El 22 de diciembre, la doctora Citlali Guadalupe Rodríguez Fonseca, coordinadora del turno matutino de la clínica Cruz Roja Pachuca Sur, y el doctor Víctor Ortega, coordinador médico de la guardia nocturna, se vieron imposibilitados de ingresar a laborar, ya que sus datos habían sido eliminados de la base de datos del personal.
Más tarde, ese mismo día, les notificaron que ambos habían sido despedidos por órdenes de Héctor Carreto Díaz, coordinador del hospital.
Recordemos que, el despido de los doctores se dio un día después de que se llevara a cabo una protesta, por parte del personal médico de la clínica, en la que pedían equipos de protección, -material básico para tratar pacientes positivos a COVID-, pues, si bien el hospital no está catalogado entre los institutos para tratar la pandemia, los pacientes contagiados de la zona, llegan buscando atención médica.
Dicha protesta, también se utilizó por el personal para expresar múltiples demandas, entre ellas, la denuncia del posible mal manejo financiero por un recorte de 20 a 15 días en sus aguinaldos, el aumentaron desmedido de la carga laboral, el pedido de uniformes y calzado adecuados para laborar, seguridad social, contratos regulares de trabajo, y que se aplique el protocolo de atención a pacientes con COVID. Debemos tener en cuenta que, hasta ese momento, los trabajadores positivos en coronavirus era 25, y dos de ellos se reportaban en estado de gravedad.
Ambos despidos se dieron antes de cumplirse las 24 hrs. que habían solicitado las autoridades del hospital para revisar y dar respuesta a los 22 puntos del pliego petitorio.
El coordinador de la clínica, Héctor Carreto, justificó los despidos diciendo que se había realizado principalmente por falta de recursos económicos de la institución y porque durante la protesta “habían bloqueado el ingreso de dos ambulancias” por lo que consideraba que habían puesto en riesgo la vida de pacientes. Trató de minimizar las denuncias del personal de salud y mencionó que solamente 22 de 180 trabajadores se encontraban disconformes con la administración del hospital; y en otras declaraciones, en las que se pronunció sobre los contagios dentro de sus trabajadores, aseguró que no le constaba que los 25 contagios hubieran sido dentro de la Clínica Cruz Roja Pachuca Sur, ya que la mayoría labora en más de un hospital.
Pero, ambos médicos no están solos, y ante las repulsivas declaraciones de la autoridad, la respuesta de sus colegas y trabajadores de la institucion sanitaria, no se hizo esperar y, en los días siguientes, a través de la página de internet Change.org, se peticionó el apoyo de la comunidad para lograr la reinstalación la doctora Citlali y el doctor Víctor, así como la destitución del coordinador Héctor Carreto Díaz y de Armando Sosa Echeverría y Adalit Zamora Jiménez quienes ejecutaron los despidos, y de José Saade Kuri, delegado de la Cruz Roja en Hidalgo quien jamás se acercó a los trabajadores luego de los despidos ni había mostrado interés sobre la grave situación que padecían previo a sus reclamos.
En pocas horas los apoyos a través de internet comenzaron a sumarse por miles, tan solo el día 30 de diciembre ya contaban con 4mil firmas y a la fecha ya llevan sumados 21,298 apoyos.
Pero, la negativa de las autoridades al diálogo con los módicos que llevaban entre 8 y 9 años de laborar en la Clínica, condujeron también las y los trabajadores hasta la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en donde ingresaron una queja por despido injustificado y acoso laboral, ya que, como mencionamos al comienzo, sus despidos se consumaron al día siguiente de la manifestación exigiendo mejores condiciones de trabajo y dentro del plazo les habían pedido para revisar su pliego petitorio.
No obstante, a 2 semanas de los despedidos injustificados de Citlali Rodríguez Fonseca y Vicente Ortega, continúan sin ser reinstalados en sus cargos.
La doble batalla del personal de salud
Actualmente, según Amnistía Internacional, México es el país que cuenta con el mayor número de personal médico fallecido por contagios de coronavirus.
Los trabajadores de los hospitales y clínicas, han tenido que dividir sus esfuerzos entre, combatir en primera línea al virus, y luchar por mejorar las condiciones en las que laboran. En medio de esta enorme lucha, es criminal que se despida a trabajadores por pedir condiciones dignas de empleo.
La delicada situación en la que se encuentran laborando, exponiendo sus vidas, no fue generada por la presencia de la pandemia, sino por décadas de desmantelamiento del sector, situación que, la administración actual, sigue sosteniendo como política propia al destinar presupuestos millonarios a sectores como la Guardia Nacional en lugar de otorgarlos a la salud.
¿qué se puede hacer?
Para que no haya más muertos por negligencia de autoridades es necesaria la organización de todos los trabajadores del sector salud, así como de los trabajadores de los diferentes sectores que enfrentamos la pandemia en las peores condiciones.
Y en épocas electorales, donde querrán endulzarnos los oídos con más engaños, necesitamos una representación propia con un pan de emergencia para hacerle realmente frente a la pandemia. La crisis económica y sanitaria no la generamos nosotros, los trabajadores, es responsabilidad de los empresarios y el gobierno que precariza a la población. Que la crisis la paguen ellos. |