El año que se va fue particular para la economía del país y profundizó las contradicciones estructurales, desde La Izquierda Diario seguimos la situación día a día y en este artículo te traemos las principales notas. En un contexto internacional marcado por los cierres de ramas enteras de la producción y una caída global comparable a la crisis del ‘29. A nivel nacional, la pandemia agravó la recesión que ya había empezado en 2018 y el PBI se estima terminará cayendo entre un 11 y un 13%.
Teniendo una deuda pública acumulada que superaba los U$S 321.000 millones, el Gobierno optó por ir tomando distintas medidas de ajuste atacando a los jubilados, las familias que cobran asignaciones y los trabajadores, con el objetivo de pagarle al FMI y los fondos buitre. Veamos cómo esto se fue desarrollando.
Deuda impagable
Desde la Ley de Solidaridad Económica y Social en febrero suspendiendo los aumentos de Anses, hasta la nueva fórmula votada este martes las jubilaciones estuvieron en el centro de los ataques, según la Fundación IERAL esto le permitió al Gobierno “ahorrar” $100.000 millones. Es que pese al acuerdo con los fondos de inversión en agosto y las tratativas con el FMI, el logro es sólo patear los pagos hacia adelante, muy distinto a las promesas de campaña de Alberto Fernández. El presidente se había comprometido a devolver los 20 puntos perdidos por los jubilados y había denunciado el fraude de la deuda tomada bajo el Gobierno de Macri. En La Izquierda Diario lo fuimos analizando durante todo el año y estás son algunas de la notas más importantes:
Pandemia y economía
A partir del 20 de marzo el Gobierno de Alberto Fernández anunció el comienzo del ASPO (Aislamiento, social, preventivo y obligatorio) que se extendería por más de 7 meses y no tendría un rumbo claro, una cuarentena sin GPS. Buscaban disminuir los contagios de covid-19 en un país con un sistema de salud pública desfinanciado por décadas y profundas desigualdades estructurales (déficit de viviendas, hacinamiento y falta de agua en barrios populares, entre otras), pero no tenían un plan.
Desde La Izquierda Diario denunciamos todas estas políticas, acá te dejamos algunas de las más importantes:
A pesar de las medidas de contención social y para frenar despidos masivos, los indicadores sociales comprobaron su insuficiencia: la pobreza finaliza el 2020 superando el 42 % según datos de la UCA y el desempleo creció para ubicarse por encima del 14%. Mientras el conjunto de los salarios acumularon una caída del 3% en promedio en 2020 y de casi un 7% en el caso de los estatales. Además el consumo sigue sin recuperarse. Pero los empresarios y los bancos no dejaron de recibir grandes beneficios, después de retroceder con la expropiación de Vicentin el Gobierno buscó mostrarse como el garante de la propiedad privada reprimiendo en Guernica. Tengamos en cuenta además que desde el Frente de Todos habían anunciado un impuesto a las grandes fortunas que terminó siendo una estafa:
Se profundiza el ajuste bajo el régimen del FMI
La crisis del dólar fue sin dudas uno de los principales hitos económicos del 2020, que volvió efímero el festejo del acuerdo con los bonistas privados. La disparada del dólar blue y del dólar financiero aumentando la brecha con el oficial que llegó a superar el 180%. Tomaron impulso con el super cepo que aplicó el presidente del Banco Central a mediados de septiembre y dio lugar las presiones devaluacionistas operadas por los empresarios y los fondos de inversión.
La tensa calma cambiaria, con una brecha que finaliza 2020 cercana a 100%, fue conseguida por la alquimia financiera de las medidas ortodoxas a las que recurrió Guzmán. Pero son parches que no resuelven el problema estructural, la falta de dólares que se van en pagos de la deuda, en fuga de capitales y en envió de utilidades de empresas a sus casas matrices.
El Presupuesto 2021 a medida del organismo liderado por Kristalina Georgieva incluyó una reducción del gasto primario de 9,5 % en términos reales. La eliminación del IFE y el ATP, y una reducción real del 36 % en la tarjeta alimentar, una rebaja del 7% de las AUH y un recorte de 9,4 % en salud.
El 29 de diciembre en Diputados el Frente de Todos convirtió en Ley la nueva fórmula de movilidad previsional. Se trata de un índice que combina en partes iguales la variación salarial y la recaudación tributaria de ANSES, con el fin de desenganchar las actualización de la inflación. Bajo el régimen del FMI, Alberto Fernández avanza en un nuevo saqueo a los jubilados, pensionados y quienes reciben la AUH que en un 96 % son mujeres. A diferencia de las promesas de campaña electoral los jubilados fueron los primeros en recibir un ajuste con la suspensión de la movilidad vigente, y lo seguirán siendo en 2021. Con el cambio de fórmula que no les garantiza un piso para no perder poder adquisitivo, el Estado podría “ahorrar” hasta 1 % de PBI.
Este año finaliza con medidas de ajuste más marcadas y con la posibilidad de un rebrote de coronavirus que ya se mide en la suba de contagios. La carrera entre la vacunación y su efecto y los tiempos del rebrote determinarán los niveles de recuperación. Es probable veamos, también, la irrupción de huelgas duras por recomposición de salarios como la de aceiteros con su triunfo muestran que sirve luchar; teniendo en cuenta que las paritarias perdieron con la inflación y son cada vez más los sectores que hacen oír sus reclamos. Para el Gobierno acuerdo con el FMI será clave para calmar a los “mercados” que siguen pidiendo un plan, pero nada bueno traerá para las familias trabajadoras. Más medidas de ajuste como las del 2020 harían crecer aún más la pobreza y la desigualdad, por eso una gran lucha para desconocer la deuda y romper con el FMI es el mejor horizonte para el año que comienza.
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