Hace tan solo unas semanas la huelga y bloqueos de los trabajadores agrarios de Perú logró la derogación de la ley agraria neoliberal y explotadora heredada de la época de Fujimori. En ese momento se fueron con la promesa de la pronta redacción de una nueva normativa para el sector. Sin embargo, a pocos días de finalizar el año los trabajadores agrarios tuvieron que volver a las rutas para hacerse escuchar. El Congreso ahora debate un proyecto de ley negociada con las cámaras empresariales de las principales empresas agroexportadoras (AGAP y CONFIEP) y los trabajadores denuncian que muchos de los puntos del acuerdo los perjudican.
El secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores del Sector Agrario, Industrial y Riego del Perú, Juan Herrera Huanca, calificó el domingo como “una payasada” y “un insulto” el dictamen que este martes se debate en el Parlamento peruano, ya que consideró que perjudica a los trabajadores del sector agrario.
“El día de ayer se ha aprobado una propuesta del texto sustitutorio, donde se da el salario mínimo vital que es de 930 soles más una bonificación (del 20%) que no tiene carácter remunerativo (...), o sea no incrementa los salarios de los trabajadores para efectos de horas extras y dominicales”, señaló Herrera. De igual manera, rechazó que los trabajadores agrarios tengan el 5% de las utilidades, cuando en el régimen común privado es de 10%. “Eso lo rechazamos (…) es algo que discrimina a los trabajadores”, apuntó.
Para tratar de darle legitimidad a esta iniciativa, que ya es denunciada por los trabajadores agrarios, los parlamentarios peruanos han invitado a participar en las “negociaciones” a directivos de la central de trabajadores (CGTP) y la Convención del Agro (CONVEAGRO), y pocos representantes sindicales de los trabajadores agrarios. Es importante resaltar que entre los trabajadores agrarios existe una alta tercerización laboral, lo que ha impedido que puedan organizarse en torno a sindicatos y frentes de lucha obrera por muchos años.
Frente a esta propuesta que ya fue aprobada el pasado sábado 26 de diciembre en la comisión de economía del Parlamento y que el lunes 28 se debatió durante todo el día en el pleno del Congreso, los trabajadores del campo han mostrado su malestar, ya que este Dictamen de la Comisión de Economía les concede un mísero aumento, y esto, porque el Congreso y el Ejecutivo actuaron de espaldas a los trabajadores priorizando en todo momento los intereses de los grandes empresarios.
La propuesta del poderoso gremio de empresarios del sector de agroexportación, AGAP, frente al pedido de aumento salarial de los trabajadores agrarios, se limita a un bono no remunerativo de 20%, denominado también bonificación especial por trabajo agrario (BETA). Esta propuesta fue inmediatamente saludada por el Ejecutivo de Francisco Sagasti, quien se mostró a favor del incremento del jornal diario a S/45, lo que implica en la práctica el aumento de sólo 6 soles por día.
Este mísero aumento, como bien lo señaló Susan Quintanilla presidenta del Comité de Lucha de Trabajadores de la agroexportación de Ica, representa una burla hacia los obreros del campo, quienes son conscientes de que las millonarias ganancias del sector se dan a costa de salarios bajos y precarización laboral, condicionantes laborales que se han dado por más de 20 años, gracias a la vigencia de la hoy derogada Ley de Promoción Agraria.
La propuesta de los trabajadores, en contraste con lo que plantea el Dictamen de la comisión de economía del Congreso, es que se aumente el jornal diario a 70 soles, independientemente de los demás conceptos remunerativos propios del régimen laboral privado. En ese sentido, los trabajadores exigen ser tratados remunerativamente al igual que cualquier trabajador del sector privado, pues a pesar de la naturaleza intermitente de las cosechas, lo cierto es que ellos llevan años trabajando en las mismas condiciones de forma permanente y subordinada, lo que demuestra estabilidad.
Las ganancias de los agroexportadores y las demandas obreras}
De acuerdo al gremio de empresarios de la agroexportación y la agroindustria, AGAP, encabezado por el empresario Cilloniz, en los últimos años el agro peruano ha registrado millonarias ganancias en base a salarios bajos y ningún tipo de aumento a sus trabajadores, lo que ha permitido que sólo en exportaciones, durante el año 2019 el agro continúe con un crecimiento de 7% comparado con el 2018 llegando a más de US 7,000 millones.
De igual forma, las frutas y hortalizas frescas aumentaron su exportación, llegando a un total de US$ 3,741 millones, y teniendo como principales mercados los Estados Unidos (US$ 1,606 millones), Países Bajos (US$ 794 millones), Reino Unido (US$ 281 millones), España (US$ 216 millones) y China (US$ 152 millones).
Como vemos, estas ganancias extraordinarias no se condicen con el lamentable aumento de 6 soles diarios, que pretenden otorgar los empresarios agroexportadores en alianza con el Congreso y el Ejecutivo a los miles de trabajadores agrarios, quienes, a raíz de la difícil situación laboral que viven, han pasado a engrosar las filas de la población en condición de pobreza.
Las trabajadoras y trabajadores agrarios de Perú han protagonizado la primer lucha obrera importante contra el frágil Gobierno de Francisco Sagasti, surgido de una crisis política aguda tras la destitución de Vizcarra por casos de corrupción y de Manuel Merino tan solo una semana después, en medio de multitudinarias movilizaciones en todo el país. Sagasti llega al Gobierno apoyado por una coalición parlamentaria, siendo el Congreso la institución más desprestigiada del país. Este escenario no solo le genera inestabilidad al propio Sagasti sino que ha sido aprovechado por los trabajadores para pelear por sus reclamos, tanto los del agro, como los de la salud y los mineros y metalúrgicos.
Los trabajadores agrarios ganaron el primer round, obligando al Congreso a derogar una histórica ley explotadora para el sector. Ahora enfrentan la segunda parte de esa lucha para que la nueva ley no sea un fraude. |