran todas las cuentas de todos los poderosos del país. Allí se demuestra sin lugar a dudas las condiciones monopólicas con que la burguesía administra su economía, que inicia con la explotación de la fuerza de trabajo en la producción y termina en la ruina y miseria de las masas, pasando por anarquía en toda la economía y corrupción de los políticos en todos los niveles de toma de decisión.

La nacionalización de los bancos, la gran industria, el transporte y las compañías de seguros bajo el control de los trabajadores y usuarios es la condición previa de toda economía orientada hacia el bienestar de las grandes masas laboriosas, de todo el pueblo. Esta nacionalización no debe contemplar indemnización alguna para los grandes capitalistas que se enriquecieron mediante el expediente de desangrar a los proletarios durante años y años y sólo fueron capaces de ofrecer miseria y anarquía económica.

Si la burguesía otorgó un aparente control político de las masas a través del voto, no ha permitido de ninguna manera que su monopolio sobre la economía sea cuestionado, no permite control alguno sobre la economía, base de la explotación de las más amplias masas trabajadoras y cuyo funcionamiento en manos de la burguesía nos está llevando al desastre ecológico.

Los ingresos y gastos de los trabajadores, pequeños comerciantes y funcionarios de baja categoría no son un secreto para nadie. Pero los capitalistas, los grandes explotadores, guardan celosamente sus secretos. Esta mafia explotadora se oculta tras la santidad del “secreto comercial”. La clase trabajadora debe salvarse a sí misma y con ella a todo el resto de la población oprimida del país. Para eso es preciso que comités por centro de trabajo empiecen a organizarse, con el objetivo de acceder a todos los libros de contabilidad de las empresas y de los bancos. Es necesario unificar y centralizar toda la banca y la industria, el comercio y la agricultura, para que estos comités, de manera conjunta con técnicos leales al pueblo trabajador establezcan el control público sobre la banca, la industria y el comercio.

Todo comercio exterior debe pasar por las manos del Estado. De este modo, el intercambio dejará de encontrarse bajo control de los monopolios privados, que regulan las importaciones y las exportaciones sin importarles los intereses del consumidor. De esta relación entre la producción nacional y el mercado mundial surgirían invalorables beneficios para las grandes masas. Así, sólo el Estado, regido por los trabajadores, controlaría realmente todo el comercio exterior en bien de la colectividad.

6) Por la escala móvil de salarios y escala móvil de horas de trabajo. Frente a la crisis económica que viene y contra el desempleo, subempleo y la reducción del nivel de vida de las masas populares a través de la reducción del salario, del aumento de los precios o del aumento de la explotación a la clase trabajadora, planteamos la necesidad de una jornada laboral de 6 horas y un aumento de salario mínimo a expensas de toda la burguesía, basado en una canasta básica real indexado acorde a la inflación, que tome en cuenta las horas necesarias de trabajo per capita y también el salario. Es necesario repartir las horas de trabajo entre todos los trabajadores desocupados y ocupados para eliminar el desempleo. Basta de despidos, por la expropiación de toda empresa que amenace despedir, y que pase a ser controlada por los propios trabajadores y trabajadoras.

7) Es preciso que la clase obrera se den a la tarea de ubicar a todos los patronos morosos con la Caja Costarricense del Seguro Social, y hacer recaer los costos del seguro social sobre los explotadores del trabajo, para garantizar un auténtico seguro social, gratuito y universal. El seguro social es una conquista histórica de la clase obrera, que los gobiernos de turno han puesto en crisis de todo tipo, buscando imponer la medicina privada para quienes puedan pagarla y mandando a morir en condiciones muy malas a las y los trabajadores más empobrecidos. Por ello debemos recuperar esta enorme conquista y ponerla bajo la administración de sus trabajadores, para que sean ellos y ellas quienes administren todos los recursos y cobren a quienes les tengan que cobrar. Es especialmente importante que el seguro social se extienda por completo a la clase trabajadora migrante nicaragüense del país. También es fundamental bajar la edad de pensionarse hasta los 55 años para todas y todos los trabajadores.

8) Nos planteamos terminar con las zonas francas pues constituyen centros de explotación del trabajo y de expoliación imperialistas, exigimos su expropiación y que esas empresas pasen a control de los trabajadores bajo gestión directa. Las zonas francas además aprovechan todos los recursos naturales de la región y al final se mueven a otros países a oprimir y explotar, dejando graves consecuencias de desempleo en nuestra región. Proponemos que todas las empresas sean nacionalizadas y puestas a trabajar bajo la administración de un consejo de las y los trabajadores de dichas empresas.

9) Ante la multitud de empresas privadas que reportan cero ganancias como mecanismo para evadir impuestos, los llamados grandes evasores, proponemos la expropiación de las empresas evasoras y su administración por los propios trabajadores y trabajadoras.

