“Una vez más nos encontramos denunciando una situación de racismo institucional. Lo que está ocurriendo en la Cañada Real Galiana, y en otros asentamientos repartidos a lo largo de España, forma parte de las lógicas de exclusión racista y clasista a las que son condenadas un número importante de personas gitanas, negro- africanas, afrodescendientes, moras, migrantes y racializadas, a las que el capitalismo racial, explota, margina y desecha quienes habitan en estos asentamientos” señalan en un comunicado.
Cuando la Cañada Real Galiana lleva más de 3 meses sin luz ni agua, en medio de la nieve, su lema reivindicativo “Nos están apagando” resulta esclarecedor “en una ciudad engalanada de luces para celebrar una navidad solamente para unos pocos”, afirman.
“No es solo la Cañada Real, hay asentamientos en Almería, en Huelva, en Lleida, en Albacete, en el Distrito Norte de Granada, en la Font de la Pòlvora (Girona), El Puche, La Chanca y El Quemadero (Almería) o el Polígono Sur (Sevilla) y otras partes de España donde no hay ningún tipo de servicio básico”
También denuncian “la situación de abandono institucional en la que se encuentran los hermanos y hermanas que fueron víctimas del incendio de la nave de Badalona. Hace pocos días, tras ser desalojados de la acampada de denuncia que habían organizado, han visto como muchas de sus pertenencias han sido arrasadas por las lluvias, en plena ola de frío están durmiendo en tiendas de campaña”.
“Y no sólo nosotras consideramos que el abandono institucional a las que son sometidas las personas que viven en la Cañada Real está relacionado con el racismo. El Relator Especial de la ONU sobre la Extrema Pobreza y los Derechos Humanos, Olivier De Schutter, además de exigir al Gobierno el restablecimiento urgente del suministro eléctrico a las familias afectadas, y denunciar la violación de varios convenios internacionales de la ONU que España ha ratificado, también resalto que la discriminación racial que sufren las personas gitanas a diario (antigitanismo) no se puede separar de la situación que se está produciendo en la Cañada Real”.
Por todo esto, sostienen que “No es la nieve, no es la droga, no es el uso ilícito de la luz o la no tenencia de títulos de propiedad, es racismo institucional, es racismo estructural, es desidia y vulneración sistemática de los derechos civiles, políticos económicos, sociales y culturales de la población que vive en la Cañada Real Galiana. En el 2017, todos los partidos políticos presentes en la Asamblea de Madrid firmaron un pacto para intervenir en la Cañada Real, en él se marcaba como objetivo mejorar las infraestructuras y dotar de ciertos servicios al barrio. En ese pacto de 2017 estaba incluido dotar de electricidad a las vecinas. Este pacto se está incumpliendo”.
“Por otro lado, están las empresas eléctricas que, en plena oleada de frío y en una nevada histórica, aprovechan para subir las tarifas de la luz a toda la población, enriqueciéndose con un bien de primera necesidad como es tener luz. Asimismo, es fundamental señalar que, las niñas y niños que viven en la Cañada Real están viendo vulnerados sus derechos a la educación, a una vivienda adecuada, lo que impacta de manera preocupante en sus derechos a la salud, al agua y al saneamiento”.
Y frente a las falsas soluciones aportadas, después de tres meses, por las autoridades madrileñas, denuncian: “Una de las soluciones que han dado las autoridades es sacar de sus hogares a las vecinas y vecinos de la Cañada Real para trasladarles a albergues improvisados. La autoorganización vecinal ha rechazado esta opción y le han pedido a las autoridades competentes y Naturgy que restablezcan la luz cuanto antes. No se puede afrontar una problemática estructural con planes improvisados”.
“El derecho a vivir dignamente no se le puede negar a nadie venga de donde venga, son personas, son niños y niñas, son adultos mayores y son personas con discapacidad que tienen reconocidos sus derechos. Las familias de la Cañada Real tienen derecho a luz, ahora y sin más dilación para no dejar a todas estas familias sin calor en la ola de frío más terrible de los últimos 50 años. Por ello, desde la Asamblea Antirracista de Madrid, nos unimos a las justas reivindicaciones de las vecinas, vecinos y asociaciones de Cañada Real y exigimos a las instituciones implicadas, Comunidad y Ayuntamiento de Madrid, Ayuntamiento de Rivas y de Coslada y al Gobierno central, y a Naturgy, el restablecimiento inmediato del suministro eléctrico a las familias de la Cañada Real. Toda solución, además, tiene que contar con la participación de la autoorganización vecinal de la Cañada Real quienes son afectadas directas de esta situación, que si hubiese afectado a otra población habría tenido una respuesta y solución inmediata”. |