La pandemia del coronavirus no afecta a todas y todos por igual. Golpea especialmente a los sectores más pobres, con peores condiciones habitacionales, desocupados o precarios. También afecta a trabajadoras y trabajadores que no pudieron quedarse en casa y muchas veces se contagiaron en sus lugares de trabajo.
El acceso a la salud también es desigual. La hija de L. E. R., trabajador pesquero de Bahía Blanca, hizo llegar a este medio su denuncia sobre el calvario que tuvieron que atravesar cuando su papá se contagió embarcado, quedando aislado y enfermo en Mar del Plata. Siendo una persona de riesgo, porque tiene apnea, diabetes y obesidad, la patronal lo hizo volver a la actividad.
A principios de octubre, el barco en el que estaba trabajando queda anclado en el puerto de esa ciudad, la Prefectura impide que zarpen por los contagios en otros barcos. Luego de comenzar a percibir síntomas, avisa el día 13 al responsable de la empresa, lo retiran del barco y lo llevan a testearse a una clínica privada.
Allí le hicieron pagar tres mil pesos por un hisopado rápido, que dio positivo. Luego lo dejaron esperando a que terminen de hisopar a toda la tripulación de dos barcos, durante horas, con 40° de fiebre y una saturación de oxígeno en sangre muy baja. Finalmente, "como lo ven tan mal lo llevan en ambulancia al hotel que designa Mar del Plata como habilitados, el primero no lo quiso ingresar, por ser positivo y lo derivan a otro".
Luego de tres días en los que su salud se deterioraba más y más, sin supervisión médica y solamente con antifebriles, finalmente lo ve "un médico del consorcio del puerto, lo manda la Agencia Marítima creemos, porque no nos dijo a quién representaba. Avisa a sus compañeros que está mal, que le hablen, que traten de mandarle mensajes [se encontraban cada uno aislado en una habitación del hotel] y deja la orden de internación porque en el estado en que estaba debía estar internado. Ahí empezó la odisea porque no encontramos cama [para su internación]."
La empresa fraguó la fecha del diagnóstico para tres días más tarde, con lo que no lograban que le habiliten la internación. "Es inhumano dejar a una persona muriéndose en un hotel, me parece horrible que hayan hoteles que hospeden gente con covid y ni siquiera tengan un médico".
Al no tener asistencia médica, ni acceso a oxígeno por falta de insumos, el estado de salud de L. E. R. empeoraba y su familia pudo enterarse de esto gracias a un compañero de trabajo que se encontraba aislado en el mismo hotel, porque el padre no podía ni hablar por teléfono. Así fue que empezaron a reclamar desde Bahía Blanca para que lo internaran, y su otro hijo se trasladó a Mar del Plata para asegurarse que lo atendieran y le consiguieran un tubo de oxígeno.
"Recalco que uno tuvo la viveza de llamar y la suerte de que mi papá conocía al gremio y el sindicato que pudimos molestar, pero qué pasa con una persona que viene a laburar a Mar del Plata desde otro lado y no se puede comunicar, porque a nosotros nos pasó estando en Bahía que no podíamos dar con el 147 de Mar del Plata."
Esta situación de abandono y falta de insumos contrasta con los recursos económicos que mueve el lugar donde se encontraba L.E.R: "si mi papá no tenía plata para pagar el test de covid, que le salió 3 mil pesos, no se lo hacían (...) Este trato me parece importante destacar porque en el Consorcio del Puerto [de Mar de Plata] se mueve mucha plata.
Cuando nos pudimos comunicar con el 147, nos mandó a la obra social (Obra Social de Patrones de Cabotaje), que nunca respondió, el servicio privado de alerta que encima era en Buenos Aires nos decía que nadie se quería hacer cargo de ir a buscarlo porque estaba dentro de un hotel y el protocolo de la ciudad de Mar del Plata no los dejaba.
La asistencia que tuvo fue de un amigo que le compraba la medicación, porque nadie hizo un seguimiento, siendo que mi papá era un paciente de riesgo cuando contrajo el virus y nunca lo internaron, nunca le hicieron un seguimiento, le mandaron un medico una vez y listo."
“Es preocupante que se fomente el turismo en ciudades donde tenés que esperar para una cama de internación y que no haya tubo de oxigeno en caso de necesitarlo, mi papá estuvo más de 8 horas esperando que llegue uno de Bs As, lo mismo que no te hacen placas ni análisis clínicos para prevenir... Nos pasó de estar pidiendo nosotros y que nos digan que no necesitaba el mismo día que se desvanece y termina ingresando en estado crítico. Y otra cosa que es importante es que para recibir plasma tenés una semana para que sea efectivo, si te aíslan, te dejan en tu casa y luego empeoras por falta de la prueba de covid, perdés la posibilidad de que te pongan en la lista de espera.”
Luego de semanas de incertidumbre y una lenta recuperación en terapia intensiva, al momento de darle el alta, finalmente apareció la Aseguradora de Riesgos de Trabajo: "le dicen que no deja secuelas el covid... ya están trabajando abogados, porque él quedo con la capacidad para respirar a un 50% y con lesiones en los pulmones, irreversibles".
“Me gustaría agradecer a la clínica, los médicos y enfermeras que nos tenían al tanto todos los días y son los que hacen la diferencia en la pandemia” finaliza su hija.
Este no es un caso aislado, y mientras la situación sanitaria se agrava con el rebrote, y la respuesta parece ser principalmente de control social, sigue sin haber un plan de testeos y rastreos de contactos amplio que permita identificar y aislar las cadenas de contagio. Las y los trabajadores de la salud siguen en primera línea sufriendo la precarización y el pluriempleo, y la falta de insumos para enfrentar la crisis sanitaria.
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La pandemia tiene como claros ganadores a las empresas farmacéuticas y laboratorios privados, que anteponen siempre sus ganancias, como dejó ver la carrera por las vacunas. Cada vez es más urgente la centralización del sistema de salud público y privado, y todos los recursos sanitarios posibles. Incluso sería necesario afectar las ganancias extraordinarias como las de los grandes complejos portuarios y de las agroexportadoras, que hacen fortunas, y así evitar que las consecuencias las sigan pagando las mayorías trabajadoras. |