10) Por la expropiación inmediata de toda empresa que amenace despedir a trabajadores por ejercer su derecho a la organización sindical. La empresa privada de este país ha logrado mantener a la clase trabajadora atomizada debido a que no le permite organización sindical alguna. Levantamos la bandera de la necesidad de organizar a la clase trabajadora de la empresa privada, convirtiendo a estos sindicatos en herramientas de combate en la lucha de clases y alertamos de manera permanente sobre la estrecha relación que las direcciones sindicales burocráticas guardan con el Estado de los explotadores en la época imperialista.

11) Es necesario una planificación de obras públicas que apunte al mejoramiento inmediato de ese 53% de la población que ocupa viviendas en mal estado, es necesario dejar de pagar la deuda para invertir en los intereses y necesidades más sentidas de la población en materia habitacional. Con esto la reducción del costo de los alquileres, que paga más del 18% de la población, la gran mayoría de ellos dentro de la línea de pobreza y con habitaciones en malas condiciones, así como también frenar el alza de los precios anual de dichos alquileres.

Desde Organización Socialista proponemos la expropiación de todas las viviendas en alquiler en favor de sus arrendatarios, así como una reforma urbana integral y estructural y terminar con la gran concentración de viviendas en pocas manos mientras millares no tienen donde vivir, así como impulsar a través de un plan de obras públicas encaminado a satisfacer las demandas populares, empezando por un plan de mejora de todas las viviendas con “déficit habitacional”. (Ver Anexo 1. Sobre la situación de la Vivienda en el país)

12) Luchamos por la recuperación de los sindicatos como herramienta de lucha para la clase trabajadora, enfrentando las ideas que reformistas y burócratas defienden al interno de las organizaciones sindicales. Estas corrientes son correa de transmisión de los patrones y el Estado, ya que sostienen la adaptación a la propiedad privada. La época imperialista crea una capa de aristócratas del trabajo y de burócratas sindicales que requieren y buscan la protección del estado capitalista para mantener su lugar privilegiado. Nosotras y nosotros tenemos el objetivo de que los sindicatos actuales sean herramienta para luchar por todos los intereses vitales y generales de la clase trabajadora y por ello planteamos la necesidad de crear fracciones revolucionarias al interior de los sindicatos, que busquen mantener la independencia de la organización sindical frente al Estado y la expulsión de las burocracias sindicales, dándole paso a la democracia trabajadora en los sindicatos, donde nadie sea expulsado por criticar a dirigentes o por postularse como dirigente.

13) Por una verdadera revolución agraria. Abajo el latifundio, tierra para quien la trabaja. Planteamos la expropiación ya de los grandes terratenientes y de las grandes empresas imperialistas que controlan grandes extensiones de tierra. Planteamos una reforma agraria que entregue la tierra a los trabajadores de dichas empresas, para que las administren colectivamente. Sin embargo, también defenderemos la explotación individual de la tierra -explotación campesina- en caso de que así lo decidan campesinos sin tierra o incluso trabajadores asalariados. Por el otorgamiento de crédito baratos para los pequeños campesinos.

14) Exigimos la completa separación de la Iglesia y del Estado. La Iglesia Católica Apostólica y Romana, así como la inmensa mayoría de las iglesias neopentecostales y otras menores, son Estados dentro del Estado, con leyes especiales e inmunidad ante las leyes comunes. La Iglesia Católica no aporta absolutamente nada que sea de utilidad para todas las masas populares y especialmente para las trabajadoras y trabajadores, todo lo contrario, sólo aporta ideología que envenena la “capacidad crítica”, dando una, mala, mano de barniz espiritualista a todas las formas de opresión y explotación que vivimos en la sociedad. La religión es un asunto individual respecto del Estado y no hay que basarse en ella para establecer nuestras leyes.

Exigimos también la expropiación de los bienes de la Iglesia y su traslado a las y los trabajadores para que las administren en función de los intereses de las masas populares. Es necesario que el Estado deje de pagarle salarios a sacerdotes; si desean un salario, que trabajen como el resto. También exigimos la formación de jurados especiales de víctimas de violencia sexual para juzgar a todos los curas pedófilos. Estos jurados especiales deben contar con absoluta independencia frente al Estado burgués y sus instituciones. Exigimos una educación sin la presencia de la Iglesia Católica. Es necesaria una educación gratuita, laica y científica y al servicio de las grandes mayorías populares y obreras.

15) En general, es cada vez más claro que los gobiernos de turno ponen la educación en función de crear una mano de obra barata y especializada, al servicio de los intereses del imperialismo mundial encarnado en el FMI, el BM y la OCDE. Esto da cuenta de que los intereses de estudiantes, futuros trabajadores, están directamente vinculados a las discusiones políticas nacionales. La rebelión de estudiantes secundarios es ya una demostración de esta necesidad. Ante estos hechos levantamos las siguientes tareas políticas para las y los trabajadores de la educación y el movimiento estudiantil de secundario y universidad. (Ver Anexo 2. Sobre la situación de la educación del país)

a) Que la edad mínima para votar se baje a los 15 años. Si las y los estudiantes van a sufrir en su futuro las consecuencias de la política imperialista en educación, deben tener derecho a decidir sobre quién implemente la política educativa.

