Boca enciende la esperanza: el equipo de Miguelito Russo empieza a aparecer. Lo que parecía una parada muy difícil ante Racing (sobre todo por el partido de ida) terminó siendo una demostración de carácter del equipo local. Salvio recuperó su nivel, Tevez está en un gran momento y fue el comandante ofensivo del xeneize, gran aporte del Pulpo González en el equilibrio defensivo, las ganas de Villa y Soldano, todo se combinó para que Boca no dejara dudas ante un Racing de Beccacece muy poco imaginativo, hasta rutinario por momentos y que tuvo en Arias a su punto más alto: el arquero de la Academia preservó el resultado al punto que un gol podía clasificar a los de Avellaneda. Pero no pudo ser.
Un golazo de cabeza a colocar de Salvio y una falta de Licha López también contra el Toto que el referí Wilmar Roldán sentenció como penal y que Villa ejecutó muy bien para dejar un resultado global de 2-1 pusieron a Boca Juniors en semifinales.
La mano de Miguel Ángel Russo fue notoria en el cambio de actitud del equipo que salió a buscar metiendo presión abajo manteniendo la intensidad para llegar al arco de Arias. Racing en cambio mostró algunas debilidades defensivas y nunca le encontró la vuelta a un partido para el que se había preparado calculando un papel de dominador de la pelota que finalmente no pudo desarrollar.
Boca termina el año con un sueño: llegar a la final. Para eso primero tendrá que superar a Santos, lo que no resultará nada simple. Del otro lado de la llave están Palmeiras y River. Y todo el mundo sabe que si algo ofrece el fútbol es revancha. Todavía falta mucho, pero mientras tanto Boca ya tuvo este miércoles su noche buena.
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