b) Rechazamos todas las políticas del imperialismo para la educación. En lugar de eso, deben ser las y los docentes de secundaria quienes deben decidir la política para la educación, en común acuerdo con los estudiantes de años más avanzados, para de esa forma crear una política educativa que salga desde abajo, desde la clase trabajadora, y que se enfoque en resolver las necesidades más acuciantes del pueblo trabajador. Estamos por la expropiación de los principales colegios privados del país, especialmente aquellos directamente vinculados al capitalismo imperialista.

c) Estamos por la creación de un sistema educativo único, lo que implica la expropiación de las universidades privadas, el pase de los estudiantes de estas universidades a la educación pública, así como el pase de esos docentes al Estado.

d) Es necesario dejar de pagar la deuda del préstamo al BM para el financiamiento a la educación superior y que ese dinero se use para contratar en plaza a todos los docentes interinos y otorgamientos de becas a todas las y los estudiantes trabajadores. Respecto de las universidades planteamos la necesidad del voto universal, secreto y directo para la elección de las rectorías y de los puestos de jefatura, así como también la administración tripartita de las universidades con participación de docentes, estudiantes y personal administrativo con representación proporcional.

e) Estamos por defender un modelo educativo que esté al servicio de la clase trabajadora, por una educación que se dedique a pensar y construir una sociedad que esté al servicio de quien la trabaja y la sostiene y no al servicio de los empresarios y políticos que lucran y sacan ganancia de nuestro trabajo. Estamos por un modelo educativo que promueva el conocimiento y el descubrimiento científico que garantice la gratuitidad de los servicios básicos, que mejore el funcionamiento del transporte, de la salud y de la tecnología para el bienestar de las grandes mayorías. Como jóvenes debemos tomar el futuro en nuestras propias manos y posicionarnos claramente por una universidad al servicio de la clase trabajadora y las mayorías populares, porque no queremos que nos roben el futuro, porque no queremos ser asalariados esclavizados de por vida ni un trabajo precario que nos hunda en la pobreza.

f) En un momento crítico en el cual un 12% de la población con edad laboral está en el desempleo, denunciamos la orientación que han asumido las universidades respecto de que debemos ser “emprendedores” y “empresarios de nuestra propia vida”. Están convirtiendo la educación en un privilegio de pocos, cuando sabemos perfectamente que es un derecho de todas y todos. El hecho de que las universidades estén asumiendo las orientaciones del Banco Mundial respecto de nuestro futuro, pone en cuestión para quién y para qué se dirigen estas universidades. Ejemplo de esta orientación es la resolución del VII Congreso Universitario de la UCR en el cual se asume la obligatoriedad de cursos sobre “emprendedurismo” que forman al estudiante en las actividades básicas necesarias para la venta de servicios.

16) La juventud está en primera fila de batalla contra el ajuste y contra las agendas reaccionarias que impone la burguesía. En Brasil las movilizaciones estudiantiles contra Bolsonaro y en Argentina por el derecho al aborto son los máximos ejemplos, así como lo vemos actualmente en Chile y Colombia. Queremos construir una juventud que lo cambie todo, que luche contra todas las formas de opresión y explotación, al lado de la clase proletaria y el pueblo pobre. Como decíamos arriba es palpable el crecimiento de las ideas socialistas dentro de la juventud mundial, aunque sea socialismo democrático y no aún nuestro socialismo revolucionario. Las movilizaciones mundiales contra el cambio climático también son una demostración del lugar que van a jugar las juventudes y es por ello que nos jugamos a fondo por todos los derechos de la juventud.

17) Demandamos la elección directa de los magistrados y jueces por el voto popular, ya que el actual personal de la justicia no ha sido electo por el pueblo de Costa Rica. Estos magistrados y jueces acumulan mucho poder pues ellos deciden qué pasa en la vida cotidiana de las más amplias masas, pero son electos por diputados que mayoritariamente son orgánicamente representantes directos del capital y por tanto sus decisiones siempre tienden a privilegiar a los ricos y poderosos en contra de los trabajadores y el pueblo pobre. La justicia burguesa es parte del aparato del estado burgués, es su mano opresiva. ¡Abajo la casta de magistrados y jueces y toda la máquina de opresión! Para el año 2016 se calcula que Costa Rica invirtió en “seguridad” el 1,67% del PIB, más de 950 millones de dólares, cuyo único objetivo es reprimir siempre más al pueblo trabajador, especialmente a los sectores más empobrecidos.

18) Luchamos por el derecho de autodeterminación de los pueblos originarios y por el derecho a su propio territorio. Los pueblos originarios han sido desde hace siglos expropiados en función del enriquecimiento de una pequeña clase de hombres explotadores blancos. Exigimos territorios para los pueblos indígenas, para su uso colectivo según sus costumbres, sus propias leyes y sus propios lenguajes.

Especialmente exigimos juicio y castigo para los asesinos de Sergio Rojas y planteamos la necesidad de una Comisión Especial independiente que investigue el asesinato. El gobierno del PAC, tanto de Carlos Alvarado como de Luis Guillermo Solís, son responsables políticos de este asesinato y han demostrado con su política el carácter racista de las instituciones y de los gobernantes del Estado de Costa Rica.

¡Paso al feminismo socialista! ¡Por los derechos de las mujeres para luchar por el socialismo!

19) ¡Paso al feminismo socialista! Como parte de esta lucha impulsamos Pan y Rosas como parte de un gran movimiento internacional de mujeres, con las trabajadoras al frente y jugando un rol determinante en la recomposición subjetiva del proletariado como clase en sí y para sí, ya que las mujeres en algunos lugares son más de la mitad de la fuerza de trabajo y son más explotadas dentro de los explotados. Impulsamos Pan y Rosas con la estrategia de unificar las reivindicaciones de la clase trabajadora y del movimiento de mujeres, lo que le da una fuerza inmensa a ambos grupos para luchar contra la opresión patriarcal y la explotación capitalista.

Las mujeres en Costa Rica, ganan un 73% de lo percibido por los varones, al mismo tiempo que la tasa de ocupación femenina fue de 34, 1% en contraste con el 67,5% de ocupaciones masculina. El desempleo femenino llegó al 14, 2%. A esto se le suma la doble jornada laboral. El patriarcado es funcional al capitalismo y no podría sostenerse sin el trabajo doméstico de millones de mujeres en el mundo que reproducen la fuerza de trabajo. 

Además, el Gobierno y las instituciones del Estado son responsables por los femicidios, la forma de violencia patriarcal más extrema contra las mujeres. En Costa Rica se presentan 132 solicitudes de medidas de protección contra violencia al día y se contabilizaron 26 femicidios en 2018. Por otro lado, las mujeres representaron el 87% de las personas víctimas de violencia sexual, según los datos oficiales de las autoridades de la justicia burguesa.

Proponemos la socialización de todo el trabajo doméstico, que actualmente realizan en su mayoría mujeres, a través de guarderías, comedores y lavanderías públicas organizadas por centros de trabajo y barrios, bajo administración obrera y popular.
¡Exigimos igual salario por igual trabajo! ¡Contra el acoso laboral y sexual! ¡Ni una menos! ¡Justicia por Teté!

20) Por el derecho de las mujeres al aborto legal, libre, seguro y gratuito. En concreto esto implica que estamos por que el aborto sea garantizado por el Estado para todas las mujeres que así lo decidan de manera segura, gratuita y en el hospital.

Para congraciarse con la Jerarquía de la Iglesia Católica e incentivada por la Embajada Americana, la burguesía plácidamente asume posiciones reaccionarias y medievales ante el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo. Solo la movilización masiva de mujeres, aliada a la clase proletaria, contra el Estado de la burguesía, puede lograr la adquisición de ese derecho, que significaría un golpe muy fuerte al patriarcado y que por lo mismo modificaría todas las relaciones entre los géneros y los sexos en el país en un sentido antipatriarcal.

Exigimos al Gobierno de Carlos Alvarado la Norma Técnica para la aplicación de la Interrupción Terapéutica del Embarazo (ITE), y que ésta sea realizada en Centros de Salud de la CCSS de forma segura y gratuita. Exigimos anticonceptivos gratuitos y la píldora del día después en establecimientos de salud como EBAIS, Clínicas y Hospitales disponibles para todas las personas que los soliciten.

21) Por el matrimonio igualitario, ya que es un derecho elemental y natural estar con quien se desee y ame. El amor más que todo, decía Marx, hace creer en el mundo material. Es por ello que vemos necesaria la liberación de toda la energía de la sexualidad humana como un camino hacia la comprensión materialista de todas las relaciones humanas y vemos en la represión de la sexualidad un motivo perverso para mantener odiosamente la jerarquía de la sociedad capitalista patriarcal. Reconocemos además la lucha por los derechos de la comunidad LGBT como una lucha de carácter civil, en algún sentido similar a la que dieron, han dado y seguirán dando los negros en los Estados Unidos y en otros lugares del mundo, hasta su liberación plena. Por ello exigimos todos los derechos para todas las personas. Estamos contra la persecusión a la comunidad LGBT y contra la homofobia, lesbofobia y la transfobia.

La clase trabajadora puede controlar la economía y evitar la catástrofe ecológica

22) Durante las últimas décadas se hizo cada vez más patente el desastre ecológico creado por el capitalismo. Calentamiento global, cambio climático generado por el efecto invernadero que se produce por la liberación de dióxido de carbono y otros gases que son resultado del esquema energético basado en los combustibles fósiles, destrucción de especies y contaminación, alcanzaron niveles preocupantes para la sustentabilidad de la vida en el planeta. (Ver Anexo 3. Sobre la política ecológica)

La nacionalización bajo gestión obrera de las empresas de minería, de las piñeras y del conjunto del sistema energético y de transporte, debe ir de la mano de concentrar los recursos, que hoy cada empresa maneja en función de su ganancia inmediata, en la inversión en infraestructura privilegiando el desarrollo de una matriz energética y medios de transporte que resulten más eficientes en el balance energético y ambiental.

Denunciamos especialmente la destrucción ecológica que están llevando adelante empresas imperialistas en nuestro país y en la región, donde se llega al extremo de dejar sin agua a comunidades enteras para que los hoteles puedan regar sus campos de golf. Casos como el de la concesión del puerto de Moín a la empresa holandesa APM Terminals dan cuenta de la “tercerización” de la contaminación que lleva adelante el imperialismo, pues mientras Holanda se mantiene intacta, la playa de Moín se está erosionando al punto de desaparecer.

Por eso planteamos la expropiación de las firmas, casi todas imperialistas, dedicadas a la agroindustria, sin indemnización, por el daño realizado al medio ambiente por sus actividades, garantizando el empleo con igual salario a los trabajadores de estas empresas.

También planteamos la prohibición de fumigaciones aéreas de agrotóxicos y las grandes extensiones de monocultivos. La expropiación de la gran propiedad terrateniente y de las empresas agropecuarias debe apuntar a la reconversión de la agricultura hacia esquemas que no resulten dañinos a las poblaciones rurales y el medio ambiente, y que permitan un balance hídrico para prevenir sequías o inundaciones.

Las tareas de las y los comunistas. Por un gobierno de los trabajadores.

23) El actual régimen político y el Estado están al servicio de mantener la explotación capitalista. Ya Marx había definido al estado representativo moderno como “una junta que administra los negocios de la burguesía en su conjunto” (Manifiesto Comunista). Sin este aparato de dominación (que incluye las fuerzas represivas y los servicios de inteligencia, el aparato judicial y carcelario, el poder ejecutivo y el mismo parlamento), la ínfima minoría de propietarios capitalistas no podría mantener sus privilegios. A esto debemos agregar el dominio de los capitalistas de los “medios de producción ideológicos”, como son las grandes corporaciones mediáticas, el control de los sistemas cultural y educativo, las iglesias, etcétera.

Toda la experiencia histórica ha mostrado que la burguesía no va ceder sin lucha sus privilegios, lo mismo que ha ocurrido con todas las clases dominantes del pasado. No lo hicieron ni los propietarios de esclavos, ni los señores feudales, ni los imperios coloniales, como el español, por ejemplo. Hoy en América Latina vuelven a mostrarlo con golpes clásicos (Honduras) o parlamentarios y/o judiciales (Paraguay, Brasil) o como en Bolivia. Pero también hemos visto en la historia que en determinadas ocasiones los explotados han podido sacudirse el yugo de la dominación y han empujado hacia delante la rueda de la historia, como ocurrió en las grandes revoluciones sociales.

Es solo por medio de la huelga general política insurreccional y la movilización extraparlamentaria de las masas que es posible quebrar el aparato represivo en que se basa el dominio burgués y conquistar un gobierno de los trabajadores y el pueblo explotado y oprimido, que termine con la explotación capitalista. Este gobierno no consistirá en la administración del actual estado capitalista sino en su reemplazo por un estado y una democracia de los trabajadores, la democracia más amplia jamás conocida para los explotados que podrá hacer realidad la “expropiación de los expropiadores”. En este nuevo tipo de estado se eliminarán de raíz todos los aspectos del estado capitalista que sirven al sometimiento de la clase obrera (el aparato represivo, judicial y carcelario; los mecanismos de dominación política; etcétera) y se reformularán poniendo bajo el dominio de la clase trabajadora los aspectos que hagan a la satisfacción de las funciones sociales imprescindibles para el desarrollo de la vida económica y social (sistema educativo, de transporte, etcétera). La nueva sociedad no puede construirse más que partiendo de los recursos heredados de la sociedad anterior, con el objetivo de transformar todos los aspectos de la vida económica, social y cultural. Se apoyará en consejos de trabajadores y trabajadoras y en el armamento de todo el pueblo trabajador para planificar democráticamente la economía y emprender toda una serie de transformaciones radicales en todos los aspectos de la vida social, encaminadas en primer lugar a terminar con las irracionalidades del sistema capitalista que nos domina, como el hambre, el desempleo (reduciendo la jornada laboral y repartiendo el trabajo entre ocupados y desocupados), la pobreza, la falta de vivienda, la crisis de la salud y la educación. Con la “expropiación de los expropiadores”, los medios de producción serán nacionalizados y la economía podrá ser planificada en forma democrática por los trabajadores. La riqueza social dejará de ser apropiada por una ínfima minoría de explotadores y pasará a estar al servicio de satisfacer las necesidades sociales, a partir de una jerarquía de prioridades resuelta por los trabajadores mismos. Una situación de este tipo generará el entusiasmo de los oprimidos y explotados de todo el mundo, empezando por los de nuestra región, América Latina.

24) Desde las guerras de la independencia contra el Imperio español muchos fueron los referentes, como Simón Bolívar o San Martin, los que plantearon de formas diversas la necesidad de construir la “patria grande” latinoamericana. Sin embargo, si algo mostraron los más de dos siglos transcurridos desde entonces es la absoluta incapacidad de las burguesías locales y sus gobiernos para lograr este objetivo. En la primera década del siglo XXI, los distintos gobiernos “populistas” que predominaron en la región sostuvieron discursivamente este planteo, poniendo en pie incluso nuevas instituciones regionales como la Unasur, la CELAC o, a otro nivel, el ALBA. Pero lo cierto es que estos gobiernos no fueron mucho más allá de gestos y palabras. Ni el “banco del sur” ni el “gasoducto del sur”, varias veces anunciado por Hugo Chávez en sus momentos de ascenso, se llevaron adelante. Lo hecho más bien apuntó a afirmar el predominio de Brasil como potencia regional, que entonces buscaba un lugar permanente en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, y se vanagloriaba de ser uno de los “BRICS” (acrónimo con el cual se nombraba a las nuevas “potencias emergentes” en el “nuevo mundo multilateral” emergente con la crisis capitalista de 2008, y abarcaba a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Quizás una de las muestras más claras de la falta de acciones concretas en común de los países de la región se puede ver en el tema de la deuda externa. En vez de imponer una negociación conjunta que doblegara a los acreedores internacionales cada nación negoció por separado en condiciones desventajosas, con lo cual la deuda continuó siendo una sangría imparable para las economías de la región. La unidad de América Latina será socialista o no será. Nuestra pelea es por gobiernos de trabajadores o gobiernos obreros y campesinos en toda la región para constituir una Federación de Repúblicas Socialistas de América Latina y el Caribe, que permita la real integración económica y política de nuestros países. Apuntando en ese sentido levantamos también la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Centroamérica.

25) Para nosotros la conquista del poder por parte de los trabajadores no es un fin en sí mismo sino un medio para avanzar hacia la conquista de una sociedad sin explotación ni opresión, el comunismo, “una asociación de hombres libres que trabajen con medios de producción colectivos y empleen, conscientemente, sus muchas fuerzas de trabajo individuales como una fuerza de trabajo social” (Marx). Esto no puede lograrse en los límites de las fronteras de un país, sino que será el resultado de que los trabajadores terminen con el capitalismo en sus centros y conquisten las fuerzas productivas más avanzadas del planeta, que operan a escala global, poniéndolas a producir en función de la satisfacción de las necesidades sociales y no para engrosar los bolsillos de un puñado de super millonarios, como ocurre en la actualidad.

Con los actuales desarrollos de la ciencia, la tecnología y el nivel alcanzado de la productividad del trabajo, podría reducirse enormemente el tiempo que la sociedad insume en la producción y reproducción de sus condiciones de existencia materiales. Pero el capitalismo es incapaz de generalizar los avances de la técnica, confinada a un selecto grupo de países y a un grupo de ramas de la producción, mientras que la mayoría de las enormes masas de trabajadores producen con un nivel tecnológico y de productividad más propio del siglo XIX, con ramas enteras de la producción donde se utiliza el trabajo intensivo, proliferando las “fábricas de sudor” y las maquilas, que extraen hasta el último aliento a sus trabajadores.

El comunismo no se limita a una nueva distribución del trabajo entre los individuos, sino que se propone, mediante el desarrollo de la ciencia y de la técnica, reducir al mínimo el trabajo indispensable hasta que represente una porción insignificante de las ocupaciones de los seres humanos. Que las personas puedan dedicar sus energías al ocio creativo de la ciencia, el arte y la cultura, y desplegar así todas las capacidades humanas y establecer una relación más armónica con la naturaleza.

El comunismo tiene raíces profundas. Parte de la lucha constante de la clase obrera por sacudirse el yugo del trabajo, que se manifiesta espontáneamente en la resistencia “sorda” de todos los días: el intento de robarle minutos al patrón y a la máquina, o en el ausentismo. La misma tendencia que se expresó y se expresa en las luchas históricas por la reducción de la jornada de trabajo y la semana laboral, por vacaciones pagas, por bajar los ritmos de producción, por la organización en el lugar de trabajo contra la dictadura patronal, por el control obrero de la producción.

Ante la existencia irracional de millones de desocupados por un lado, y de trabajadores sometidos a la esclavitud de jornadas de 14, 16 horas, e incluso más, a ritmos extenuantes de trabajo que destruyen rápidamente los músculos, los nervios y la mente, por otro, una medida como la reducción de la jornada laboral a 6 horas y el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles con un salario que cubra las necesidades de los trabajadores, es una medida fundamental para que la incorporación de nuevas tecnologías a la producción no genere un tendal de nuevos desocupados que sean utilizados para precarizar aún más el trabajo de quienes siguen empleados.

La lucha por el comunismo implica necesariamente destruir la maquinaria estatal burguesa, principal garante de la explotación y la opresión, y que los trabajadores pongan en pie su propio poder a través del cual se reapropien de los medios de producción de la sociedad expropiados por los capitalistas. Solo así las fuerzas productivas pueden dejar de ser medios para la esclavización del trabajo y empezar a convertirse en medios para su liberación.

Pero esto no puede ser sino el inicio del proceso. El comunismo no surge preformado de las entrañas del capitalismo, sino al contrario, la nueva sociedad aún presenta en lo económico, lo moral y lo intelectual, todos los aspectos de la anterior. A su vez, la revolución no es un acontecimiento simultáneo a nivel mundial, sino que comienza en un país o serie de países que nacen rodeados de un mundo capitalista.

De aquí la necesidad de conquistar gobiernos de trabajadores como periodo transitorio entre el capitalismo y el comunismo donde se desarrolla un proceso de transformación de todos los aspectos de la vida económica, política y social de un país, a la vez que sirve como punto de apoyo para la extensión de la revolución socialista en el terreno internacional.

El comunismo no es un estado que puede implantarse coercitivamente por una burocracia. De hecho, no está llamado a existir junto a ninguna forma de Estado ni con la existencia de clases sociales, como pretendió hacer creer el stalinismo en sus diversas variantes. La construcción del comunismo solo puede ser el fruto de una actividad consciente. El desarrollo de la más amplia democracia obrera basada en los organismos de autoorganización como los consejos de trabajadores es el único medio para avanzar hacia el comunismo y la extinción de toda forma de Estado.

La teoría-programa de la Revolución Permanente es la única que presenta una estrategia de conjunto para lograr este objetivo. No trata solamente de la mecánica de la revolución en los países atrasados, de la relación necesaria entre la revolución democrática y la revolución socialista, sino que plantea una estrategia global que liga el comienzo de la revolución a escala nacional con el desarrollo de la revolución internacional y su coronamiento a nivel mundial, así como la conquista del poder con las transformaciones en la economía, la ciencia, y las costumbres, que conducen a nuestro objetivo fundamental: la conquista de una sociedad de “productores libres y asociados”, el comunismo.

26) Luchamos por la refundación sobre bases revolucionarias de la IV Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Socialista. Como una manera de apuntar a ese objetivo, asumimos la necesidad de construir la Fracción Trotskista de la IV Internacional.

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ANEXOS

Anexo 1. Sobre la Situación de la Vivienda en el país.

En Costa Rica, el 53, 60% de las viviendas están consideradas dentro del rango de Déficil Habitalcional Real, lo cual quiere decir que casi 350 mil personas viven en hacinamiento, más de 115 mil personas no cuentan con servicio sanitario, más de 18 mil no cuentan con tuberías de abastecimiento de agua y 215 mil personas no tienen proveedor de agua. Aproximadamente 450 mil personas viven en una casa o apartamento considerado en mal estado y más de millón y medio de personas viven con privaciones, ya sea sanitarias, de agua, de electricidad, de espacio mínimo o infraestructurales. Más de 24 mil personas viven en viviendas consideradas como “tugurios”. (Enaho,Características de la viviendas y acceso a servicios según zona y región de planificación, julio 2018).

Aún así, las políticas públicas gubernamentales respecto de las demandas más sentidas de la población en cuanto a viviendas son unas de las que más se han disminuido, junto con los de servicio de agua (Estado de la Nación, 2018). La intervención del Estado actualmente es casi invariablemente asistencialista, combinando los bonos o “donaciones” de viviendas con el acceso a créditos por medio de bancos intermediarios entre el Estado y la población.

Pero la verdadera política implementada en infraestructura en el país está orientada la especulación inmobiliaria y la industria hotelera. Ejemplo de esto es la política de inversión extranjera directa apoyada por el PAC de más de 400 millones de dólares en la región Chorotega en los próximos años, realizada por empresas privadas hoteleras a las que el gobierno facilita trámites y proyectos de suministro de agua, mientras que en la región al menos 4000 viviendas son consideradas “tugurios”, 32 mil personas ocupan viviendas en malas condiciones, de las cuales casi 3000 personas no tienen acceso a electricidad en sus viviendas, 16 mil no tienen proveeduría de agua, 11 mil personas viven en hacinamiento, y 13 mil viven sin servicio sanitario. Esto demuestra que para la burguesía la vivienda no es un derecho, sino una mercancía, que sólo está en función del enriquecimiento de una pequeña clase de explotadores parasitarios.

Anexo 2. Sobre la situación de la educación del país

Desde los años 80 se han implementado políticas educativas neoliberales en América Latina a través de entes internacionales como el Banco Mundial, el FMI, la OCDE y el BID, -es así que actualmente el BM es el ente que más documentos ha emitido sobre educación-. Uno de los objetivos centrales, declarados por el mismo banco, es la formación de fuerza de trabajo productiva. El Banco Mundial atiende de manera exclusiva las necesidades del mercado, y de las empresas, asumiéndolas como necesidades estatales, que implican la realización de proyectos y programas que se implementan en política educativa con préstamos otorgados a los respectivos estados. Los resultados de dichas políticas en la región son el aumento de la pobreza, desigualdad, endeudamiento y sistemas educativos desiguales y segmentados.

En este marco, en Costa Rica el deterioro de la educación en todos los sentidos es un hecho conocido por todos los grupos políticos, las camarillas dirigentes de la burguesía, etc.

Respecto de la educación primaria, en sexto grado, el 50% de los estudiantes cuentan con deficiencia de lectura. Sólo una quinta parte de esos mismos estudiantes tienen las capacidades lingüísticas esperadas para su nivel y el 67% apenas logra un dominio básico de la lectura.

En secundaria solamente el 48% de la población entre 15 y 16 años asisten sin rezagos al ciclo secundario. Además 58% de estudiantes en pobreza o pobreza extrema reciben algún tipo de asistencia económica estatal. En los últimos años la política del gobierno pasa por elevar la matrícula en educación técnica, para que de la matrícula total de estudiantes el 40% sea en esta modalidad.

En educación superior los gobiernos han acordado con el Banco Mundial que el estado asuma las recomendaciones del FMI y de la OCDE: la aprobación del plan fiscal, aumento del costo de la matrícula, implementación de salario único, recortes adicionales en salarios, implementación de sistemas de evaluación docente e institucional, tecnologización del trabajo administrativo, orientar hacia el endeudamiento en lugar de becas, disminución del financiamiento de estado a la educación superior, etc.

Además de esto, las universidades privadas se han convertido en una gigantesca estafa para la clase trabajadora y también para toda la sociedad, ya que estas empresas no cumplen con la calidad que dicen defender, debido a que todo su enfoque se basa en garantizar los negocios de los dueños y no en cubrir las necesidades reales educativas, creadas a su vez por los mecanismos excluyentes de la educación pública como los exámenes de admisión.

En general, es cada vez más claro que los gobiernos de turno ponen la educación en función de crear una mano de obra barata y especializada, al servicio de los intereses del imperialismo mundial encarnado en el FMI, el BM y la OCDE. Esto da cuenta de que los intereses de estudiantes, futuros trabajadores, están directamente vinculados a las discusiones políticas nacionales. La rebelión de estudiantes secundarios es ya una demostración de esta necesidad.

Anexo 3. Sobre la política ecológica

Surgió una agenda “verde” en la mal llamada “comunidad global”. Esto se plasmó en el Acuerdo Climático de París firmado en abril de 2016 por 193 países, que estuvo precedido por el protocolo de Kioto de 1997.

El cinismo de estos planteos se observa en que mientras los foros globales, ONG, etc. impulsan estas medidas de contención de daños, las grandes multinacionales, mayormente radicadas en los países imperialistas, impulsaron una industrialización en el llamado “Sur global” para beneficiarse de los salarios bajos y trasladar algunas actividades altamente contaminantes, esquivando así las mayores regulaciones en las economías ricas. De esta forma, aunque gracias al desmonte de varias industrias mejoraron los indicadores ambientales en los países imperialistas, y las ciudades como Nueva York, Londres, etc. no conservan casi vestigios de actividades industriales contaminantes (más allá de lo generado por el transporte), algunas ciudades del sudeste asiático, o en México, muestran un deterioro alarmante de los indicadores ambientales. Junto con la deslocalización de la producción que permitió a sus empresas abaratar los costos laborales, los países imperialistas “tercerizaron” la contaminación; la emisión de gases de efecto invernadero siguió aumentando a nivel mundial a pesar de todos los protocolos y acuerdos.

El “capitalismo verde” es hasta ahora sobre todo una nueva veta de negocios, muchos de ellos de desarrollo incipiente. Desde los “bonos de carbono” hasta los autos eléctricos o los edificios sustentables, pensar “soluciones” a los problemas que genera la producción bajo las relaciones sociales de producción que sean compatibles con su irracionalidad, produce resultados bastante lucrativos. Pero que en el mejor de los casos retardan los problemas, y en el peor se vuelven coartadas para que las corporaciones y gobiernos continúen su senda de destrucción desenfrenada.

Más allá de la ideología “verde”, el capitalismo no puede dar una respuesta seria al problema ambiental. La necesidad de sostener un crecimiento permanente de la producción y la venta, acumulando masas crecientes de capital que se busca valorizar (es decir sacarle una ganancia), va en contra de cualquier esquema de producción balanceado. La obsolescencia programada es una muestra patente de esto; la vida útil de un producto ya no se corresponde con la necesidad de su uso, sino con la necesidad de sostener el mercado. Cada año se generan 50 millones de toneladas de residuos con desechos electrónicos que contienen sustancias y materiales químicos peligrosos que acaban en gran medida en vertederos de países semicoloniales, especialmente de África. Y todo esto es para sostener en funcionamiento el circuito de producción y venta, lanzando siempre nuevos productos que cada vez resulta más difícil distinguir de los anteriores. Todos los desastres ambientales que produce la explotación desenfrenada que realiza el capitalismo de la naturaleza, que cuestan la vida de millones cada año, son verdaderos crímenes sociales.

 
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